La biofarmacéutica UCB y Amgen acaban de presentar los resultados del estudio FRAME, que demuestran que romosozumab reduce significativamente la incidencia de nuevas fracturas vertebrales en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis a lo largo de doce y 24 meses, cumpliendo así las variables co-principales del estudio….
La biofarmacéutica UCB y Amgen acaban de presentar los resultados del estudio FRAME, que demuestran que romosozumab reduce significativamente la incidencia de nuevas fracturas vertebrales en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis a lo largo de doce y 24 meses, cumpliendo así las variables co-principales del estudio. Este medicamento actúa a través de la unión e inhibición de la actividad de la proteína esclerostina y como resultado ejerce un doble efecto protector en el hueso: por un lado aumenta la formación ósea y por otro reduce su degradación.
Los resultados del estudio en fase III, el primero en evaluar la reducción del riesgo de fractura en el primer año de tratamiento, han sido publicados en la prestigiosa revista científica 'New England Journal of Medicine' (NEJM). Asimismo, han sido presentados a la comunidad científica en una sesión oral en el congreso anual de la American Society for Bone Mineral Research (ASBMR), que se acaba de celebrar en Atlanta (Georgia, EE.UU.).
'Sólo una de cada cinco mujeres que han sufrido una fractura osteoporótica inician un tratamiento para la osteoporosis, a pesar de que las pacientes que sufren una fractura por esta enfermedad tienen dos veces más probabilidades de sufrir otra fractura', subraya la autora principal del estudio la doctora Felicia Cosman, directora médica del Centro de Investigación Clínica en el Helen Hayes Hospital y profesora de medicina en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia en Nueva York.
'Los resultados del estudio FRAME demuestran que romosozumab, con su doble efecto de aumento de la formación de hueso y reducción de la reabsorción ósea, puede reducir el riesgo de nuevas fracturas vertebrales y clínicas en el plazo de doce meses, además de mostrar mejoras en la masa ósea. Los beneficios, incluso, se mantienen tras cambiar el tratamiento a denosumab, con lo que da respuesta a una necesidad de tratamiento crucial para pacientes con un mayor riesgo de fractura', ha añadido la experta.
Por su parte la doctora Pascale Richetta, jefa del departamento óseo y vicepresidente ejecutivo de UCB ha señalado: 'Las fracturas por osteoporosis son frecuentes y tienen consecuencias de alcance para las afectadas y sus familias, así como para la sociedad en su conjunto. 'Para reducir el creciente problema que supone en todo el mundo esta enfermedad crónica prevalente, es necesario dar pasos más decisivos ahora a fin de identificar, diagnosticar y tratar adecuadamente a los pacientes con osteoporosis y un mayor riesgo de fractura', ha añadido.
'Tras casi quince años de investigación con este anticuerpo antiesclerostina, nos complace constatar que se ven reforzados con los datos de este estudio en fase III. Romosozumab, con su doble efecto de formación de hueso y antirreabsorción ósea, puede desempeñar un papel concreto e importante en el tratamiento de mujeres con osteoporosis posmenopáusica y con un mayor riesgo de fractura', declaró Sean E. Harper, vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo de Amgen.
'Estos resultados positivos del estudio FRAME son la base de nuestro Acuerdo de Licencia Biológica que presentamos, en julio, a la Food and Drug Administration (FDA). Esperamos trabajar con las autoridades reguladoras para poder poner a disposición de las pacientes esta opción de tratamiento', añadió.
Reducción del riesgo de fracturas
El estudio FRAME (FRActure study in postmenopausal woMen with ostEoporosis), en el que han participado 7.180 mujeres, ha demostrado que las pacientes que recibieron aleatoriamente una dosis subcutánea mensual de 210mg de romosozumab experimentaron una reducción significativa del 73 por ciento en el riesgo relativo de sufrir una nueva fractura vertebral a lo largo de doce meses en comparación con las que recibieron placebo (incidencia de fracturas del 0,5 frente al 1,8 por ciento, respectivamente.
