El 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad (DMO), ante el creciente impacto de esta enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud,
la prevalencia de la obesidad en muchos países europeos (incluido España) se ha triplicado desde 1980. Así, se estima que en los países europeos más del 70 por ciento de los adultos tienen un exceso de peso no saludable. Además, si se mantienen las tendencias actuales, se espera que
para 2030 más de la mitad de la población europea tenga obesidad.
Ante la prevalencia de la obesidad, destacan las demandas de los expertos y las esperanzas y avances que proceden desde la investigación. Desde la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), se han resumido algunas de las principales exigencias, recomendaciones y líneas de actuación de presente y futuro. La primera de ellas es que se reconozca a la obesidad como una enfermedad crónica.
En esta línea, María del Mar Malagón insiste en que es “
indispensable un plan nacional y europeo frente a la obesidad. Más aún si se tiene en cuenta que hay aún muchos europeos que podrían beneficiarse de los cuidados médicos para la obesidad y no los están recibiendo”.
Aumento de la prevalencia de la obesidad
El problema resulta especialmente grave si se tiene en cuenta, por ejemplo, que la obesidad reduce la expectativa de vida de forma equivalente al tabaquismo y se sitúa como la quinta causa de muerte en el mundo. Esta realidad queda puesta de manifiesto en el
World Obesity Atlas 2023, que se publica hoy, con proyecciones actualizadas de prevalencia de la obesidad e impacto económico hasta el 2035.
En este contexto, Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO, considera que “los profesionales de la salud pueden marcar la diferencia en el tratamiento adecuado de la obesidad, adquiriendo un mayor conocimiento sobre la enfermedad y sobre todas las circunstancias que la rodean”. A ello hay que sumar que
hasta un 75 por ciento de los europeos que viven con obesidad no reconocen que tienen esta enfermedad.
De esta forma, se demanda más investigación en obesidad, que esté sustentada por una mayor financiación. Desde la SEEDO se considera que con más financiación se optimizarían los resultados en investigación y se avanzaría en la traslación del conocimiento científico al abordaje de todas las dimensiones de la obesidad, que es un ejemplo de enfermedad multifactorial.