Retos de futuro de la Medicina de Familia: resistencias antimicrobianas y población envejecida

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) ha realizado una encuesta flash entre los residentes y jóvenes médicos de familia. El objetivo es conocer cuáles creen que van a ser los principales retos de futuro de la especialidad. Así, el 72,5 por ciento de los residentes de Medicina de Familia consideran que la atención a las personas ancianas es otro de los retos clínicos más importante. Cabe destacar que los mayores de 65 años conviven con una media de dos o más enfermedades crónicas. Unas patologías con una prevalencia muy alta en España: afectan a más de 19 millones de personas, de las cuales, 11 millones son mujeres. Así se desprende del Informe Cronos que elabora la Asociación Española de Enfermería Comunitaria. Además, se estima que esta situación va en aumento. No obstante, de aquí a unos 40 años el país tendrá más de 14 millones de personas mayores. Es decir, casi el 30 por ciento de la población total. Todo ello implicará un importante número de enfermos crónicos en el Sistema Nacional de Salud.

Resistencias a antibióticos, uno de los retos de futuro

Esta misma encuesta desvelaba que el 68,6 por ciento de los encuestados ven como uno de los grandes retos de futuro la resistencia a los antibióticos. En esta línea, hay que subrayar que, en España, cada año mueren unas 4.000 personas como consecuencia de infecciones resistentes, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Esto supone cuatro veces más que las muertes provocadas por accidentes de tráfico. “Los médicos de familia deben tener conciencia sobre su contribución al buen uso de los antimicrobianos”, explica Mª Mercedes Martínez Granero miembro de la semFYC. “En primer lugar, evitando su prescripción en situaciones en las que no son necesarios y, por ende, reduciendo la presión antibiótica global. En segundo lugar, optimizando los tratamientos en los casos en que sí son necesarios. Particularmente, en los pacientes susceptibles de infecciones graves o de consecuencias graves de procesos infecciosos. Es el caso de las personas mayores, aquellas con ciertas comorbilidades o las que residen en centros sociosanitarios”, concluye la experta.