Los datos mostraron que a los seis meses de tratamiento se produjeron fracturas vertebrales en 14 pacientes tratadas con romosozumab y en 26 que recibieron placebo, y entre los seis y los doce meses sólo se produjeron fracturas en dos pacientes más de las tratadas con romosozumab en comparación con 33 pacientes más en el grupo de las que recibieron placebo.
Al cabo de un año, la disminución del riesgo de fractura en las pacientes que recibieron romosozumab persistió hasta el mes 24, después de que ambos grupos cambiaran al tratamiento con denosumab en el segundo año del estudio. Hubo también una disminución estadísticamente significativa del 75 por ciento en el riesgo de fractura vertebral al mes 24 (el otro criterio co-principal de valoración) en las pacientes que recibieron romosozumab seguido de denosumab versus placebo seguido de denosumab (incidencia de fracturas del 0,6 frente al 2,5 por ciento, respectivamente. En el segundo año del estudio se produjeron nuevas fracturas vertebrales en cinco pacientes que cambiaron de romosozumab a denosumab y en 25 que cambiaron de placebo a denosumab.
Si atendemos a las fracturas clínicas, las pacientes que recibieron romosozumab mostraron una reducción estadísticamente significativa del 36 por ciento en el riesgo relativo de sufrir una fractura clínica (un criterio secundario de valoración) a lo largo de doce meses, en comparación con las que recibieron placebo (incidencia de fracturas del 1,6 frente al 2,5 por ciento. Se observó una disminución del 33 por ciento en el riesgo relativo de sufrir fracturas clínicas a lo largo de 24 meses después de que las pacientes cambiaran de romosozumab a denosumab en comparación con las pacientes que cambiaron de placebo a denosumab.
Romosozumab redujo en un 25 por ciento el riesgo relativo de fracturas no vertebrales hasta el mes 12 en comparación con el placebo (otro criterio secundario de valoración), pero la reducción del riesgo no era estadísticamente significativa (incidencia de fracturas del 1,6 frente al 2,1 por ciento, respectivamente. En cuanto al criterio de valoración de fracturas no vertebrales, la incidencia global de fracturas en el estudio fue inferior a la esperada (2,1 por ciento en el grupo de placebo en el año 1 frente a una tasa esperada del 3,5 por ciento).
Incremento de densidad ósea
En un subestudio de 126 pacientes, romosozumab incrementó la densidad mineral ósea con aumentos del 9,7 y el 4,7 por ciento con respecto al inicio a los seis meses en la columna lumbar y la cadera completa, respectivamente, y aumentos del 13,3 y del 6,8 por ciento a los doce meses (todas las comparaciones con respecto al placebo. La densidad mineral ósea continuó aumentando en el grupo de romosozumab después de cambiar a denosumab, alcanzando un aumento del 17,6 y el 8,8 por ciento con respecto al inicio en la columna lumbar y la cadera completa, respectivamente, a los 24 meses en comparación con el grupo que cambió de placebo a denosumab en todas las comparaciones.
El porcentaje de pacientes con acontecimientos adversos y acontecimientos graves en el período de doce meses con doble ciego y el período del estudio de 24 meses estuvo equilibrado entre los grupos de tratamiento. Se notificaron reacciones en el punto de inyección, en su mayoría de intensidad leve, en el 5,2 por ciento de las pacientes del grupo de tratamiento con romosozumab y en el 2,9 por ciento de las pacientes del grupo de placebo, durante el período de doce meses. Hubo dos acontecimientos validados positivamente de osteonecrosis mandibular en el grupo de tratamiento con romosozumab, uno después de completar la administración del fármaco y el otro después de completar el tratamiento con romosozumab y recibir la dosis inicial de denosumab. Hubo un acontecimiento validado positivamente de fractura femoral atípica después de tres meses de tratamiento con romosozumab. Los acontecimientos cardiovasculares graves validados y las muertes por causas cardiovasculares estaban equilibrados entre los grupos de tratamiento.