En octubre de 2022 revalida su mandato al frente de la Presidencia del Consejo con mayoría absoluta, ¿qué significa para usted este apoyo? Para mí, este apoyo es fundamental para continuar al frente de un proyecto que empezamos cinco años atrás y en el que…
En octubre de 2022 revalida su mandato al frente de la Presidencia del Consejo con mayoría absoluta, ¿qué significa para usted este apoyo?
Para mí, este apoyo es fundamental para continuar al frente de un proyecto que empezamos cinco años atrás y en el que seguimos embarcados para mejorar la calidad de vida, defender los intereses de nuestras enfermeras y ofrecerles formación de calidad para seguir creciendo como profesión. Es evidente que las enfermeras y enfermeros son profesionales cada vez más formados, informados y preparados, y el sistema sanitario debe aprovechar mucho más este potencial.
¿Cuáles son los proyectos más destacados que están en marcha?
En estos años hemos puesto en marcha muchos proyectos que han tenido buenos resultados y que tenemos que seguir potenciando en el futuro. Hablo, por ejemplo, de las ayudas a los colegios para programas de fomento de la investigación; del aperturismo en la gestión mediante la creación de 12 comisiones importantes formadas por presidentes y miembros de sus juntas de gobierno; de las iniciativas para el desarrollo de la profesión, y la lucha por el Grupo A y por la defensa de la Enfermería para posicionarla a la vanguardia, el lugar que le corresponde. Estoy muy agradecido por la confianza y el aval que supone la reelección, porque significa que el CGE está representando y luchando por las necesidades reales de este colectivo. Seguiremos trabajando de forma incansable para posicionar a las enfermeras en el lugar que les corresponde y lograr que alcancen el reconocimiento público e institucional que les pertenece.
¿Y cuáles son los principales proyectos que quiere desarrollar en los próximos años?
Para nosotros es fundamental potenciar la formación y la investigación enfermera. Hemos destinado una partida de los presupuestos de la organización colegial de dos millones de euros para este propósito. Ayudas a la investigación, becas para desarrollar proyectos y cursos de formación continuada son algunas de nuestras actividades en la actualidad. Queremos apoyar a los colegios de manera que puedan hacer extensible las ayudas a todos los colegiados y dar la visibilidad que la Enfermería merece.
También tienen proyectos en el área de la investigación.
A través de nuestro Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) y del Instituto Español de Investigación Enfermera continuamos trabajando en estos objetivos y son parte fundamental de nuestras áreas de mejora. De hecho, ya hemos celebrado dos ediciones de los premios de Investigación del Consejo General de Enfermería. En esta segunda edición de los galardones repartimos 55.000 euros para becar distintos proyectos que servirán en un futuro para mejorar la calidad de vida de todas las personas. Además, continuamos reivindicando todas las carencias a las que se enfrenta el sistema sanitario en general y la profesión enfermera en particular.
¿Cuáles son los principales problemas que tiene la Enfermería en la actualidad? ¿En qué medida le ha afectado también la crisis sanitaria causada por la pandemia?
Las ratios enfermera-paciente son, sin duda, el principal problema al que nos enfrentamos en la actualidad ya no sólo como profesión, sino como sociedad. La falta de profesionales se ha acentuado desde la pandemia, un momento en el que vimos como la necesidad de enfermeras era crucial para sostener el sistema. Ahora, tras los miles de ‘contratos COVID’ que se hicieron en esos duros momentos, todo vuelve al punto de partida en el que nos encontrábamos. Seguimos a la cola de Europa en cuanto a número de enfermeras.
¿Qué respuesta reciben por parte de los gestores y las administraciones?
Nos enfrentamos a un ninguneo constante por parte de las administraciones, que no terminan de apostar por las enfermeras. No es de recibo que sigamos perteneciendo al Grupo A2 en la administración, cuando nuestra formación es igual que la de otros profesionales que se encuentran en el Grupo A1. Apostamos por que se cree un grupo A sin subgrupos.
