'Me gustaría que el lema de nuestra Sanidad siguiera siendo universal, gratuita y de calidad, independientemente del grupo político que esté gobernando'. Así lo ha manifestado el presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, Emilio Casariego, en una entrevista concedida a EL MÉDICO. En su opinión, existe unanimidad en que hay que gestionar mejor, y que existen todavía aspectos mejorables, pero 'el esquema básico ha funcionado perfectamente, por lo que no habría que cambiarlo'.
En cuanto a los presupuestos, el Dr. Casariego considera que no se pueden ajustar más. 'No hay más recorrido en ese sentido. El paso lógico sería apostar por grandes pactos para hacer una mejor gestión'. Además recuerda que el paciente ha cambiado, por lo tanto, 'parece razonable que las estructuras también den un cambio para adecuarse a estos nuevos pacientes. Así es como de verdad conseguiríamos más eficacia con menos gastos'.
'El concepto de que el paciente viene, se mete en una cama y sale curado ha pasado a la historia', afirma el presidente de la SEMI, quien recuerda que no existen muros estancos 'porque el paciente tiene un recorrido muy largo y la continuidad es obligada. Eso significa que el internista tiene que salir del hospital, porque lo que necesita el paciente es que alguien que conozca su problema lo acompañe en el proceso, y que sus decisiones, cuando no esté ingresado, sean compartidas con su médico de Atención Primaria'. Aunque reconoce las dificultades que plantea este modelo, ya que 'no siempre es fácil salir del hospital e irte a un centro de salud, o al revés. Nuestros horarios están muy limitados, y disponer de tiempo para viajar no siempre es sencillo, sobre todo en Comunidades Autónomas en las que hay mucha dispersión de la población. Es bueno que los profesionales se conozcan, pero las nuevas tecnologías también nos abren un nuevo mundo de posibilidades'.
A la hora de hablar de eficiencia, el Dr. Casariego recuerda el trabajo que se está llevando a cabo con el Ministerio de Sanidad según el cual medio centenar de sociedades científicas analizan cada año cinco cosas que habría que cambiar. Estudios analíticos o radiológicos obsoletos, fármacos que se utilizan pero que no han demostrado en la práctica su eficacia, y así más de 300 recomendaciones en total de cosas que se deben dejar de hacer. 'Si eso lo vamos cumpliendo y poco a poco lo vamos implantando, desecharemos cosas que no añaden valor ni en el diagnóstico ni en el tratamiento'.
Recertificación de los profesionales
Un tema que preocupa actualmente a la profesión médica es el de la recertificación. Para el presidente de la SEMI se trata de algo lógico. 'Puede gustar más o gustar menos, pero es un paso lógico que debemos dar', afirma. En su opinión, si 'defendemos que la Sanidad debe de ser de calidad, eso lleva implícito que los profesionales también deben acreditar esa calidad para desempeñar la función para la que están preparados'. Por eso desde la SEMI se entiende como lógico que hubiera un control de calidad razonable. 'Sobre todo en un oficio como el nuestro, en el que en cinco años la práctica clínica cambia tanto', concluye.