La inteligencia artificial (IA) generativa está preparada para transformar la Medicina. Sin embargo, debe afrontar retos como la falta de datos médicos para entrenar los modelos y la necesidad de integración en los sistemas actuales. Incluso las resistencias a la hora de la implantación de nuevas tecnologías. Esta es la idea principal que se ha puesto de manifiesto en la primera edición de
Muy IA Trends Executive Update.
Durante la misma destacaba la intervención de Eva Aurín, gerente de eHealth en Telefónica España, que destacaba que la IA va a traer muchos beneficios en el sector salud. Sin embargo, “este es un
sector al que en general le cuesta un poco más adoptar las tecnologías, al final estamos hablando de datos muy sensibles con su utilización”. Pese a ello, últimamente se está notando una aceleración en la implantación de estas nuevas tecnologías, especialmente en la IA.
Según la experta, la clave en este sentido pasa por la anonimización, la encriptación y la seguridad en estos datos. No obstante, el uso secundario de los datos sanitarios no es una novedad en el sector. “El
uso secundario de los datos sanitarios se estaba utilizando ya en investigación antes de que apareciera la IA”. Así, la experta insiste en que ya había protocolos durante el ingreso sanitario, en la mayoría de hospitales, para que el paciente pudiera dar su consentimiento para el uso secundarios de sus datos clínicos con fines de investigación.
Beneficios de la implantación de nuevas tecnologías
Respecto a cómo
las resistencias a la implantación de nuevas tecnologías, como la IA, se están venciendo en los últimos años o casi en los últimos meses, Eva Aurín citaba como claves la importancia de los fondos europeos. “Hay muchos
fondos europeos directamente dirigidos a la inteligencia artificial y a poder tener todos los datos de los ciudadanos conectados a los diferentes sistemas de salud”. Asimismo, se está haciendo un mayor uso de estos fondos porque “el Ministerio de está dando cuenta de que ya es imprescindible la utilización de esta tecnología”.
Un ejemplo de lo que va a suponer esta aceleración, según Eva Aurín, se da en el ámbito de la industria farmacéutica. “Pece mentira que se estén tardando entre 10 y 15 años en el desarrollo de un fármaco desde que se descubre la molécula o se selecciona el objetivo. A día de hoy con la
inteligencia artificial se están recortando estos tiempos, dos fases que son 7 años en dos meses y esto es solo el principio”.
Julio Mayol,
director del grupo de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdSSC), por su parte, reflexionaba sobre cómo los pacientes se benefician de los resultados prácticos de la IA en el campo de las enfermedades y cuáles son sus expectativas sobre qué les puede aportar en el futuro cercano. Así, destacaba que la IA generativa está revolucionando el acceso a la información en el sector sanitario al permitir que los
pacientes obtengan directamente conocimientos biomédicos y de salud de manera rápida y personalizada, aunque ha lamentado que todavía no está validada la calidad del conocimiento compartido.
Por último, Cristóbal Belda, director del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), quien ha reconocido el cambio de paradigma que ha supuesto la irrupción de la tecnología en el cuidado de la salud a nivel global y en la práctica clínica diaria: “Hay cinco grandes aspectos en los que la IA, sin duda, nos puede ayudar: la fragilidad y edades extremas; los determinantes sociales y culturales, es decir, el impacto en la forma de enfermar; el cambio climático, las enfermedades emergentes y las nuevas zoonosis; la gestión masiva de datos de salud, la edición génica y las terapias avanzadas, y, por supuesto, la sostenibilidad de los sistemas sanitarios”. Belda también ha desvelado cuál es el gran reto al que, en su opinión, nos enfrentamos con esta tecnología: la desinformación. “La
diferencia entre lo verdadero y lo falso pone en peligro el derecho a la información”
, ha advertido el director del ISCIII.