El control del LDL es un aspecto importante en
prevención primaria, ya que los niveles de colesterol elevado son un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el control del LDL puede variar entre individuos.
Es fundamental que las personas en
prevención primaria se sometan a evaluaciones médicas regulares que incluyan pruebas de colesterol, para determinar su nivel de riesgo y tomar medidas preventivas adecuadas.
Entre estas se encuentran las
modificaciones en la dieta, el aumento de la actividad física y en algunos casos prescripción de estatinas u otros medicamentos para controlar el colesterol.
La
prevención primaria es un enfoque proactivo para reducir el riesgo de enfermedades, pero el control del LDL y otros factores de riesgo es un proceso individualizado que depende de la salud, la genética y el estilo del vida de cada persona.
Por lo tanto, es necesario que los pacientes se impliquen en el control de sus cifras de colesterol para asegurarse que su LDL está bien controlado.
Trastornos metabólicos
La prevalencia de trastornos metabólicos en
prevención primaria puede variar según la población y la región. Los
trastornos metabólicos incluyen la diabetes tipo 2, la obesidad, la dislipemia y otras. Estos trastornos están relacionados con factores de riesgo como la alimentación, el estilo de vida y la genética.
La prevalencia específica de cada trastorno metabólico puede variar ampliamente, pero en general, se han observado tasas crecientes de diabetes tipo 2 y obesidad en muchas partes del mundo.
La prevención primaria se centra en fomentar
estilos de vida saludables, la educación sobre la alimentación y ejercicio, así como la identificación temprana de factores de riesgo, con el objetivo de prevenir o retrasar el desarrollo de estos trastornos.
Control del colesterol
La reducción del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad con el tratamiento hipolipemiante ha demostrado disminuir el riesgo de presentar complicaciones cardiovasculares durante el seguimiento, tanto en
prevención primaria como
secundaria.
Un gran número de pacientes no logran los objetivos de control recomendados, esto se debe una baja
adherencia a las terapias hipolipemiantes. Aunque la base del tratamiento lo constituyen los cambios hacia un estilo de vida más saludable, en muchas ocasiones esto no es suficiente y es necesario añadir un
tratamiento hipolipemiante para alcanzar objetivos.
Terapia intensiva combinada
Según dos documentos de consenso SEC para el manejo de las dislipemias en prevención primaria y secundaria, se aboga por la terapia intensiva precoz para lograr los objetivos de LDL en pacientes de alto o muy alto riesgo lo antes posible. Por lo tanto, se recomienda utilizar como terapia inicial el
tratamiento combinado de una estatina al alta potencia, como rosuvastatina, y ezetimiba, ya que de lo que se trata es de buscar la estrategia más eficiente para alcanzar los objetivos de LDL de forma rápida y eficaz.
Por otra parte, no se puede olvidar que la
adherencia terapéutica es fundamental para el paciente crónico y polimedicado. La utilización de una combinación fija permite reducir el número de comprimidos y mejorar la adherencia.
Factores de riesgo
En prevención primaria, la edad se considera un
factor de riesgo independiente. A medida que las personas envejecen, tienen un mayor riesgo de desarrollar ciertas condiciones de salud debido a procesos biológicos normales asociados con el envejecimiento. Por ejemplo, el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer tienden a aumentar con la edad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la edad también está relacionada con otros factores de riesgo, como el estilo de vida y la genética. En muchos casos, los
factores de riesgo se combinan y es la interacción entre ellos lo que aumenta la probabilidad de una enfermedad. Por lo tanto, aunque la edad puede ser un factor de riesgo independiente, suele estar relacionada con otros factores que influyen en la salud.
Es fundamental recordar que la
prevención primaria implica tomar medidas para reducir o eliminar estos factores de riesgo siempre que sea posible, independientemente de la edad.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Cardiología David Martí Sánchez, Ana María Vaquero Martínez, Rebeca Mielgo Salvador, Joaquín Sánchez Prieto Castillo, el médico general Jesús Fraguas Gutiérrez y la médico de Familia Manuela Cerro Arnaiz, de Toledo.
