Hace 16 años que Elena Villalta encontró en el Ejército el espacio perfecto para aunar su pasión, el deporte, y su profesión, la Odontología. Así pues, desde que en 1996 ingresara en las Fuerzas Armadas, la Dra. Villalta ha estado cinco años destinada en el Cuartel General del Aire, posteriormente, en el Hospital Gómez Ulla y, por último, en la Guardia Real, donde lleva ejerciendo ocho años, y donde atiende a unas 1.600 personas, entre civiles y militares. Una etapa en la que, además, ha participado en misiones internacionales, una experiencia que ha calificado como muy positiva, tanto a nivel profesional como humano.
Usted es la responsable de la salud bucodental en el cuartel del Rey en El Pardo, ¿qué supone manejar la asistencia en un entorno de estas características?
Trabajar como odontólogo en un centro militar lo que supone, básicamente, es que hay que compaginar las funciones militares con las asistenciales. Mi actividad diaria se basa, fundamentalmente, en prestar servicio odontológico a todo el personal que está destinado en la Guardia Real, en el Cuarto Militar y en la Casa de Su Majestad el Rey, pero, además, esta asistencia odontológica debo compaginarla con actos militares como formaciones, juras de bandera, celebraciones de patrona, etc. Junto a esto, hay que destacar las misiones internacionales que, de vez en cuando, nos competen.
¿Existe algún tipo protocolo especial en este ámbito?
El servicio que se ofrece es el similar al que se da en una clínica privada. Aquí se hace una primera recepción al paciente, tanto personal civil como militar que está en el cuartel, y, posteriormente, se le informa de los tratamientos que se pueden hacer y los que no, y, en caso, de poder hacerse, se organizan sus citas. El resto de los pacientes que están fuera del cuartel piden cita por teléfono y aquí se les atiende.
¿En qué consiste exactamente su trabajo?
Un día cualquiera, lo primero que hago es formar a bandera con uniformidad militar, durante diez minutos, donde se informa de las actividades diarias con la orden del día, posteriormente, me cambio, me pongo mi uniforme de trabajo y empiezo la jornada, de 8 a 2 de la tarde. La primera media hora la suelo destinar a urgencias y el resto del día, trabajo con agenda. Suelo atender a una media de 8-12 pacientes al día y las citas se organizan en función del trabajo que haya que hacer a cada uno de ellos. En el caso de que haya alguna urgencia fuera del horario laboral, como casi todos tienen un seguro médico privado, acudirían a las urgencias de su hospital de referencia. Por otra parte, también hay un tiempo destinado a hacer deporte, bien a primera hora o a última hora de la mañana, porque no hay que olvidar que somos militares y tenemos que mantener y cuidar la forma física y en la Guardia Real tenemos unas magníficas instalaciones deportivas.
¿Qué tipo de prestaciones odontológicas se ofrecen?
En general, las prestaciones odontológicas militares dependen fundamentalmente del destino. No es lo mismo estar en un cuartel del Ejército de Tierra de un pueblo pequeño de España, que tiene poco presupuesto y menos recursos, que estar en la Guardia Real, que es una unidad de élite, por el trabajo que hace y el servicio que da. Este gabinete fue de nueva creación, yo lo puse en marcha e intenté que en él se diera un servicio de Odontología general básica, pero de calidad. Aquí no se hacen tratamientos muy específicos, como implantes, ortodoncia o endodoncia, a no ser que la lesión se produzca en acto de servicio, lo que se hace es la parte terapéutica, sobre todo, obturaciones, limpiezas, tratamientos periodontales, prótesis, cirugías menores, acciones de prevención y un poco de estética. Para ello he intentado desde el principio que hubiera materiales y equipamiento tecnológico de calidad.
Por lo que se refiere a la práctica asistencial, en total ¿a cuántas personas atiende? ¿Cuáles son sus perfiles exactamente?
Aproximadamente unas 1.600 personas pertenecientes a la Guardia Real, más el personal de la Casa de Su Majestad el Rey y el Cuarto militar.
