La compañía
Mapfre ha presentado el informe
‘Registro español de parada cardiaca extrahospitalaria 2022’, realizado con la colaboración del
Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP), durante la celebración del
6º Congreso Nacional del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar. También ha intervenido desde Salamanca en la presentación online del informe
Antonio Guzmán, director de Promoción de la Salud de Fundación Mapfre.
El objetivo de este proyecto ha sido conocer los datos relacionados con el número de paradas cardiorrespiratorias que ocurren fuera del hospital o el número de casos en los que los testigos realizan maniobras de reanimación cardiopulmonar. Una de las conclusiones del estudio ha sido que España necesita mejorar la formación en programas para aprender a salvar vidas.
Registro español de parada cardiaca extrahospitalaria
Fernando Rosell, investigador principal del informe, ha recordado que el registro es una de las claves para poder mejorar la atención del paciente con una parada cardiaca, junto con la formación de los ciudadanos y facilitar desfibriladores de acceso público.
En el análisis se han incluido 9.499 casos de paradas atendidas por los servicios de emergencias con intento de reanimación. La incidencia media es de 24,2 casos por 100.000 habitantes y año. El 60 % de los casos suceden en domicilio, y el resto en la calle, en los centros de trabajo, etc. En el 40 % de los casos los testigos inician las maniobras de reanimación (soporte vital básico), muchas veces con el soporte del centro de coordinación de emergencias.
Uso del DEA
En cuanto al uso del desfibrilador externo automático (DEA), se usa en el 4 % de los casos, pero no siempre se realiza la descarga. Profesionales de otros servicios públicos, como la Policía, los bomberos o Protección Civil, usan un DEA en el 5 % de los casos.
Del total, un 30,6 % de las personas atendidas se trasladan al hospital tras recuperar el pulso. Del global, 914 personas superan la parada cardiaca regresan al domicilio con buena recuperación neurológica.
Los principales factores de buen pronóstico son que el lugar de la parada sea fuera del domicilio, que el ritmo inicial sea desfibrilable y realizar una desfibrilación efectiva por parte de los testigos.
Mejorar la formación
Fernando Rosell ha comentado que, según los resultados del estudio, España tiene “un nivel razonable” tanto por las estadísticas de supervivencia como de la recuperación neurológica, en relación con otros países europeos. “En cualquier caso, debemos mejorar mucho la formación de la población” para aumentar la supervivencia tras parada cardiaca. Así, se ha referido a “los programas de aprender a salvar vidas, la formación de los escolares y el aumento de desfibriladores”.
En cuanto al resto de países, los que presentan mejores estadísticas de supervivencia tras parada cardiaca extrahospitalaria son aquellos que más han trabajado para mejorar la formación de sus ciudadanos. Y, a modo de ejemplo, Rosell ha mencionado los países nórdicos.
Respecto al uso de desfibriladores, ha indicado que Japón es el país que más despliegue ha realizado. Y Francia, por ejemplo, casi triplica a España en cuanto al número de desfibriladores por 10.000 habitantes. “La
normativa legal se cumple en prácticamente todas las comunidades autónomas; no obstante, debemos hacer un esfuerzo e ir más allá: los desfibriladores deben formar parte del paisaje urbano”, ha indicado.