Dice que todas las mañanas se levanta para gestionar 7.446 millones de euros que garanticen la asistencia sanitaria a todos los madrileños. Dispone del 41,6 por ciento de todo el presupuesto de la Comunidad de Madrid para conseguir una Sanidad pública, universal, gratuita (copartícipe), cercana, humanizada, eficaz, eficiente y sostenible. Jesús Sánchez Martos cuenta a EL MÉDICO lo que ha hecho en este año al frente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y los planes que tiene para el resto de la legislatura.
¿Cómo ha gestionado este año su Consejería?
Con dos pilares básicos, apoyados en el viceconsejero, Manuel Molina Muñoz. Por un lado está la Dirección General de Coordinación de Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia Sanitaria. Con esto cambiábamos un aspecto muy importante para sostenibilidad. hasta ahora, se hablaba de la atención al paciente, nos interesa el paciente, pero por encima el ciudadano, porque pretendemos que no llegue a ser paciente. Y por otro lado, está la Dirección General de Coordinación de Asistencia Sanitaria.
¿Qué objetivo se ha conseguido con esa estructura?
Acabar con los compartimentos estancos. Aquí ya no se habla de Atención Primaria, por una parte, y de Especializada, por otra. Queremos transmitir que los propios profesionales y gestores de la consejería en Madrid están dentro de los hospitales y fuera de los hospitales. Los profesionales de Primaria son médicos, enfermeras, matronas'especialistas. Es muy importante que llegue a la población.
¿El profesional lo vive de esa forma?
Lo está viviendo así y lo está agradeciendo. Son los profesionales de Atención Primaria los que más valoran este cambio, ya que han sido un poco los olvidados por el sistema. Primaria era la hermana pobre, pero ahora ha recibido una herencia importante
Y los otros hermanos, ¿no tienen celos?
Sí, pero para eso está la familia.
¿Cómo se gestiona esta situación?
Con César Pascual, que es el director general de Coordinación de la Asistencia Sanitaria, porque ya no existen compartimentos estancos y la Primaria y la Especializada se unen gracias a la continuidad asistencial. No es algo teórico, es algo real.
¿Cómo de real?
Ya no hay 35 hospitales en Madrid ni 428 centros de salud, hay un Servicio Madrileño de Salud, que dirige Manuel Molina, y todos los centros de salud, a través de sus direcciones territoriales, y todos los hospitales, a través de sus gerentes, saben que dependen directamente del Servicio Madrileño de Salud. Esto es importante porque tienen autonomía de gestión, pero no independencia. Es clave para la sostenibilidad del sistema.
¿Qué porcentaje de estos logros han conseguido en el año largo que lleva en el cargo?
Por ahora llevamos más de un 70 por ciento. El objetivo de la legislatura es que cuando se cumplan cuatro años hayamos conseguido que los profesionales estén integrados dentro del Sistema Madrileño de Salud.
Todo esto, ¿cómo se plasma en la asistencia diaria del profesional sanitario?
El profesional está viendo que hay 30 millones de euros para Atención Primaria, gracias a un acuerdo de Cristina Cifuentes con Ciudadanos. Estamos mejorando las estructuras de Atención Primaria, creando nuevas estructuras' El mes pasado se ha presentado el plan de urgencias y emergencias de la Comunidad de Madrid.
¿En qué consiste ese plan?
Urgencia no siempre es H de hospital. Esto no es tan fácil de conseguir. Si alguien se tuerce un pie, va al hospital. Con el SUAP (Servicio de Urgencias de AP) queremos potenciar las urgencias en Atención Primaria. Entre el 82 y el 85 por ciento de las urgencias que se vieron en los hospitales en los dos últimos años se podrían haber resuelto en AP.
¿Qué porcentaje de urgencias que llega a un hospital ingresa?
Según datos de los últimos seis meses, cerca de un 10 por ciento. Hay que poner énfasis en esto, porque muchas se pueden atender con avisos domiciliarios, en el SUAP que está abierto todas las noches y todos los fines de semana o en el SAR (servicio de atención rural). Entre estos últimos destaca el del Molar, que es el mejor de Europa.
En este contexto, ¿qué papel tiene la educación sanitaria?
Muy importante, por eso nace la Dirección General de Coordinación de Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia Sanitaria, que en junio presentó el nuevo plan.
¿Cuál es la base de ese proyecto?
Queremos poner en valor la humanización de la asistencia. Dentro de ese plan está la Escuela Madrileña de Salud, que busca la educación para la salud de los ciudadanos para que no lleguen a ser pacientes, sin olvidar al cuidador. Además, está el diseño de los programas dirigidos a los ciudadanos para evitar enfermedades. Sobre todo, se llevan a cabo en colegios, donde trabajamos de forma conjunta con la Consejería de Educación. También queremos que el cuidador no sea informal. Por eso, hay que darle una formación para que se sienta más seguro. Si formo a un cuidador consigo que se sienta más seguro y que el paciente esté mejor cuidado y, por lo tanto, ingresa menos en el hospital.
Y, ¿qué pasa con el ciudadano?
El ciudadano también tiene que saber utilizar los recursos sanitarios. Estamos buscando alternativas a la hospitalización a domicilio o del hogar, que es lo mismo pero con confort. De eso, las que más atienden son nuestras enfermeras de Atención Primaria.
¿Está cuantificado cómo retorna lo que se invierte en educación para la salud?