Junto a usted, ¿qué otros profesionales intervienen y cuál es su labor?
Una auxiliar, que es militar, concretamente cabo, que está conmigo desde hace ocho años; y un protésico, personal civil, perteneciente al Ministerio de Defensa, cuyo trabajo lo desarrolla en su laboratorio. En este sentido, por lo que se refiere a las prótesis, el paciente sólo paga el material que precisa, a precio de coste, porque aquí no hay beneficio.
¿Con qué tipo de tecnologías, materiales y equipos cuentan?
El gabinete odontológico es básico, pero de calidad. Concretamente, un sillón, con todas las prestaciones; un aparato de radiología digital, de lo último que hay en el mercado; buen material fungible y de tratamiento. Bajo mi punto de vista, está suficientemente dotado.
¿Existe algún programa de prevención?
Al principio, intenté iniciar campañas de prevención pero es difícil porque una de las peculiaridades de los militares es que sus horarios son complicados, de hecho, la mayoría de las veces yo me adapto a sus necesidades y a su trabajo porque continuamente tienen maniobras, guardias, ensayos, actos, etc. En ocasiones doy citas que tienen que anular, en esto difiere, en parte, de la dinámica de una clínica privada. Lo que sí intento es 'negociar' con ellos la higiene dental. Les hago ver que se trata de un servicio gratuito del que pueden disfrutar y, a cambio, les pido que sean disciplinados y se comprometan con su higiene bucodental y con sus revisiones que vamos pautando.
En otro orden de cosas, y dada la situación que estamos viviendo, ¿en qué medida están afectando los recortes a este tipo de asistencia? ¿El presupuesto con el que cuenta es suficiente?
Es evidente que Defensa ha reducido gastos y esto afecta a todas las instituciones militares, y, por tanto, a la Guardia Real también. En el ámbito sanitario, más concretamente, en mi caso, aunque no hay tanto presupuesto como otros años, esto no me afecta para dejar de comprar los materiales que necesito. Considero que el presupuesto es suficiente.
¿Cómo y por qué decidió su incorporación como odontóloga en el Ejército?
Aunque hice la carrera de Odontología, mi vocación siempre ha sido el deporte y mi idea inicial era haber hecho INEF. Al final, por circunstancias personales, acabé la carrera de Odontología en Sevilla, pero mi intención no era, con 24 años, empezar a trabajar en una clínica privada. En este sentido, me informaron de la posibilidad de una salida profesional como era la de odontólogo militar y el hecho de que estuviera vinculada al deporte, que fuera muy activa y la flexibilidad de los horarios, me hizo definirme por ella. Una vez acabada la carrera, me preparé la oposición y aprobé, y mi primer destino fue Madrid, y aquí me quedé hasta hoy. En 1996 ingresé en las Fuerzas Armadas, salí de teniente en 1997, he estado cinco años destinada en el Cuartel General del Aire, de ahí estuve un año y medio en el Hospital Gómez Ulla para posteriormente venir a la Guardia Real, donde llevo ocho años. Por lo tanto, llevo en el Ejército 16 años.
Desde que ingresó en las Fuerzas Armadas, ¿en qué otros destinos ha ejercido?
Mi primera misión internacional fue en 2002, en Afganistán, durante dos meses y medio, en un pequeño hospital de campaña que desplegó España en apoyo a los americanos. En este momento, yo estaba destinada en la Policlínica del Aire y como esa misión la realizó el Ejército del Aire yo iba con la dotación de médicos, concretamente, estuve en una base americana, en Bagram. En esta primera misión, los medios odontológicos fueron bastante escasos, porque fue todo muy precipitado y el gabinete se tuvo que montar rápido. En cualquier caso, tuvimos mucho trabajo, ya que además de asistir a los militares hicimos mucha ayuda humanitaria, atendimos a mucha población civil. La siguiente misión internacional fue en 2010, en la base de Herat, al oeste de Afganistán. Aquí está el hospital de campaña, Role 2, que tiene España, un centro muy completo con servicio de triaje, UVI, quirófano, laboratorio, farmacia y un gabinete odontológico muy bien equipado para hacer cualquier tipo de tratamiento y asistencia, incluso con ortopantomógrafo. De hecho el odontólogo en misiones es el especialista que más trabajo tiene a diario. Aunque al principio impone un poco de respeto irte a un país como Afganistán, la experiencia fue muy positiva, tanto a nivel profesional como humano, y, además, considero un honor poder dar servicio a las tropas españolas y a la población civil allí desplegadas.
