A pesar de que nuestro SNS ha sido reconocido como uno de los más eficientes modelos de asistencia sanitaria teniendo en cuenta tres parámetros: esperanza de vida al nacer, gasto absoluto y gasto relativo al PIB en salud; y de nuestra autocomplacencia con la bondad y teórica eficiencia de nuestro SNS, parece que ignoramos dos premisas fundamentales: a) que la sociedad actual no se parece en lo más mínimo a la de hace 40 años atrás, cuando se fundó el SNS; y b) que gran parte del impulso modernizador de nuestro SNS ha venido del trabajo de los propios profesionales sanitarios, de su implicación y voluntarismo.
La realidad actual del SNS
Existen varias razones por las que en el SNS deben acometerse cambios: 1. La sociedad actual es muy diferente a la de los años 80. Es lógico pensar que un SNS planteado para una época concreta necesite una mejora o, al menos, una adaptación a la realidad existente décadas después de su nacimiento. 2. Asistimos a un envejecimiento poblacional, que conlleva cronicidad, co-morbilidad, dependencia y fragilidad. Variables todas ellas ligadas a una mayor demanda de asistencia sanitaria y a un mayor gasto sanitario, con crecimientos previstos de la demanda para el 2050 de entre el 54 y 103 por ciento. 3. El crecimiento económico es uno de los factores de crecimiento del gasto sanitario. Las proyecciones de la OCDE y del Global Burden of Disease Health Financing Collaborator Network prevén un crecimiento del gasto sanitario per cápita, con tendencia a aumentar el porcentaje de gasto público sobre el PIB y un aumento del copago. 4. Sucede otro hecho, en este caso privativo de España, y que no es otro que haberse producido la transferencia de competencias del Instituto Nacional de la Salud (INSALUD) a las diferentes comunidades autónomas (CC. AA.). Sin duda, ello ha promovido innumerables beneficios y acercamiento de las decisiones y servicios a los ciudadanos. Pero, a la vez, dado que existen débiles instrumentos de cohesión, se han generado barreras interterritoriales al acceso de las prestaciones sanitarios de ciudadanos y profesionales, y han aparecido desigualdades e inequidades en la asistencia sanitaria. Y solo la presión de las sociedades científicas (SS. CC.) en los medios de comunicación, tras realizar estudios científicos que demostraban estos hechos, ha provocado que las administraciones hayan dado pequeñitos pasos para aportar alguna mejora puntual. Por ejemplo, diferentes SS. CC. Andrés Íñiguez A Andrés Íñiguez Jefe de Servicio de Cardiología en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Presidente de Honor de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Miembro de la Junta Directiva de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME). sociedades científicas Qué papel deben tener las en la mejora del Sistema Nacional de Salud (SNS) 1 2 3 4 (SEC, SEMI, SEOM, SEPD, SEPAR, SEEN, SEN) a través de los denominados estudios RECAL, han puesto en evidencia notables desigualdades en resultados de salud entre las diferentes comunidades autónomas en España en los diferentes procesos asistenciales de su competencia. 5. Por otra parte, la política clientelar, en ausencia de un marco estratégico para el SNS ha promovido la creación de nuevos y numerosos hospitales “locales” sin insertarlos en una red asistencial coherente. Lo que probablemente ha condicionado ineficiencias (aumento de costes y posible merma de la calidad). Como ejemplo, la existencia de hospitales de alto volumen de actuaciones, junto a otros de bajo volumen de actuaciones, desarrollando su labor en paralelo. En este sentido, es muy conocida la relación entre bajo volumen y peores resultados en salud. 6. Por si fuera poco, en nuestro SNS se vive una política de “gerencialismo”, gestión burocratizada y, en suma, una politización de la gestión, que ha conducido a la falta e, incluso, ausencia de compromiso de los profesionales con la gestión, y una notable desconfianza en la misma. No en vano, la prestigiosa revista Harvard Business Review, en diciembre de 2017, publicaba un artículo titulado “¿Por qué los mejores hospitales son dirigidos por médicos?”. Probablemente, porque, como reconoce la página web de la Clínica Mayo, los facultativos ponen primero el foco en las necesidades del paciente. 7. Hemos asistido a un expansionismo sin evaluación y recortes sin mejoras de la eficiencia (inadecuación del modelo asistencial a necesidades y demandas). Así ha sido evidenciado, por ejemplo, en la notablemente mayor mortalidad en la revascularización coronaria quirúrgica en España (mayor número de hospitales con cirugía cardiaca, bajo volumen de cirugías) frente a Inglaterra (menor número de centros con mayor volumen de actividad). En España solamente el 10 por ciento de los servicios de cirugía cardiaca hizo igual o más de 600 intervenciones quirúrgicas mayores, que es el mínimo recomendado por la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Cardiaca. Esta situación, de elevado número de centros realizando un bajo volumen de procedimientos complejos, se repite en otras áreas de conocimiento (cirugía del cáncer, neurocirugía, cirugía torácica, etc.). 8. Además, la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las fortalezas, pero también las debilidades de nuestro sistema sanitario y la necesidad de implementar mejoras en el mismo.Mirando al futuro. El papel de las SS. CC.
Si queremos de verdad que el SNS mejore, deberíamos plantearnos solo un reto: tener un SNS centrado en las personas, de calidad, equitativo y eficiente. La “Quadruple Aim” lo resume en: mejorar la salud, mejorar la experiencia de pacientes y de los profesionales, y aumentar la eficiencia. En base a ello, las SS. CC. pueden ser un aliado de inestimable valor para su mejora y un elemento imprescindible si se quiere de verdad conseguir esa mejora. Para mejorar el SNS se deberían llevar a cabo 12 actuaciones:- Combatir los factores de riesgo para la salud
- Dar una respuesta adecuada al envejecimiento poblacional.
- Poner al paciente en el centro del sistema.
- Evitar la uniformidad.
- Implantar una política de personal basada en competencias.
- Vincular el SNS con el conocimiento, la producción, la innovación.
- Digitalizar el SNS.
- Crear un Observatorio de Resultados del SNS.
- El SNS debe cumplir sus objetivos.
- Un enfoque correcto de la financiación del sistema sanitario en España.
- SNS más eficiente.
- La necesidad de una gestión con implicación de los profesionales.