Desvincular la titularidad y la propiedad de las farmacias, según la reforma que propone el documento del Ministerio de Economía que ya se conoce, no sólo no beneficia a la prestación farmacéutica española, modélica en todas sus facetas, sino que además no existe en países de la Unión Europea como Alemania, Austria, Francia e Italia, entre otros, ha argumentado la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (FEDIFAR). La posible desregularización, explica, abre la puerta a cualquier persona que tenga recursos económicos suficientes para abrir una botica y comercializar sus productos. Al frente de la misma, eso sí, tendrá que estar un farmacéutico.
La totalidad de los Colegios farmacéuticos coinciden en su rechazo de un texto que interpone un interés mercantil y comercial por encima del sanitario, en lo que se refiere a dispensación y distribución farmacéutica. Aunque la intención de generar economías de escala, basadas en la integración vertical, pueda ser vista como un punto favorable para la mejora de la situación económica, también podría tener el efecto colateral de la expulsión del farmacéutico, como profesional liberal, vertebrador y exponente de las clases medias, añade.
Por ello, desde FEDIFAR se comparte 'la necesidad de introducir reformas en el país que persigan los objetivos de controlar el déficit público e impulsar el crecimiento económico. Aplaudimos, además, la valentía del Gobierno en muchas de las medidas adoptadas, y confiamos en que den fruto a medio plazo. Sin embargo, la reforma que se propone, permitiendo que la propiedad de las farmacias se desvincule de la titularidad, no aporta nada en ninguno de los dos sentidos. Es más, deterioraría un servicio considerado por los usuarios 'de muy buena calidad'', señala la Federación en su comunicado.
'El mundo de la farmacia tiene argumentos sólidos en favor de nuestro modelo de farmacia que seguro sabrá hacer valer. FEDIFAR los suscribe en todos sus términos. El cambio que propone el texto elaborado por Economía no aporta valor alguno al crecimiento económico, ni a la reducción del déficit, por lo que no genera ningún beneficio al usuario. Reformar por reformar no parece lógico, y más cuando es algo que funciona bien y es eficiente', añade.
Buscar el consenso
Por todo esto, concluye, 'cada vez se hace más preciso, por el bien y la supervivencia del Sistema Nacional de Salud, una búsqueda conjunta de fórmulas que tengan como objetivo paliar el efecto negativo que todas las medidas que se están desarrollando están produciendo sobre nuestro sector. La organización y coordinación de los agentes que participamos en él se hace cada vez más esencial. Tenemos que ser capaces de hacer un planteamiento común, de manera que se pueda llegar a un gasto público en medicamentos asumible por todos, sin que se genere un deterioro en el servicio que recibe el ciudadano'.