Según diversos estudios disminuyen los reingresos en más de un 35 por ciento. Lejos de cuantificar en dinero, hay que hacerlo en número de personas que acuden a las urgencias y esto ya lo estamos consiguiendo, porque en lugar de ir a urgencias hospitalarias se hace el triage con el servicio de urgencias a domicilio, que deriva al centro más cercano a su casa. En el servicio de urgencias de Primaria tienen especialistas y la media de espera no superara media hora. Sin embargo, en el hospital, la media está en cuatro. Hay que fomentar la idea.
Entonces, ¿está hablando de gestión?
De gestión eficaz y eficiente. Estamos optimizando los recursos. Vamos a ver qué tenemos y cómo lo podemos utilizar.
¿Nos puede dar un ejemplo?
Lo que estamos haciendo con las lista de espera quirúrgicas. Estamos consiguiendo que los jefes de servicios de los hospitales, los gerentes, junto con César Pascual, decidan que hay que aumentar la jornada de tarde. Somos la única comunidad autónoma que publica los datos reales el 15 de cada mes. De media estamos en 47 días, la media nacional es de 84. En seis meses hemos reducido la lista de espera en un 72 por ciento.
¿Hacia dónde van los retos en salud?
Tenemos muy claro que es una ruta sociosanitaria. Madrid es la capital del envejecimiento. Tiene una esperanza de vida de 84,4 años. Tenemos los mejores médicos, la mejor Sanidad. Esto es un hándicap para el político, ya que tenemos que aprender a convivir con mayores y el sistema sanitario tiene que cambiar. Cada vez hay más personas con enfermedades crónicas y si aumenta la esperanza de vida habrá más dependencia, más polimedicación, más crónicos'
¿Cómo se va a asumir este cambio por parte de los profesionales?
Se va a manejar con unos planes de trabajo que se están desarrollando, porque necesitamos más camas de media y larga estancia y menos de agudos. La gestión ya no se puede medir con la media de estancia. Nuestro sistema sanitario está planteado para camas de agudos y hay que ir cambiándolo poco a poco, y todos los cambios generan resistencia.
¿Cómo se afronta esa resistencia?
Escuchando mucho, hablando mucho y pactando mucho. Este año he recibido a los sindicatos, a las sociedades científicas, a los colegios profesionales, a pacientes. Pero ya estamos consiguiendo dar los primeros pasos.
¿En qué consisten?
Por ejemplo, en la central de compras. Se ha potenciado la central de compras de productos farmacéuticos y material sanitario, con objeto de homogeneizar el catálogo de productos utilizados en los centros sanitarios y obtener reducciones de costes al agregar volumen y estandarizar productos. En el año 2015 se consiguieron ahorrar en todo el SERMAS un total de 20.488.584 euros, de los que 17.769.117 euros corresponden a la compra centralizada de medicamentos y los 2.719.467 restantes a la compra de productos sanitarios.
Todo este ahorro, ¿dónde se va a reinvertir?
En tecnología y en mejorar la estructuras del sistema sanitario, en los hospitales y en los centros de salud.
En cuanto a los recursos humanos, ¿hacia dónde se dirigen los cambios?
Hemos conseguido una reconversión en interinos de 4.500 profesionales, tenemos en marcha seis nuevas categorías profesionales: enfermera especialista, nutricionista, óptico optometrista, técnico de emergencias sanitarias, auxiliar de farmacia y técnico de administración y formación sanitaria. Para 2017 estamos contemplando la posibilidad de incluir la categoría de podólogo, que se integraría en Primaria, pero no en todos los centros de salud.
Y, ¿cómo está la carrera profesional?
La carrera profesional es una vinculación con los méritos, no con el tiempo que se lleva trabajando, para eso están los trienios. Queremos potenciar los buenos trabajadores y para eso hemos conseguido un documento jurídico que me autoriza a la acreditación administrativas de la carrera profesional.
¿El profesional tiene miedo a esa evaluación?
Nosotros tenemos la encuesta de satisfacción de los ciudadanos y a través del observatorio de los resultados superamos el 93 por ciento de los ciudadanos que están satisfechos. La lista de espera de un servicio tiene que estar reflejada en la carrera profesional.
¿Cuáles son las áreas terapéuticas que más le preocupan?
La hepatitis. Está claro, tenemos un compromiso. No hay un medicamento caro si salva una vida. Somos la comunidad que más porcentaje de pacientes con hepatitis C estamos tratando. Estos fármacos y otros quimioterápicos deberían ser negociados a través de la agencia europea del medicamento. También la Oncología. Afortunadamente estamos teniendo principios activos con menos efectos secundarios y mejor eficacia. También está el diagnóstico, donde las unidades de genética molecular facilitan la prescripción de fármacos de los que se benefician ciertos pacientes dependiendo de su perfil genético.
¿Alguna más?
No nos podemos olvidar de la Cardiología, donde se enmarca el Código Ictus y el Código Infarto de Miocardio. Sabemos que una endarterectomía salva una vida y el nivel de efectos secundarios es menor: invalidez, ingresos... Nos interesan mucho las urgencias, la coordinación entre Atención Primaria y hospitalaria, conjuntamente con el SUMA. Ahí es donde vamos a dedicar la inversión, al mismo tiempo que en Primaria.
¿Cuál es el mejor potencial de la Sanidad madrileña?
Sin lugar a dudas, su profesionales. El 90 por ciento está deseando tener implicación en la mejora del sistema.