La Sanidad privada en España ha crecido en el último año un 3,5 por ciento en volumen de primas y un 1,5 por ciento en número de asegurados y defiende su papel colaborador y de apoyo a la sostenibilidad del sistema público, al que dicen ahorrar más de 4.000 millones de euros anuales. Así se desprende de los últimos datos recopilados por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), que agrupa a las principales aseguradoras y grupos hospitalarios privados de España, en el informe 'Sanidad privada, aportando valor: Análisis de la situación 2016' que se ha presentado este miércoles.
En concreto, se estima que el volumen de primas del sector asegurador en el ámbito sanitario creció en 2015 hasta los 7.132 millones de euros, un 3,5 por ciento más que el año anterior, de los que algo más de dos tercios (4.951 millones) corresponden a la asistencia sanitaria excluyendo el mutualismo administrativo (Muface, Isfas y Mugeju), que representa unos 1.517 millones.
También ha crecido en el último año el número de asegurados hasta los 9,3 millones, un 1,5 por ciento más que en 2014, de los que el 72 por ciento (unos 6,7 millones) corresponden a la asistencia sanitaria y un 21 por ciento (1,9 millones) forman parte del sistema de mutuas.
Este incremento de la actividad privada 'libera recursos' y representa un ahorro indirecto para el Sistema Nacional de Salud, argumenta el IDIS, que lo cuantifican en unos 566 euros al año por paciente en aquellos que hacen un uso mixto de la Sanidad pública y privada, y de hasta 1.091 euros por paciente y año si sólo usan la privada. Con ello, y teniendo en cuenta los asegurados que hay en España, el ahorro total estaría entre los 4.200 y 8.100 millones de euros anuales en función del uso que hicieran de la Sanidad pública.
'El peso que tiene la Sanidad privada no es para despreciar sino para valorarlo', ha destacado Luis Mayero, secretario general del IDIS, que critica que haya partidos políticos que 'intenten machacar las concesiones y quieran hacer desaparecer el mutualismo o los conciertos' con este sector ya que 'sin la colaboración con la privada, la Sanidad pública sería otra'.
Precisamente el informe muestra también cómo el 11,6 por ciento del gasto sanitario público se destina a conciertos con la Sanidad privada, según datos de 2013. La comunidad que más destina a esta partida es Cataluña, un 25,6 por ciento de su gasto (más de 2.300 millones), seguida de Madrid (10,6 por ciento), Canarias (10,4) y Baleares (9,6).
Una cuantía que para el director general del IDIS, Manuel Vilches, representa 'poco dinero' dentro del gasto sanitario público 'a pesar de que por el ruido que genera parece que sea más'. De hecho, Vilches ha pedido 'sacar del debate político' a la Sanidad y ha lamentado que la colaboración público-privada esté siempre 'dentro del discurso electoral' que a su juicio 'sólo genera ruido y demagogia'.
Este dirigente ha defendido también que la Sanidad privada ayuda a que en la pública no aumenten las listas de espera, en parte gracias a que disponen de 450 centros hospitalarios que representan ya al 57 por ciento de los hospitales que hay en España y agrupan el 33 por ciento del total de camas hospitalarias. Esto permite que se ocupen del 28,8 por ciento de actos quirúrgicos, del 22 por ciento de las urgencias y de ingresos hospitalarios y del 15,8 por ciento de las consultas.
Cirugías más complejas
'Hasta hace poco la Sanidad privada se asociaba a cirugías menores, pero ahora hace actos de gran complejidad', ha apuntado Mayero, que ve 'una barbaridad' que con estos datos haya quienes quieran suprimir este sector.
Asimismo, el informe muestra diferencias entre comunidades autónomas en cuanto al gasto por aseguramiento privado. Así, mientras que el gasto por habitante en Madrid es de 244 euros al año, seguida de Baleares (221), Cataluña (195) o País Vasco (157), en otras es inferior a los 100 euros al año, caso de Navarra (42), Extremadura (76) o Murcia (77).
Además, el informe muestra cómo en aquellas comunidades donde la penetración del seguro privado es más alta, como Madrid, Cataluña o Baleares, el presupuesto sanitario público per cápita es más bajo.