¿Qué otros problemas laborales tienen los profesionales de Enfermería?
La temporalidad, los contratos precarios y la falta de reconocimiento también son problemas graves a los que se enfrenta la Enfermería. Además, me gustaría señalar el colapso que sufre la Atención Primaria, especialmente visible desde la pandemia. Hemos visto como muchas patologías se han infradiagnosticado y la atención a los pacientes crónicos ha pasado a un segundo lugar que, ahora, hay que solucionar. Igualmente, es imprescindible el desarrollo efectivo de las especialidades de Enfermería, proceso en el que las Administraciones sanitarias acumulan años de retraso, a pesar de llevar mucho tiempo aprobadas. La implantación de las categorías profesionales de todas las especialidades y la definición de los puestos de trabajo son una urgencia.
Respecto al déficit de profesionales de Enfermería, ¿cómo valora la situación actual? Es una de las peticiones que ha hecho al nuevo ministro de Sanidad, José Manuel Miñones.
Faltan enfermeras en todos los ámbitos asistenciales. El número es insuficiente para atender a toda la población. No hay ningún ámbito que se salve de esta situación de déficit, las ratios de enfermera por población son claros, en España hay 6,2 enfermeras por 1.000 habitantes y la media de la UE son 8,6 por 1.000 habitantes, según la OMS. El número de enfermeras en España ha ido creciendo en los últimos años, pero el crecimiento es insuficiente. Calculamos que en la actualidad son necesarias unas 100.000 más en estos momentos para llegar a las ratios de la media de la UE. Y si a este déficit de enfermeras sumamos el envejecimiento de la población, el incremento de cuidados y el seguimiento de pacientes crónicos pluripatológicos, el déficit es mayor.
Recientemente el Gobierno ha descartado aumentar el número de plazas ofertadas en el grado de Enfermería para el ingreso de nuevos estudiantes universitarios, ¿qué explicaciones les han dado?
Estimamos que haría falta duplicar las plazas universitarias en toda España. Las universidades tienen en su mano un aumento del 15 por ciento en sus plazas sin tener que pasar por amplios trámites en la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Para el deseable incremento mayor sí habrá que proceder a un nuevo proceso de acreditación (profesores, aulas…) pero un 15 por ciento se puede llevar a cabo sin demasiados problemas.
¿Cuáles son las consecuencias?
La negación del Gobierno a invertir en mayores plazas es una mala noticia, pero también es cierto que debemos ser cautos. Para alcanzar la cantidad de enfermeras y enfermeros que España necesita se precisa de una planificación y coordinación entre universidad y Sanidad. No se trata de que, alentados por la necesidad de aumentar el número de egresados, todas las universidades del país, ya sean públicas o privadas, disparen el número de plazas ofertadas. Eso podría dar lugar a un exceso de enfermeras que acabasen engrosando las listas del paro.
¿Cuáles son sus propuestas?
Instamos en primer lugar al Consejo Interterritorial del SNS a que apruebe las medidas necesarias para que se dé el soporte económico suficiente para que las universidades puedan ampliar el número de plazas en Enfermería, al igual que se ha hecho con los médicos. También pedimos que desde las CC. AA. se coordine la implementación del aumento de plazas y contratos en el sistema sanitario.
El Partido Popular, como respuesta a las reclamaciones del sector, ha pedido aumentar al menos un 15 por ciento las plazas ofertadas en Enfermería, sin modificar los planes de estudios. ¿Cree que aprobará este aumento si llega al Gobierno?
Como hemos comentado, el compromiso actual ya permite este aumento del 15 por ciento. No obstante, hemos de decir que antes de llegar a gobernar todo son promesas electorales. Nosotros necesitamos actos. Llegue quien llegue al Gobierno, ya veríamos qué y cómo se lleva a cabo este aumento de plazas y consecuentemente de aumento de plantillas.
