La primera infección de una persona con el virus de la influenza probablemente estimula la producción de anticuerpos claves que luego dan forma a las respuestas inmunes más tarde a diferentes cepas de la gripe estacional. En un estudio publicado en 'Cell Reports', investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ofrecen ideas sobre cómo la exposición a los efectos de la gripe impacta en el sistema inmunológico, lo que podría ser útil para el diseño de vacunas más eficaces y de mayor duración.
Los investigadores, dirigidos por Stephen Harrison, del Hospital de Niños y la Escuela Médica de Harvard, han estado examinando cómo los anticuerpos evolucionan con los años a medida que una persona está expuesta a diferentes cepas de la gripe estacional. Se centraron en un individuo que informó que recibió su primera vacuna contra la gripe a los 18 años de edad y evaluaron particularmente de cerca los anticuerpos que se dirigen a la hemaglutininaen el virus de la influenza que es necesario para su unión a una célula huésped.
'El virus no puede tolerar los cambios en el núcleo de este sitio, que es esencial para la infección --explica Harrison--. Porque se dirigen a un sitio que puede mutar solamente en sus bordes, estos anticuerpos pueden bloquear la infección por un gran número de diferentes virus de influenza'.
Gracias al examen de las distintas cepas de la gripe estacional que surgían mientras este individuo estaba crecía, el equipo encontró que los virus que circulan alrededor de la época del nacimiento de la persona son probable los responsables de inducir la respuesta inmune inicial que implica que los anticuerpos se unen a la hemaglutinina viral.
En otras palabras, la persona probablemente contrajo la gripe cuando era un niño pequeño, lo que dio lugar a la producción de anticuerpos contra la hemaglutinina que eran importantes en las respuestas inmunes más tarde contra otras cepas de la gripe estacional.
'El enfoque demuestra cómo la impronta temprana de nuestro sistema inmunológico por la exposición a un virus en particular puede influir en nuestra respuesta a los encuentros posteriores', dice el primer autor de esta investigación, Aaron Schmidt.
Los investigadores también encontraron que la vacunación a la edad de los 18 años estimuló y actualizó los anticuerpos iniciales contra la hemaglutinina. Tienen la esperanza de llevar a cabo experimentos adicionales en otras personas para ver cómo vacunaciones o infecciones de gripe anual podría continuar impactando en estos anticuerpos con el tiempo.
Los hallazgos sugieren que la vacunación de los lactantes contra las regiones conservadas de hemaglutinina puede ser un paso constructivo hacia una vacuna que provoque la inmunidad de larga duración. 'Pero se necesita mucho más trabajo para examinar esta sugerencia', concluye Harrison.