Las estaciones de la línea 1 de metro de España, Universidad, Cataluña y La Sagrera ya disponen de desfibriladores semiautomáticos como primer paso de un proyecto pionero en Europa para la cardioprotección de la red de metro de una ciudad.
El presidente de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Joaquim Forn, y el presidente de la Asociación Barcelona Salud (ABS), el Dr. Josep Brugada, han firmado el convenio por el que TMB se incorpora al programa 'Barcelona, ciudad cardioprotegida', de prevención de las muertes súbitas mediante la instalación de dispositivos de desfibrilación en espacios públicos, impulsado por la misma asociación y la Fundación Brugada, con la colaboración del Departamento de Salud, el Ayuntamiento, el SEM y la Asociación de Farmacias, y con el patrocinio de FIATC Seguros y Philips.
'Creemos que preocuparse por la salud cardiovascular es una necesidad para combatir la enfermedad CV, que las ciudades y los alcaldes pueden hacer una diferencia en términos de promoción de la salud CV; y creemos que las empresas, las organizaciones sin ánimo de lucro y las administraciones públicas pueden y deben trabajar juntos para hacer frente a este importante objetivo', comentó Juan Sanabria, presidente de Philips Ibérica en el acto de presentación.
Philips colabora en este proyecto no sólo como patrocinador sino también como socio tecnológico, al aportar sus desfibriladores semiautomáticos. Estos dispositivos son una importante herramienta para reducir el número de muertes provocadas por un paro cardiaco súbito, permitiendo aumentar el tiempo de vida de las personas que sufren este episodio.
Al producirse un paro cardiaco repentino, los desfibriladores semiautomáticos permiten que cualquier persona pueda atender in-situ a la víctima mediante la administración rápida y efectiva de una descarga eléctrica, lo que proporciona una mayor capacidad para salvar vidas.
El desfibrilador Heartstart, de Philips, es pequeño y ligero, por lo que facilita su transporte hasta la víctima. El desfibrilador guía paso a paso tanto el proceso de desfibrilación como el de reanimación cardiopulmonar mediante claras instrucciones de voz en castellano. Además el propio desfibrilador es capaz de adaptar dichas indicaciones, adaptándose a los distintos grados de habilidad del usuario. Los electrodos de desfibrilación integrados SMART, colocados sobre la piel desnuda de la víctima analizan su ritmo cardiaco para luego transmitir dicha información al desfibrilador. De esta forma, el uso del desfibrilador semiautomático no provocará en ningún caso daño alguno al paciente, ni siquiera por accidente, ya que el botón a través del cual se aplica la descarga no se activará si el ritmo cardiaco analizado no es susceptible de descarga.
Desfibriladores en cabinas cerradas
Los desfibriladores, ocho en total, se han instalado en el interior de una cabina señalizada y cerrada, en la zona central de los andenes de las cuatro estaciones y al lado del interfono.
La instalación de los desfibriladores semiautomáticos en cuatro estaciones de las más concurridas se hace a título de prueba piloto, para evaluar los resultados antes de extenderlos a más puntos de la red de metro. El objetivo es comenzar con la línea 1, que registra cada día laborable unas 340.000 validaciones, y continuar instalando hasta cubrir la totalidad de la red, en función de los recursos disponibles.