La pandemia por COVID-19 ha impactado en todos los niveles asistenciales y en todas las especialidades. Sin embargo, algunas se han visto más afectadas que otras. Es el caso de las intervenciones quirúrgicas.
Durante la declaración del estado de alarma se suspendió toda la actividad quirúrgica programada. Esta suspensión fue debida tanto a la necesidad de respiradores como del personal de anestesia y enfermería quirúrgica para dar soporte a las camas de críticos. De hecho, la suspensión de la cirugía programada se extendió a patología benigna y maligna. Incluso los pacientes neoplásicos dejaron de ser pacientes inaplazables y solo se operaban pacientes neoplásicos complicados. Esta situación se mantuvo hasta las primeras semanas de mayo, cuando se empezaron a programar pacientes neoplásicos o inaplazables. Aun así, hubo muchos pacientes con patología no neoplásica o menor que vieron como sus cirugías se aplazaba. Así lo explica Salvadora Delgado, jefa del Servicio de Cirugía General y directora de Ámbito Quirúrgico del Hospital Universitari MutuaTerrassa.
Ahora, en esta segunda ola, la situación es bastante diferente. Según la experta, ahora se dispone de indicadores que permiten decidir en qué momento tienen que activarse estos planes de contingencia. Sin embargo, esto no quiere decir que las intervenciones quirúrgicas no vayan a sufrir nuevas modificaciones.
Se ha incrementado el coste de todas las intervenciones quirúrgicas
La pandemia ha modificado muchos circuitos hospitalarios y está teniendo un impacto especialmente negativo en la atención quirúrgica
El Médico Interactivo
29 de octubre 2020. 12:40 pm