Como ha comentado, la ratio del Sistema Nacional de Salud es de 6 enfermeras por cada 1.000 habitantes, ¿cuál debe ser la progresión para mejorar esta ratio teniendo en cuenta el aumento de la cronicidad o el envejecimiento de la población?
La situación de las enfermeras en nuestro sistema sanitario es muy preocupante, ya que existe un déficit estructural de profesionales desde hace años que se ha agravado con la pandemia. En España hay 6 enfermeras por 1.000 habitantes y en la media de la UE en torno a 9 enfermeras por 1.000 habitantes. Esto provoca un déficit en muchos servicios y que no podamos dar la calidad asistencial y seguridad clínica necesarias a la población. Una enfermera en hospitalización puede tener a su cargo 12-15 pacientes, mientras que en la media de la UE llevan 8. Nosotros luchamos por aumentar esta ratio, porque repercute directamente en el cuidado de los pacientes. El futuro es, además del aumento de plazas y la mejora de las condiciones, conseguir que las enfermeras y enfermeros que se forman en España no abandonen el país en busca de otras oportunidades por el maltrato que reciben en su propio lugar de residencia.
¿Existe un registro fiable y actualizado de profesionales de Enfermería en España?
El CGE dispone del registro de las enfermeras colegiadas en España, que nos envían y actualizan muchos de los colegios provinciales. Algunos colegios no nos envían los datos de sus colegiados y se lo hacen llegar al Ministerio de Sanidad, de donde se puede obtener toda la información de enfermeras colegiadas en nuestro país. Por otra parte, todas las enfermeras extranjeras que trabajan en España deben estar colegiadas para ejercer la profesión; por tanto, figuran en nuestro registro o el registro nacional de profesionales del Ministerio de Sanidad.
¿Se está haciendo algún tipo de planificación a medio o largo plazo? ¿Tienen cifras de las jubilaciones de enfermeras en los próximos años?
No, y es algo que estamos demandando a las autoridades competentes. Es importante que se cree un grupo técnico para planificar las necesidades de enfermeras a medio-largo plazo, y dar solución al déficit actual. Necesitamos establecer objetivos que mejoren tanto las ratios de enfermeras como las necesidades de enfermeras especialistas. Cada año realizamos un informe de recursos humanos de la profesión enfermera, y calculamos que se jubilarán unas 5.500 por año en los próximos 10 años. Por lo tanto, teniendo en cuenta que egresan de las universidades unas 10.500 aproximadamente, la mitad de las que egresan serán destinadas a suplir las jubilaciones. El incremento de ratios está muy mermado con la situación actual.
En plena crisis y remodelación de Atención Primaria, ¿cuál es y cuál debe ser el papel de Enfermería? ¿Debe tener un mayor protagonismo?
Hay que tener en cuenta que las enfermeras no queremos hacer de médicos, nos ceñimos a nuestras competencias. Pero también es importante señalar, en los últimos años, que la Enfermería española ha alcanzado un alto grado de capacitación, con formación avanzada en distintas especializaciones, que le permite dar un servicio sanitario independiente para determinadas dolencias, dentro del ámbito de actuación enfermero. Cuando hablamos de Atención Primaria, no debemos olvidar que España cuenta con una fuerza de 40.000 enfermeras en este ámbito, de las que casi 15.000 son enfermeras especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria, cruciales en el nivel primario de atención. Estas profesionales cuentan con una formación de dos años como especialistas, además de los cuatro años de grado; sin embargo, muchas de ellas no se contratan en Atención Primaria y trabajan en hospitales, por lo que es urgente un cambio en este modelo. Lo que no es viable es perpetuar un sistema sanitario férreo e inamovible justo cuando la pandemia ha hecho evidentes sus carencias.
En Atención Hospitalaria la enfermera cada vez tiene también una mayor especialización. ¿Cree que tiene el suficiente reconocimiento? ¿Piensa también que puede y debe tener un mayor protagonismo?
