La población envejece y se necesitan más médicos, pero los facultativos también envejecen lo que está provocando la falta de facultativos en todos los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas; es la cuadratura del círculo. Una situación que puede crear inconvenientes a los sanitarios, tiranteces ético-profesionales a la hora de decidirse que se quieren jubilar.
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Mariano Leal, de los Servicios Jurídicos del Sindicato Médico de Murcia CESM.[/caption]
“El médico a la hora de jubilarse valora especialmente la satisfacción personal que produce poder seguir ayudando a los demás y continuar aplicando sus conocimientos y su dilatada experiencia ya a esta edad en beneficio de los pacientes”, sostiene a EL MÉDICO INTERACTIVO Mariano Leal, responsable de la Secretaría Técnica de Servicios Jurídicos del
Sindicato Médico de la Región de Murcia CESM que valora en esta entrevista las opciones a las que se pueden acoger los profesionales que deciden colgar la bata.
Lo cierto es que la vocación del médico suele prevalecer sobre otros condicionantes a la hora de decidir si se pasa a la situación de jubilado o se continua en el servicio activo, “siempre y cuando se tenga la posibilidad de elegir”.
¿La solución está en permitir seguir en activo a los médicos de manera parcial en diferentes grados?
Sería una medida, que incentivada económicamente respecto a
la jubilación, puede suponer que el médico a partir de cierta edad pueda trabajar con menos presión asistencial y tener más tiempo para sus actividades personales, con lo que le resultaría más atractivo continuar en esta situación.
Esta medida pueda permitir que el médico siga aportando a la sociedad sus conocimientos y experiencia, sin el componente penalizador de una gran carga asistencial. No es la solución definitiva, pero sí una medida que ayudaría.
¿El modelo de jubilación en las entidades sanitarias privadas con jubilación ad livitum y sin fecha, sine die, sería válido también en el entorno público?
Sin duda, sería una medida adecuada, siempre que fuese voluntaria, a partir de la edad reglamentaria de jubilación (actualmente entre los 65-66,5 años según el tiempo de cotización).
Destacar que es muy importante su carácter voluntario, pues no se debe “forzar” al médico a seguir desempeñando su actividad por encima de la edad reglamentaria si no lo desea, pues entonces se trataría de un “castigo” por ser médico.
Pero esta solución precisaría de cambios legislativos importantes, en mi opinión, poco viables pues supondría una discriminación para las demás profesiones también del sector público.
¿La solución de dedicación parcial sería viable?
Esa solución sería más viable, porque sería más atractiva para el médico al poder disponer de más tiempo libre para sus actividades personales y le permitiría disfrutar de sus últimos años de vida profesional con menos estrés.
También hay que tener en cuenta que precisaría cambios legislativos menos drásticos y por tanto más asumibles a la hora de adoptarlos.
Una legislación específica dirigida a la jubilación de profesionales sanitarios, ¿Es lo recomendable, lo que había que hacer o un régimen general?
Por las características específicas de la profesión médica, sus requerimientos a nivel intelectual y vocacional, y la delicada situación de escasez de profesionales actual que puede tener importantes consecuencias en la salud de la población, se precisarían modificaciones específicas del régimen general adaptadas a profesionales sanitarios, en la línea de la que se llevó a cabo con la jubilación activa para los médicos de atención primaria que aparece en la disposición transitoria 351del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social aprobado por el Real Decreto Legislativo 8/2015 de 30 de Octubre en la redacción introducida por el artículo 83 del Real Decreto-ley 20/2022, de 27 de diciembre y que posibilita compatibilizar la pensión de jubilación con el trabajo como facultativos de atención primaria, médicos de familia y pediatras, adscritos al sistema nacional de salud con nombramiento estatutario o funcionario, percibiendo el setenta y cinco por ciento del importe resultante en el reconocimiento inicial de la pensión.
¿Cuántos tipos posibles de jubilación hay en los médicos? ¿Se pueden ampliar, variar?
Actualmente, aparte se puede optar por la jubilación anticipada, desde los dos años antes de la edad reglamentaria de jubilación y siempre que se lleven al menos 35 años cotizados, la jubilación ordinaria que se puede prorrogar de forma voluntaria hasta los 70 años y la jubilación activa para atención primaria previamente descrita.
Respecto a posibles cambios necesarios se debería incluir la posibilidad de la jubilación voluntaria entre los 60 y 70 años, ya que la profesión médica por su complejidad, dedicación, responsabilidad, estrés, exigencias, penosidad, peligrosidad, horas adicionales a la jornada con guardias… merecería, al igual que otras profesiones (mineros, bomberos, policía local…) tener un factor corrector y la posibilidad de una jubilación a partir de los 60 años sin ningún tipo de penalización, por supuesto con carácter voluntario.
Otro cambio imprescindible y puesto que la escasez de médicos no afecta sólo a atención primaria, es ampliar la jubilación activa para médicos de atención primaria a todas las especialidades médicas, lo que permite compatibilizar la profesión de médico con el percibo del 75% de la pensión de jubilación.
Y por supuesto también sería necesario legislar la posibilidad de jubilación parcial voluntaria a partir de los 60 años, y prórroga de edad de jubilación por encima de los 70 años con unos incentivos económicos y de reducción de horario que deberían negociarse.
¿Incentivar a los médicos sería una solución para tener un nivel adecuado de profesionales: incentivación económica, horaria, mejora en medios materiales?
Sin duda, sobre todo horaria y económica. A nivel de medios materiales, siempre se puede mejorar, pero en general y por suerte para nuestra sociedad, la sanidad pública posee unos medios materiales adecuados, aunque como he referido siempre se pueden mejorar.
La incentivación horaria y económica sí que resultarían especialmente significativas. Disponer de más tiempo para formación continuada en horario laboral, posibilidad de hacer rotaciones periódicas para aprender nuevas técnicas, más tiempo para compaginar la investigación con la asistencia serían ejemplos especialmente motivadores. Y por supuesto la incentivación económica es clave, ser de los profesionales peor pagados de la Comunidad Europea y de todos los países avanzados provoca una fuga de profesionales sobradamente conocida y que debería evitarse a toda costa.