La Baja Visión cada vez es más habitual en las personas con patologías crónicas oculares y es importante que se informe sobre la existencia de Unidades de Baja Visión como una posibilidad real de mejora en la calidad de vida de estos pacientes.
Este es uno de los objetivos que se marca la Sociedad Española de Especialista en Baja Visión (
SEEBV), presidida el doctor Ernesto Marco Carmena, farmacéutico y optometrista. Una sociedad, fundada en 2004, que aglutina a médicos, neurólogos, psicólogos clínicos y enfermería, cuya intervención es clave en los tratamientos. “En definitiva es una sociedad que acoge a todos los profesionales de la salud que tienen que ver con la visión, sobre todo con los problemas severos”, explica a EL MÉDICO INTERACTIVO, al tiempo que recalca que “se necesitan médicos con conocimientos en Baja Visión”.
¿Cuál es su relación con la Sociedad Española de Oftalmología?
Tenemos muy buena relación con ellos y también con otras sociedades científicas, pero nuestra Sociedad funciona de forma independiente. Las dos tenemos mucho que ver, pero la SEO está más enfocada a las patologías en genérico y nosotros a la especialidad de Baja Visión, a los problemas severos.
¿Cuántas personas están afectadas?
No hay estadísticas oficiales, pero se calcula que en España más de un millón de personas conviven con problemas graves de visión, que no se resuelven mediante cirugía o tratamientos farmacológicos. Si una persona padece un problema grave, como la degeneración macular, retinosis, retinopatía o glaucoma, donde la visión, ya sea de campo visual o de agudeza, está limitada, es entonces cuando los especialistas de SEEBV intervenimos. Trabajamos con el rango de pacientes a los que desde la oftalmología se les ha dicho que no hay solución a su problema.
¿Se inician tarde los tratamientos de rehabilitación?
Intentamos ir de la mano del oftalmólogo que trata al paciente cuando el problema es incipiente. A veces es complicado porque la Baja Visión sigue siendo una enfermedad bastante desconocida. Es mucho más complicado de tratarla cuando el paciente tiene un campo visual muy reducido o una agudeza visual bajísima. Como país avanzado, con una buena medicina, queremos mejorar la calidad de vida del paciente y concienciar a todos los estamentos públicos de la existencia de esta enfermedad.
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El doctor Ernesto Marco Carmena, presidente de SEEBV.[/caption]
¿Qué objetivos se fijan de la SEEBV?
Entre otros, promover el desarrollo de la innovación en Baja Visión y, sobre todo, la divulgación de nuestra actuación entre la población en general y en particular entre otros profesionales de la salud implicados en el cuidado de la visión. Desde la SEEBV apostamos por generar una dinámica de notoriedad social de los profesionales especializados en Baja Visión, pues son imprescindibles en un equipo multidisciplinar de rehabilitación para tratar a personas que sufren una grave deficiencia visual.
¿Su Sociedad busca ser lugar de encuentro para todos los profesionales que trabajan en la visión?
Con oftalmólogos, neurólogos, psicólogos. Cuando al paciente se le diagnostica un glaucoma, una degeneración húmeda, una DMAE, una enfermedad grave, sufre en muchos casos una depresión o una fase de duelo que tiene que pasarla hasta que acepte lo que le está ocurriendo. En la SEEBV participamos psicólogos clínicos, médicos, farmacéuticos… todos los especialistas que podemos hacer algo para que los pacientes tengan mejor calidad de vida. Pero lo primero y ante todo buscamos dar a conocer esta enfermedad.
Cuando un paciente es diagnosticado de Baja Visión ¿Se le informa bien sobre las alternativas que tiene?
Muchos de ellos se conforman con el diagnóstico y no saben que pueden recurrir a distintos sitios que les pueden hacer más fácil la vida; que sepa que tiene otras soluciones. Actualmente, del más de millón de paciente que sufren esta enfermedad, hay un altísimo porcentaje que desconoce que, a pesar de sus limitaciones visuales, podrá seguir haciendo una vida bastante parecida a la que llevaban antes de la aparición de la patología. Nuestra misión es dar a conocer las alternativas a los pacientes, pero también a los oftalmólogos, optometristas y neurólogos. En la Baja Visión incluimos también el daño cerebral y patologías relacionadas que sufren y que tienen como consecuencia problemas visuales muy severos.
¿Entre los profesionales la Baja Visión es una especialidad desconocida?
Sí. No es concebible que en el siglo XXI haya muchos profesionales de la visión que no sepan que con especialistas de Baja Visión pueden hacer mucho más cómoda la vida del paciente. Por eso hacemos hincapié en la necesidad de difundir esta enfermedad entre todos los profesionales, porque es una gran desconocida.
¿Su máxima preocupación es que la atención se ofrezca con protocolos especializados?
La mayoría de los pacientes conocen su enfermedad cuando van a una óptica, porque tiene algún problema y el optometrista se da cuenta de lo que tiene y le manda a su oftalmólogo, porque ellos con los medios que tienen no pueden hacer nada más, pues estos pacientes tienen un problema solapado por descubrir. Es entonces cuando el oftalmólogo toma cartas en el asunto y le dice que tiene que empezar a tratarse de Baja Visión.
¿Hay muchos oftalmólogos especializados y concienciados en esta patología?
El oftalmólogo es especialista en problemas visuales, no necesariamente en Baja Visión; aunque la situación va mejorando, muchos todavía no están concienciados de los problemas paralelos que puedan existir. Dentro de la especialidad de oftalmología coincido más con los retinólogos, porque es donde la mayor parte de los pacientes están incluidos. La parte más amplia de Baja Visión la ocupan los daños en la mácula, el glaucoma y la diabetes. Es una labor de colaboración entre todos los profesionales. Nosotros derivamos al psicólogo cuando vemos que el paciente no acepta su patología. También hay que reconocer que en algunas comunidades como Euskadi hay oftalmólogos muy especializados en Baja Visión, donde la forma de actuar y la concienciación de los sanitarios es muy puntera; es una suerte para los pacientes donde se le deriva a las Unidades y se les apoya.
¿Se necesitan más médicos con conocimientos de Baja Visión?
Sí. Y que los médicos en general, y los de primaria en particular, estén concienciados sobre la existencia de esta patología y les puedan derivar rápidamente a los especialistas; el papel del médico de AP es clave para que el paciente se sienta bien atendido.
¿Están en contacto con las autoridades sanitarias?
Sí. Mantenemos reuniones con los distintos departamentos de Salud de las Comunidades Autónomas para orientarles sobre la necesidad de especialistas en Baja Visión y sobre cómo ayudar a los pacientes; somos también los interlocutores con el Ministerio de Sanidad sobre las necesidades de este colectivo