La Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad (Red TBS) ha celebrado en Madrid su segunda jornada de actualización, 'La tuberculosis en España: realidad y compromiso', en la que se ha insistido sobre la necesidad de una atención real y efectiva para una enfermedad que se erige hoy como una verdadera epidemia de injusticia. La tuberculosis, aunque puede afectar a cualquier persona, golpea con más virulencia a los estratos sociales más desfavorecidos. Por ello, una de las principales conclusiones de la jornada es el acuerdo de hacer llegar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una carta solicitándole que actúe urgentemente para corregir los efectos indeseables que el Real Decreto 16/2012 está causando en el Sistema Nacional de Salud y que no se retrase más la creación de un Plan Nacional de Prevención y Control para esta enfermedad infecciosa.
El informe que la OMS ha hecho público esta semana afianza estas peticiones. España presenta las tasas más altas de los países de su entorno. El Plan Nacional debe aunar los esfuerzos individuales que están llevando a cabo los profesionales de la salud en los últimos tiempos. El abordaje de la tuberculosis requiere la adopción conjunta de medidas sanitarias, sociales y culturales, para luchar eficazmente contra esta plaga, destaca la Red TBS. 'Sólo si también la consideramos en su dimensión social podremos controlar esta enfermedad infecciosa', sentencia.
Sociedades científicas, entidades sociales y colectivos de profesionales de la Red TBS han recordado en la jornada que invertir en tuberculosis es, muy probablemente, la intervención en salud más rentable, por encima de la malaria o los ataques cardiacos: por un dólar invertido se obtienen 30 de beneficio para la sociedad, tal como apuntan los estudios de costoeficacia de las diferentes intervenciones que ha recopilado el Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
Sin embargo, y aunque hace más de medio siglo que esta enfermedad tiene cura, en la actualidad hay en el mundo más enfermos de tuberculosis que en toda la historia.
Desde la Red TBS se incide en que la Administración, y sus responsables autonómicos deben informar a sus profesionales y cumplir y hacer cumplir las normativas que desarrollan, sin margen a la ambigüedad interpretativa: es básico que las personas cuya situación es irregular en nuestro país puedan acceder al sistema sanitario; es imprescindible que los profesionales de la Sanidad puedan tratar a estos pacientes y continuar con su seguimiento, especialmente ante patologías como la tuberculosis que, por su capacidad infectiva, suponen un serio riesgo para la población.
Por otra parte, hay que garantizar que cualquier paciente diagnosticado de tuberculosis en España tenga fácil acceso a la tarjeta sanitaria y al sistema sanitario público: es esencial el seguimiento y el cumplimiento del tratamiento, que suele durar de seis a ocho meses.
Y finalmente, hay que dotar a la Atención Primaria de recursos para que se actúe de manera pronta ante sospecha de tuberculosis y pueda afianzarse el diagnóstico precoz.
Prevención y control
La prevención y el control de la tuberculosis deben ser una prioridad en la agenda política: responsabilidad y compromiso son imprescindibles para controlar en los próximos años esta enfermedad; la tuberculosis es el perfecto paradigma de lo que representa una enfermedad social y por ello la necesidad de universalizar la atención en el sistema sanitario público.
Plan Nacional de Prevención y Control de la Tuberculosis que aúne los esfuerzos individuales que están llevando a cabo los profesionales de la salud en los últimos tiempos. El abordaje de la tuberculosis requiere la adopción conjunta de medidas sanitarias, sociales y culturales, para luchar eficazmente contra esta plaga. Solo si también la consideramos en su dimensión social podremos controlar esta enfermedad infecciosa.