La sensibilización central es una amplificación de la señal neural dentro del sistema nervioso central que desencadena hipersensibilidad al dolor. El Dr. Luis Roca Ruiz, traumatólogo del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, explica que hay unas vías ascendentes que habitualmente en estas patologías están hiperexcitadas,…
La sensibilización central es una amplificación de la señal neural dentro del sistema nervioso central que desencadena hipersensibilidad al dolor. El Dr. Luis Roca Ruiz, traumatólogo del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, explica que hay unas vías ascendentes que habitualmente en estas patologías están hiperexcitadas, y hay unas vías descendentes que se encargan de la inhibición del dolor. En estos pacientes, la inhibición de la vía descendente también está alterada. El dolor entra por unas vías ascendentes que están hiperexcitadas y se controla con unas vías descendentes que lo inhiben, y en ese momento están apagadas. De esta forma se produce una amplificación del dolor a nivel central.
La prevalencia de la sensibilización central es bastante frecuente, y se da más en las mujeres. Aproximadamente, y dependiendo de las patologías, se calcula que una horquilla de entre un 17 y un 35 por ciento de la población con dolor crónico puede tener una hipersensibilización central.
La causa de que la prevalencia sea mucho mayor en mujeres podría ser por su sensibilización especial, así como por los controles de las vías ascendentes y descendentes. No se sabe muy bien por qué les afecta más. También hay un componente genético. Una artrosis o un dolor crónico mantenido en la rodilla son más frecuentes en mujeres. Por el contrario, el dolor lumbar crónico suele darse más entre los hombres.
Respecto a la edad, los pacientes que tienen artrosis de rodilla suelen tener entre 55 y 65 años. Por patologías, casi un 30 por ciento de los pacientes con artrosis de rodilla tienen sensibilización central, y casi un 25 por ciento de los pacientes con dolor lumbar crónico. Respecto a las personas con dolor en la columna cervical, entre un 15 y un 20 por ciento tienen sensibilización central.
Luego hay una serie de patologías que hasta ahora conllevaban un dolor crónico no explicado, como se dice en los textos médicos, que son, por ejemplo, la fibromialgia, la epicondilitis crónica, los traumatismos cervicales menores que se cronifican. Todas estas patologías muy inespecíficas, que cursan con un dolor crónico que no se sabe a qué se debe podrían tener en su raíz la sensibilización central del dolor.
Respecto al tratamiento, debe ser multidisciplinar, es decir, tiene que enfocarse a través del médico de cabecera, pero también en Atención Especializada. En este ámbito intervienen muchos especialistas, como el reumatólogo, el rehabilitador, el fisioterapeuta o el traumatólogo, etc.
La sensibilización central tiene, por un lado, un tratamiento no quirúrgico, conservador y con farmacología; por otra parte, tiene un tratamiento no quirúrgico, como la práctica de ejercicio o el yoga, que ayuda al paciente. En cuanto al tratamiento farmacológico, suele ser combinado y puede comenzar con paracetamol, tramadol, inhibidores de la recaptación de serotonina y noredralina.
El médico debe saber que en el paciente con sensibilización central el tratamiento con antiinflamatorios convencionales no sirve para nada, según asegura Luis Roca. “El ibuprofeno no es tratamiento para este tipo de dolor, y el paciente puede tomarlo durante varios años, pero no se le va a ir. El facultativo debe orientar al paciente hacia una serie de fármacos que sí tienen acción central y le sirven para quitarle el dolor”.