¿Se requiere alguna formación adicional a la estrictamente sanitaria? ¿Hay que realizar algún tipo de examen o prueba para poder trabajar en este entorno?
Para entrar hay que hacer una oposición que consiste en unos exámenes de conocimiento general odontológico, inglés, test psicotécnicos, pruebas médicas y unas pruebas físicas. En este sentido, el deporte está muy potenciado en la mayoría de las instituciones militares.
¿Qué papel ocupa el odontólogo en el escalafón militar? ¿Cuál es exactamente su rango? ¿Existe algún tipo de progresión en dicha jerarquía?
Yo aquí me rijo por mi condición de militar, ahora mismo soy comandante, y, por ejemplo, mi sueldo va en función de mi graduación militar. Como odontóloga pertenezco al Cuerpo Militar de Sanidad, que, a su vez, se encuadra en una serie de grupos de especialidades que existen en el Ejército que se denominan Cuerpos Comunes de la Defensa. En este contexto, los Cuerpos Comunes de la Defensa son: el Cuerpo Militar de Sanidad, jurídicos, interventores y los músicos militares. Concretamente, en la Guardia Real hay un equipo de médicos y enfermeros, psicólogo, veterinarios y farmacéuticos que pertenecemos al Cuerpo Militar de Sanidad. Por lo que se refiere a la progresión, cuando salimos de la academia lo hacemos con la graduación de teniente, para posteriormente ascender a capitán, comandante, teniente coronel y coronel. Lo último sería general, todo va en función de un mínimo de años que hay que cumplir y unos méritos militares y académicos. Cada año nos evalúan y nos valoran con un informe personal, como una especie de carrera profesional, que va a determinar, en cierta medida, cuando te toca el ascenso.
¿Hay suficientes odontólogos en el Ejército? ¿Hay una distribución homogénea en todo el Estado?
Yo creo que sí. Hace años la Sanidad militar se reestructuró completamente, de hecho, se cerraron muchos hospitales militares, y lo que se hizo fue potenciar los servicios de Odontología en las bases y cuarteles. Mientras que antes casi todo se centralizaba en los hospitales centrales, como el Gómez Ulla, Zaragoza, El Ferrol, ahora la asistencia odontológica se hace en los cuarteles, bases y cuarteles generales. Así pues, en todo el territorio nacional, cuando hay un cuartel grande o un centro importante, como puede ser una academia militar, dentro de la dotación suele haber un servicio de Odontología. Además, cada ejército, tanto el de Tierra, como el Aire, o la Armada, tienen un número de vacantes para odontólogos militares y ellos los distribuyen en función de sus necesidades. Por ejemplo, en Madrid, tienen servicio de Odontología la Brigada Paracaidista o la base aérea de Torrejón. También hay barcos en cuya dotación hay servicio de Odontología, antes en el Príncipe de Asturias, ahora en el nuevo portaaviones Juan Carlos I y algunas fragatas.
Cambiando de tema, desde el punto de vista de la profesión, ¿cuál es la situación actual de la Odontología en España? ¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades?
