Recomendaciones de ejercicio en casa para enfermos crónicos

En España, en 2021, según datos del BDCAP del Ministerio de Sanidad, hay 41.900.069 personas con patología crónica, siendo 20.673.479 las que se encuentran en control sanitario. El ejercicio físico es una de las recomendaciones clave para estos pacientes. Sin embargo, ante las altas temperaturas, cumplir con la rutina física puede ser un reto. Es por ello que el ejercicio en casa se convierte en una alternativa. De esta forma, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y el Instituto #SaludsinBulos recomiendan a los pacientes con patologías crónicas que en los meses de calor realicen ejercicio físico en casa para mejorar su condición y ganar en autonomía funcional sin arriesgarse a los golpes de calor. Todo ello siempre que esta rutina esté supervisada por un experto. “Las olas de calor que estamos sufriendo representan un riesgo para la salud de colectivos vulnerables como los enfermos crónicos. Afortunadamente, hoy en día hay muchas opciones para hacer ejercicio de forma segura y saludable en casa. Con una adecuada ventilación e hidratación y realizando los ejercicios adecuados, los beneficios para estos colectivos están contrastados”, afirma Francisco José Sáez Martínez, coordinador del Grupo de Trabajo en Cronicidad de la SEMG.

Claves del ejercicio en casa

Con este fin, SEMG y #SaludsinBulos ha elaborado un listado de recomendaciones para el ejercicio en casa. Estas incluyen tanto ejercicios de flexibilidad y estiramiento como de fuerza con peso ligero, respiración y de moderada intensidad, entre otros. Se trata de pautas para ayudar a mejorar la musculatura, reducir el dolor y aumentar la independencia funcional. Por ejemplo, recuerdan que el Colegio Americano de Medicina Deportiva recomienda que la temperatura ambiente ideal para que las personas mayores con enfermedades crónicas lleven a cabo ejercicio físico en sus casas debe situarse entre los 18 y los 22 grados. A medida que la temperatura ambiental es mayor hay que tomar ciertas precauciones. Entre otras, aumentar el tiempo de descanso, disminuir la intensidad y duración del ejercicio, incluso parar la práctica cuando el termómetro esté cercano a los 30 grados. “En aquellas enfermedades crónicas más frecuentes y graves en nuestro país el ejercicio físico plantea mejoras. En el control de la diabetes favorece la pérdida de peso, debido al consumo de grasas por parte del músculo en actividad y proporciona una reducción de la dosis de insulina si la práctica deportiva es regular”, explica el doctor Sáez Martínez. “Además, reduce la incidencia de la hipertensión arterial y de las enfermedades cardiovasculares, mejora la función cardíaca, la calidad de vida y reduce los síntomas relacionados con insuficiencia cardiaca”, concluye el experto.