Los principales
factores de riesgo cardiovascular son la hipertensión arterial, el tabaquismo, hipercolesterolemia, diabetes mellitus y sobrepeso/obesidad, sobre todo la obesidad abdominal o visceral. Estos son los denominados factores de riesgo mayores e independientes, y son los que tienen una asociación más fuerte con la
enfermedad cardiovascular, siendo muy frecuentes en la población.
Los
factores de riesgo cardiovascular mayores están relacionados en su mayoría a la obesidad y la inactividad física. El sedentarismo y las dietas ricas en grasas saturadas y azúcares han perjudicado en gran medida la salud cardiovascular de la población.
Para hacer frente a esta situación desde Atención Primaria se debe seguir desarrollando estrategias para el control y la prevención de los principales
factores de riesgo cardiovascular.
Guías de prevención
Las nuevas guías de
prevención cardiovascular europeas de 2021 incorporan nuevos algoritmos para el cálculo del
riesgo cardiovascular: el SCORE2 y el SCORE2-OP. Esta actualización se centra en los
factores de riesgo cardiovascular.
Es importante definir las características de cada individuo para considerar el tipo de
prevención más adecuada, distinguiendo 4 grandes grupos: las personas aparentemente sanas, los pacientes con
enfermedad cardiovascular establecida, los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y los pacientes con
factores de riesgo cardiovascular específicos, insuficiencia renal e hipercolesterolemia familiar.
Tratamiento
Las guías proponen que el tratamiento se debería pautar en los grupos de muy alto riesgo; es decir, en los pacientes menores de 50 años con un SCORE2/ SCORE2-OP mayor a 7,5 %, en pacientes de 50 a 69 años con un SCORE2/SCORE2-OP mayor de 10 % y en pacientes de más de 70 años con un SCORE2/SCORE2-OP mayor de 15 %.
En caso de los pacientes clasificados con SCORE2/SCORE2-OP de alto riesgo se recomienda plantear el tratamiento. En el caso de que un paciente se clasifique con una categoría de bajo riesgo no se recomienda tratar, pero se debe considerar dicho riesgo junto con los modificadores de riesgo, la fragilidad, la comorbilidad, el beneficio de tratamiento, la polifarmacia y las preferencias del paciente para tomar las decisiones terapéuticas.
Limitaciones de las escalas de riesgo
No obstante, este algoritmo presenta como limitaciones el hecho de no tener en cuenta la historia familiar, el estrato socioeconómico, la nutrición, la actividad física, la función renal, la raza o los antecedentes familiares.
De ahí, la importancia de ser cautelosos a la hora de interpretar los resultados de las
tablas de riesgo en individuos que pueden tener características especiales. Sobre todo, hay que recordar que se mantiene a la diabetes mellitus fuera de la tabla de riesgo, pues se estos pacientes son considerados directamente individuos de alto/muy alto riesgo.
Prevención
La
prevención es clave para mejorar la
salud cardiovascular. Por eso, debería incluirse dentro de la formación curricular escolar, fomentando evitar el consumo de tabaco, así como la exposición al humo de estos productos; tener una alimentación sana, variada, limitando el consumo de alimentos precocinados, enlatados, comida rápida y bebidas azucaradas; realizar actividad física de forma regular, de al menos 150 minutos a la semana, como suplemento de la actividad cotidiana; limitar el consumo de alcohol; establecer unas pautas de sueño adecuadas, y controlar, en la medida de lo posible, los factores relacionados con el estrés, tanto a nivel laboral como social y personal.
También es importante hacer un seguimiento de los factores genéticos o familiares predisponentes, así como de todas aquellas condiciones y enfermedades que aumentan el
riesgo cardiovascular.
Beneficios
En
prevención primaria no hay ensayos clínicos que hayan evaluado la relación entre alcanzar determinados niveles de
colesterol y una disminución de eventos clínicos. Cuanto más elevado sea el nivel de
colesterol LDL de partida, mayores serán los beneficios.
Por su parte, el tratamiento
hipolipemiante más efectivo después de la
estatina en
prevención secundaria son el
ezetimiba y los PCSK9. Están indicados en pacientes que no logran objetivos con la dosis máxima tolerada de estatinas y en los que no toleran
estatinas, generalmente por mialgias.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Yolanda Martín Blázquez, Ana Ceballos Martínez, Ascensión Mínguez Mena, Vicente Martín Moreno, José Ramón Rodríguez Encinar y Francisco Javier Castellanos Maroto, de Madrid.