Resonancia magnética, la esperanza del paciente con esclerósis múltiple

De acuerdo con la doctora Cristina Rivera Nava, ex directora del Hospital General de Zona Número Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Pachuca, la esclerosis múltiple (EM) es un padecimiento difícil de diagnosticar debido a que los pacientes con esta enfermedad suelen presentar síntomas “invisibles” que llegan a ser omitidos o confundidos con síntomas de otras enfermedades, lo que retrasa que los pacientes tengan un diagnóstico rápido y temprano. El estudio que permite a los especialistas dar un diagnóstico más certero de la esclerosis múltiple es la resonancia magnética, una técnica no invasiva de escáner que es utilizada para obtener imágenes de las partes no óseas y los tejidos blandos del cuerpo como el cerebro, la médula espinal y los nervios. Para este tipo de análisis se utiliza el gadonilio, un material de contraste que es inyectado en los pacientes para que se activen las lesiones en conjunto con la resonancia magnética. En México, este instrumento comenzó a funcionar en 1980, y anterior a esa fecha únicamente se utilizaba la tomografía, la cual no era favorable para ver las lesiones que ocasionaban algunas enfermedades, tales como la esclerosis múltiple. Actualmente, la resonancia magnética es el único estudio por el cual se puede hacer el diagnóstico y seguimiento de la esclerosis múltiple, motivo por el cual los neurólogos resaltan la importancia de que los pacientes de esta enfermedad se realicen este estudio cada 3 o 6 meses dependiendo de la evolución clínica de la persona y del tipo de tratamiento. La importancia de la resonancia magnética para los pacientes con esclerosis múltiple reside en que este es el único estudio paraclínico que permite a los neurólogos dar un diagnóstico más rápido de la enfermedad, ya que genera una imagen donde es posible visualizar las lesiones corticales o la sustancia blanca en el cerebro. Dicho estudio clínico permite ver la evolución de la enfermedad ya que da mucha resolución en la corteza del cerebro, lo que genera que haya un manejo más rápido de las lesiones para evitar las secuelas que puede ocasionar la esclerosis múltiple como es la discapacidad. Debido a que la esclerosis múltiple es una enfermedad multifacética donde existen varios síntomas “silenciosos”, la resonancia magnética es el instrumento que permite visualizar si la enfermedad ha realizado un daño en el cerebro. Por lo que los neurólogos recomiendan a los pacientes realizarse el estudio de manera seguida, donde el máximo sea cada año. La clave de un buen manejo de la esclerosis múltiple está en el acercamiento que se tenga con el neurólogo, seguir sus indicaciones y estar en constante comunicación con él para poder tener un seguimiento certero de la enfermedad.