Como comentaba, la Enfermería española ha alcanzado un alto grado de capacitación, con formación avanzada en distintas especializaciones. De hecho, diversos estudios científicos señalan que cuanta más formación y especialización tengan las enfermeras, menos mortalidad se produce y mayor calidad asistencial se proporciona. Queda mucho por hacer en este ámbito. Así, mientras las enfermeras solo se pueden especializar en siete ámbitos, los médicos se especializan en más de 40. Nos hemos dirigido en numerosas ocasiones al Ministerio de Sanidad para pedir su implicación en el desarrollo de las especialidades enfermeras.
¿Cuál es su respuesta?
Hasta ahora, nuestras peticiones han sido sistemáticamente ignoradas, porque es más conveniente contar con enfermeras para todo, que pueden ser trasladadas en cualquier momento, según las necesidades de los servicios, que una enfermera especialista que ofrezca los mejores cuidados a los pacientes, tal y como demuestra la evidencia científica. Por otro lado, es muy importante destacar que la investigación enfermera aumenta a pasos agigantados y podemos hacer mucho más de lo que hacemos. Nuestro ámbito son los cuidados y, como he dicho antes, no queremos hacer de médicos, pero es cierto que podemos realizar, desde nuestro ámbito, muchas más funciones. El crecimiento de las enfermeras es imparable y en los últimos 20 años se ha visto cómo hemos evolucionado, por lo que debe darse también el reflejo en la realidad del día a día de los hospitales.
Usted ha pedido la creación del cargo de jefa de Enfermería, ¿qué funciones tendría?
Debemos tener en cuenta que no es solo una petición particular nuestra, sino que se trata de una recomendación aprobada y apoyada por todos los países en el seno de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por tanto, debería ser un compromiso al que debería dar respuesta nuestro Gobierno. Sería como la directora general de Enfermería en el Ministerio para llevar estrategias de cuidados dirigidas a la población y contar con la voz y conocimiento experto de una enfermera en la toma de políticas y estrategias de salud. Es fundamental que esta figura esté integrada en el organigrama del Ministerio de Sanidad y, por tanto, forme parte de los órganos decisorios.
¿Y cuáles serían los principales beneficios para el sistema sanitario?
La formación y las competencias de las enfermeras aportan una visión realista y técnica de las necesidades de cuidados que tiene la población y mejoran la gestión y organización del SNS.
En general, ¿qué percepción tiene el paciente de las funciones de Enfermería?
Somos los profesionales mejor valorados por la población. Son muchas las encuestas que lideran las enfermeras, pero luego, a la hora de la verdad, las administraciones nos dan de lado y no adecúan el reconocimiento de la sociedad con el suyo.
En los últimos años se ha trabajado mucho para reducir el sexismo relacionado con la profesión, ¿considera que se ha conseguido?
En absoluto. Nos queda mucho camino todavía por andar en este sentido. Sí es verdad que se ha conseguido hacer pensar a muchas personas que la sexualización de la profesión es un error enorme, pero año tras año seguimos viendo disfraces de enfermera sexy en carnaval o Halloween, así como fiestas temáticas en las que la enfermera juega un papel muy sexualizado y machista.
¿Tiene cifras relacionadas con las agresiones a profesionales de Enfermería? Recientemente han puesto en marcha la campaña #StopAgresiones.