Actualmente la Odontología está marcada por la plétora profesional. En este sentido, uno de los problemas es que cada vez hay más franquicias y aseguradoras, que lo que hacen es competir con los precios, lo que lleva a que grupos inversionistas piensen que con mano de obra cualificada y barata se consiga un nicho de mercado interesante. La publicidad agresiva que utilizan en muchos casos es engañosa ya que no se da una información estricta, se camufla muchas veces la realidad, se sobretrata a los pacientes y esto repercute en la salud oral de la población general. En cuanto a fortalezas, hay que señalar que los estudios científicos han demostrado que la salud oral influye directamente en la salud general del paciente. Así pues, se sabe que hay una vinculación directa de la enfermedad periodontal con las enfermedades cardiovasculares, con la evolución de la diabetes, con los embarazos prematuros, etc. Además, otro de los puntos fuertes es la incorporación de las nuevas tecnologías a la Odontología y, en este sentido, cada vez hay más medios para dar una asistencia de mayor calidad. Por otro lado, el nivel de nuestros profesionales tiene el reconocimiento nacional e internacional y el prestigio de la Odontología en España está a la altura de los mejores países europeos.
Es una realidad entonces que sobran odontólogos en España, ¿cómo se puede controlar ese exceso?
Legalizar los numerus clausus, de verdad. En este sentido, el Colegio de Odontólogos de Madrid está trabajando firmemente para llegar a un acuerdo con las comunidades autónomas, el Ministerio de Educación y de Sanidad, con las facultades, etc.
Debido a la plétora profesional, ¿podríamos decir que se está produciendo una emigración de odontólogos españoles a otros países?
Evidentemente. Muchos de ellos se ven obligados a irse al extranjero, fundamentalmente, a Francia, Inglaterra y Holanda. Sin contar con el paro que hay en la profesión, que hace que muchos de ellos tengan que trabajar en puestos que nada tienen que ver con su profesión.
¿Puede afectar la crisis a la salud bucodental de los españoles?
Totalmente. Muchas comunidades autónomas tenían planes de salud oral que con la crisis han desaparecido. En esta misma línea, a nivel personal, el paciente, con la crisis, también ha cambiado su dieta, ahora son más cariogénicas o con más hidratos de carbono; además, tarda más en renovar su cepillo de dientes; acude menos al dentista a realizar sus revisiones; si tiene una caries, espera hasta el último momento para tratarse... Son detalles que repercuten en su salud bucodental. La prevención no cuesta tanto, es mucho más coste-efectiva que la Medicina defensiva, pero es una de nuestras asignaturas pendientes. Esta prevención debería empezar desde el colegio, en edades tempranas, para conseguir resultados a largo plazo.
¿Es esta crisis un caldo de cultivo para el aumento del intrusismo profesional?
El intrusismo es una de las 'plagas' de nuestra profesión desde hace mucho tiempo. Hay denuncias y casos actuales de protésicos que hacen intrusismo; de centros que hacen blanqueamientos, que no hay que olvidar que es un tratamiento oral que tiene sus riesgos; de ofertas que salen en Internet, etc. Todo esto debería regularse y, en caso de detectar irregularidades, éstas deberían penalizarse de forma real y contundente.
Respecto a las especialidades oficiales en Odontología, ¿su organización es una reivindicación de la profesión? ¿Cuándo cree que serán una realidad en España?
La articulación de las especialidades en Odontología es una reivindicación clásica e histórica. Nosotros querríamos que se hiciera pero es complicado porque depende de decisiones políticas, del Ministerio de Sanidad y el de Educación, del Consejo de Odontólogos, de las sociedades científicas, de las universidades... Todos queremos una salud oral universal pero, dada la situación actual de crisis y teniendo en cuenta que nuestro campo es muy costoso, es complicado.
En este sentido, si bien no nos encontramos en el mejor contexto económico para implantar un servicio de salud oral universal y público, ¿existen algunas medidas o esfuerzos que las Administraciones pudieran hacer para incorporar este tipo de prestaciones dentro del Sistema Nacional de Salud? ¿Podremos hablar algún día de la cobertura de la Odontología en el sistema público de salud?
Esperemos que sí, por el bien de la salud de los ciudadanos y por el bien de la profesión, pero es una tarea ardua.