La activación de una enzima conocida por desempeñar un papel en los beneficios de la restricción calórica contra el envejecimiento retrasa la pérdida de neuronas cerebrales y preserva la función cognitiva, según un estudio publicado en The Journal of Neuroscience.
La restricción calórica retrasa la pérdida de células nerviosas que es común en enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer, y un fármaco que activa sirtuinas 1(SIRT1), una enzima que ofrece cierta protección contra alteraciones asociadas con la edad en el cerebro, tiene los mismos efectos, según este estudio realizado por investigadores de los institutos Picower para el Aprendizaje y la Memoria, Tecnológico de Massachusetts y Médico Howard Hughes, en Estados Unidos.
Existe un gran interés en la búsqueda de compuestos que imitan los beneficios de la restricción calórica que se podrían utilizar para retrasar la aparición de problemas relacionados con la edad y/o enfermedades, afirmó Luigi Puglielli, que estudia el envejecimiento en la Universidad de Wisconsin, Madison (Estados Unidos), pero que no estuvo involucrado en el estudio.
'Si es seguro para los seres humanos, este estudio sugiere que ese fármaco podría ser utilizado como una herramienta preventiva para retrasar la aparición de la neurodegeneración asociada con varias enfermedades que afectan al envejecimiento del cerebro', añadió Puglielli.
En el estudio, el equipo de Li-Huei Tsai, investigador principal, redujo un 30 por ciento las dietas normales de modelos experimentales modificados genéticamente para sufrir rápidamente cambios en el cerebro asociados a la neurodegeneración. Tras tres meses con esa alimentación, completaron varias pruebas de aprendizaje y memoria.
'No sólo se observó un retraso en el inicio de la neurodegeneración en los sujetos con restricción de calorías, sino que salvaron sus déficit de aprendizaje y memoria en comparación con los que no consumieron la dieta baja en calorías', explicó Tsai.
Por otro lado, los científicos dieron a un grupo separado un fármaco que activa SIRT1, que provocó un efecto similar a lo que los investigadores encontraron en los individuos expuestos a dietas hipocalóricas: los que recibieron el fármaco tenían menor pérdida de células y mejor conectividad celular que los que no tomaron el fármaco.
'La pregunta ahora es si este tipo de tratamiento funcionará en otros modelos experimentales, si es seguro para su uso en el tiempo y si retrasa temporalmente la progresión de la neurodegeneración o la detiene por completo', concluyó Tsai.