El último Observatorio de Agresiones del Consejo General de Enfermería, correspondiente a 2021, registra 1.629 agresiones a enfermeras, una cifra muy similar a las 1.657 que se produjeron en 2020. Por comunidades autónomas, Andalucía es la que ha registro un mayor número de estos sucesos, con 612, seguida de Navarra (167), Castilla y León (161), Galicia (154) Islas Baleares (143), Castilla-La Mancha (112) y Murcia (102). Por el contrario, las regiones que menos agresiones han notificado son Extremadura (1), Melilla (1), Cantabria (3), Aragón y Canarias (7, cada una) y Cataluña (8). Si bien no hay datos del País Vasco. Durante la pandemia vimos que todo eran aplausos a las 8, pero las cifras apuntan que la población se ha olvidado de eso. Tenemos que seguir trabajando para evitar, prevenir y controlar estas agresiones, instando a todas las profesionales a que denuncien. Denunciar es primordial para acabar con esta lacra.
¿Las enfermeras reciben formación para afrontar posibles casos de agresiones tanto verbales como físicas?
Nuestro principal objetivo es proteger a las enfermeras y enfermeros a los que representamos. Tal es así que hace justo unas semanas lanzamos también, en colaboración con Policía Nacional, un curso formativo gratuito, impartido por el ISFOS, de 20 horas de duración.
¿En qué consiste?
Está destinado a todas aquellas enfermeras que quieran formarse en prevención, comunicación, agresiones desde la perspectiva judicial y protocolos de actuación. También hemos hecho una infografía y un vídeo animado con los principales consejos para evitar las agresiones.
Respecto a la pandemia, ¿cómo valora la gestión que se ha hecho en España, a grandes rasgos? ¿Cree que la imagen de los profesionales sanitarios ha salido reforzada gracias a su trabajo y actitud durante los últimos años?
La gestión que se realizó al principio fue nefasta. Nos enfrentábamos a algo totalmente desconocido para todos. Las administraciones central y autonómicas se vieron envueltas en un caos absoluto, que dejó totalmente desprotegidos a todos los profesionales sanitarios. También es cierto que, posteriormente, con la llegada de la vacunación, la Sanidad española ha demostrado cómo se hace un buen trabajo. Somos el país que logró las mayores tasas de vacunación y es un orgullo para nosotros. La imagen de los profesionales sanitarios ya era buena, pero es cierto que la pandemia nos ha ayudado a ponernos al frente del foco mediático.
¿Qué diferencias por comunidades autónomas existen en cuanto a las condiciones laborales de las enfermeras?
Las diferencias son muy notables, empezando por el salario. En cada comunidad autónoma los servicios de salud tienen asignados unos salarios fijos y variables por complementos como turnicidad, festivos, etc. con grandes diferencias. A esto se suma las diferencias en jornada laboral anual, días de libre disposición o libranzas distintas. Esta falta de homogeneidad hace que unas autonomías sean más atractivas que otras para ejercer la profesión enfermera.
En las plazas o zonas de difícil cobertura, ¿hay algún tipo de incentivo para las enfermeras?
No hay incentivos, y esto es un problema importante. Hay que generar complementos de destino que compensen la dispersión geográfica y el estar fuera de núcleos urbanos para facilitar la cobertura de estas plazas.
¿Cree, entonces, que se deben mejorar las condiciones laborales en estos puestos a los que nadie quiere ir?
Por supuesto que deben mejorarse las condiciones laborales, deben tener asignado un complemento de destino que compense la lejanía y la soledad con la que se trabaja como enfermera.
¿En qué medida se siguen marchando las enfermeras españolas a trabajar a Portugal, Inglaterra y otros países de nuestro entorno?
Se siguen marchando, sí. Reino Unido, Irlanda y Noruega son tres de los países que más demandan enfermeros y enfermeras de España con ofertas de empleo que hacen que decidan irse al extranjero a trabajar.
¿Cuáles son los principales motivos?
La principal causa, como hemos dicho anteriormente, es la poca valoración que reciben por parte de las Administraciones, y que se traduce en trabajo precario, altísima temporalidad, baja remuneración, etc. Además del bajo salario, se enfrentan a largas jornadas, están exhaustas, especialmente desde la pandemia. Muchas veces se sienten abandonadas por los gobernantes, ya que todavía no les han reconocido los niveles de responsabilidad para los que están perfectamente preparadas. De 2021 a 2022 se duplicó el número de enfermeras formadas en España que fueron a trabajar a otro país, pasando de 572 a 1.100. Y sólo en enero y febrero de 2023, el número alcanzaba ya las 286.
