Las
mujeres con deficiencia moderada de yodo en su organismo podrían tener más probabilidades de tener problemas de fertilidad que aquellas que presentan unos niveles óptimos. Es la conclusión de una investigación en la que se han analizado, durante cinco años, a 500 mujeres que trataban de quedarse embarazadas.
Los resultados del estudio apuntan que las mujeres con concentraciones de yodo de leve a moderada tardaron significativamente más en quedarse embarazadas. En concreto, un 46% menos de posibilidades de quedase embarazadas en cada ciclo. En aquellas que tenía unas medidas levemente deficientes también disminuyeron sus perspectivas de gestación, pero no fue significativo.
De las 500 mujeres analizadas, cuatro de cada 10 (el 44,3%) tenían niveles de yodo por debajo de los considerados normales. Por su parte, el 22,5% del total ya mostraba deficiencias de moderada a grave.
El estudio, publicado en
Human Reproduction, se ha realizado sobre la cohorte prospectiva LIFE de la que forman parte medio millar de parejas estadounidenses que habían interrumpido los métodos anticonceptivos en busca de un embarazo durante 2005 y 2009. Las mujeres, entre 18 y 40 años, utilizaron el monitor de fertilidad Clearblue Easy para determinar los ciclos menstruales y programar las relaciones sexuales hasta el momento de la siguiente ovulación.
Cantidad de yodo en relación a la creatinina
A lo largo del estudio se realizaron análisis de orina puntuales para determinar la cantidad de yodo en relación a la de creatinina: por debajo de 50, entre 50 y 99 y 100 μg por gramo y superiores. También se analizó el funcionamiento de la glándula tiroides como una variable en todas las participantes, dado que el hipotiroidismo puede deberse a una deficiencia de este mineral.
Los niveles de yodo se midieron utilizando los puntos de corte utilizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta entidad considera 100 o más μg por litro, como niveles normales; entre 50 y 99 μg/l como una deficiencia leve; entre 20 y 49 μg/l, deficiencia moderada; y menos de 20 μg/l, deficiencia grave.
Del total de las mujeres, el 71% se quedaron embarazadas, el 10% no lo consiguieron, y un 19% abandonaron durante el seguimiento. Los resultados de las parejas que abandonaron antes de la fertilización o que no culminaron en un embarazo tras 12 meses, fueron excluidos de los últimos análisis.
Concentraciones de yodo y fertilidad
Las concentraciones de yodo en la orina fueron suficientes en 260 mujeres, el 55,7%; levemente deficiente en el 21%; moderadamente deficiente en el 20,8%, y gravemente deficiente en 8 mujeres, el 1,7% del total. El tiempo que tardaron en quedarse embarazadas fue una herramienta importante a la hora de tener en cuenta los efectos del yodo en la fertilidad.
Con estos datos, los investigadores concluyeron que el retraso significativo en el tiempo hasta llegar al embarazo en ese 22% de mujeres con deficiencia de moderada a grave de yodo suscita “serias preocupaciones” dada la alta prevalencia de niveles bajos de yodo en las mujeres en edad fértil.
De hecho, aunque esa deficiencia es un problema general, hasta ahora no se había analizado sus efectos en la capacidad de una mujer de quedarse embarazada, de ahí la relevancia del estudio.
Lo que sí se sabía por estudios anteriores es que el porcentaje de mujeres en edad fértil con concentraciones de yodo en la orina por debajo de 50 μg/l ha aumentado 3,8 veces entre 1971 y 1974 y entre 1988 y 1994. Y otro estudio referenciaba que más del 30% de los niveles de yodo en orina en mujeres no embarazadas en edad fértil están por debajo de 100 μg/l.