¿Cómo valora las posibilidades de formación continuada que tienen las enfermeras en España?
Actualmente hay bastantes oportunidades de formación continuada, pero es necesario hacer accesible esta formación a todos los profesionales. El Consejo General de Enfermería, a través del ISFOS, oferta numerosos cursos y formación para los colegiados, a través de los colegios provinciales. De hecho, hemos destinado casi dos millones de euros para fomentar la formación y la investigación en la profesión.
¿Cree que debería haber más apoyo de las instituciones públicas, hospitales, etc.?
Sin duda, más allá de nuestras paredes, las administraciones y la industria deberían apoyar muchísimo más la formación. Una enfermera formada que conoce la nueva evidencia científica podrá cuidar y ayudar más a los pacientes durante todas las etapas de su vida.
En cuanto a la investigación, ¿qué nivel tiene la Enfermería española? ¿Es posible investigar en el sistema sanitario público o privado español teniendo en cuenta la alta carga asistencial?
La investigación es uno de los grandes retos pendientes a los que nos enfrentamos. Estamos en un momento en el que las enfermeras para investigar tienen que sacrificar sus vidas personales. No existen muchas figuras de enfermeras investigadoras independientes, sino que la mayoría se ve obligada a compaginar su día a día de labor asistencial con la investigación, robándole horas y sueño a su vida. Las administraciones deben conocer esta situación y ponerle remedio. Es importante que haya enfermeras que se dediquen a investigar y que no sea una excepción. La evidencia científica mejora la calidad de vida de todo el Sistema Nacional de Salud.
¿Cómo es la relación del CGE con otras entidades como el sindicato Satse, la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE) o las sociedades científicas de la profesión?
Nuestra relación con todas las asociaciones, sindicatos y organismos que defienden a la Enfermería es muy buena. Trabajamos conjuntamente por y para dar lo mejor a la profesión, así seguiremos haciéndolo en los próximos años.
¿Y cómo valora la comunicación entre el Consejo y las administraciones públicas, especialmente el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Educación y las Consejerías de Sanidad? ¿Se escucha la voz de las enfermeras en estos ámbitos de toma de decisiones? Por ejemplo, ha lamentado que la exministra Carolina Darias nunca haya recibido a ningún representante del CGE.
Sin duda, que la exministra no nos recibiese en su despacho en los dos años que estuvo en el cargo es algo que nos extrañó por injusto y porque no se puede trabajar para la Sanidad sin contar con la profesión más numerosa, que es la Enfermería. Nuestra relación con las administraciones siempre ha sido cordial, pero evidentemente no se escucha nuestra voz. Es necesario incluir a más enfermeras en puestos de toma de decisión en toda España, debemos estar en todas las reuniones. Sin enfermeras, el sistema colapsaría, y eso deben saberlo.
¿Ha pensado en alguien para ser su sustituto al frente del Consejo?
Hace apenas medio año que celebramos las elecciones en el Consejo General y salí elegido presidente. Todavía nos queda un largo camino por delante en esta legislatura. No es cuestión de pensar en sustitutos, sino de trabajar en equipo.
¿Por qué no hay más mujeres en las presidencias colegiales, en una profesión con mayoría femenina? ¿Se debe a renuncias personales o hay otras causas? ¿Tiene alguna explicación?
Hay que tener en cuenta que en nuestra organización colegial ahora mismo hay más presidentas que presidentes; de hecho, el 65 por ciento son mujeres. Si tomamos como referencia todas las juntas de gobierno se observa que existe una mayoría de mujeres en la dirección de los colegios de Enfermería. Por otra parte, también nuestra comisión ejecutiva es paritaria.