La prevalencia tan capital de las enfermedades cardiovasculares entre la población europea hace necesario ser más estrictos a la hora de abordar cuanto antes la clasificación correcta del riesgo de esta enfermedad.
Con esta premisa,
Daiichi Sankyo Europa presentó en el Congreso 2022 de la Sociedad Europea de Aterosclerosis (AES), celebrado recientemente en Milán, los últimos datos de
SANTORINI, un estudio multinacional, prospectivo y observacional enfocado a adecuar mejor la estimación correcta de riesgo y evaluar el tratamiento de los pacientes de alto y muy alto riesgo cardiovascular (CV) que requieren terapia de reducción de lípidos (THL) en la actuación clínica.
Estos datos del registro SANTORINI muestran una realidad preocupante y a corregir, porque según los expertos, en el ámbito clínico a los pacientes con hipercolesterolemia se les está subestimando de manera notable su riesgo de enfermedad cardiovascular ateroesclerótica (ASCVD).
[caption id='attachment_249105' align='alignright' width='411']
En el Congreso se dieron nuevos datos del estudio SANTORINI.[/caption]
Sin control del colesterol
De hecho, según este registro, casi el 80% de los pacientes de alto o muy alto riesgo de sufrir eventos CV no logran controlar el nivel de colesterol de lipoproteína de baja densidad c-LDL recomendado por las guías sanitarias.
Al no seguirse adecuadamente estas guías, el 41,5% de los pacientes clasificados como de alto riesgo de infarto o de ictus evidenciaban manifestaciones de enfermedad ateroesclerótica, lo que según las guías EAS/ESC implicaría tener que haberlos clasificado como de muy alto riesgo CV.
Está bien demostrada la causalidad de los índices elevados de c-LDL en la evolución de la ASCVD, por lo que todas
las guías europeas recomiendan el uso temprano de terapias hipolipemiantes (THL) para reducir el riesgo CV en pacientes de alto y muy alto riesgo. Por esto, en pacientes con hipercolesterolemia y c-LDL elevado la evaluación de su riesgo CV es un criterio clave para fijar los objetivos del tratamiento en aras a evitar el infarto o el ictus.
Estos resultados adelantados en Milán por Daiichi-Sankyo Europa complementan los datos presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) en 2021, y demuestran la necesidad urgente de reducir los niveles de c-LDL para el 80% de los pacientes que no están actualmente en el objetivo.
[caption id='attachment_249111' align='alignright' width='370']
Kausik Ray, pte. de la Sociedad Europea de Ateroesclerosis.[/caption]
Guías y práctica clínica
'Los resultados actuales del estudio
SANTORINI demuestran claramente que, como médicos, debemos revisar y actualizar colectivamente nuestra percepción del riesgo y los factores de riesgo asociados a la hora de controlar los niveles de colesterol de los pacientes de alto y muy alto riesgo de ECV”, subrayó el profesor en Salud Pública Kausik Ray y presidente de la
Sociedad Europea de Aterosclerosis.
“Estos datos ponen de manifiesto
una discrepancia crítica entre las recomendaciones de las guías y la práctica clínica', añadió Ray, Cardiólogo Consultor Honorario, Director de la ICTU Global y Director Adjunto de la Unidad de Ensayos Clínicos del Imperial College de Londres e Investigador Principal de SANTORINI.
'El gran número de pacientes que aún no alcanzan sus objetivos de c-LDL, como revela el estudio SANTORINI, pone de manifiesto que la clasificación del riesgo debe ser una prioridad para la comunidad clínica”, sentenció.
Optimizar tratamientos
“Las guías de la EAS/ESC subrayan la necesidad de optimizar el tratamiento para alcanzar los objetivos de c-LDL, incluyendo un mejor uso de las terapias combinadas, para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas y consecuentemente las muertes”, aseveró en la presentación de datos en EAS 2022.
En esta misma línea,
el doctor Luis Masana, director de la Unidad de Medicina Vascular y Metabolismo del Hospital Sant Joan de Reus, reconocía que resulta evidente que la mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares se ha reducido significativamente en los últimos años, “Sin embargo,
el control de la dislipemia, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular,
sigue sin ser óptimo”.
[caption id='attachment_249112' align='alignright' width='315']
El profesor Arca de la Universidad de la Sapienza.[/caption]
A pesar de estos datos, las guías internacionales vigentes sobre el manejo de la hipercolesterolemia recomiendan únicamente el uso de estas terapias de alta intensidad en pacientes con alto riesgo cardiovascular, independientemente de su efecto sobre el c-LDL.
En la práctica clínica,
la realidad es que muchos de los pacientes con alto riesgo cardiovascular no están tratados de forma adecuada y un alto porcentaje no alcanza los objetivos terapéuticos.
“Incluso pacientes que han sufrido eventos vasculares reciben una dosificación de estatinas demasiado baja”, apuntó el doctor Marcello Arca, del departamento de Medicina de Precisión de la Universidad de la Sapienza, en Roma.
Terapias combinadas
Previo al congreso de la EAS, Daiichi-Sankyo congregó a expertos internacionales en una sesión que estuvo moderada por el profesor Alberico L. Catapano. En ella debatieron
la importancia de las terapias combinadas para lograr los objetivos reales del c-LDL en la práctica clínica.
En su presentación, el doctor Masana enfatizó que el colesterol transportado por las LDL no solo es un factor de riesgo de la lesión cardiovascular, sino que es la causa de la enfermedad. “La ateroesclerosis empieza porque se filtra el colesterol en la cabeza arterial. En pacientes que han tenido ya el infarto bajando mucho los niveles de colesterol estamos tratando la lesión”.
“Desde principios de los 90,
las estatinas han demostrado su absoluta seguridad
y han salvado muchísimas vidas y, de hecho, son el centro de la terapéutica. Pero en
estos pacientes ya infartados, en lugar de iniciar el tratamiento con estatinas, habría que comenzar con una combinación de terapias”, reconoció. “Sin embargo, ‒apuntó‒, aunque cuando usamos las estatinas en su máxima potencia y máximas dosis bajamos mucho el colesterol, hasta el 50%, pero si son de alto riesgo habría que bajar estos niveles aún más”.
[caption id='attachment_249133' align='alignright' width='307']
El cardiólogo alemán Roland Klingenberg,[/caption]
Planificación terapéutica
“Y si sabemos que solo con las estatinas no conseguimos los objetivos, por qué no empezar desde el inicio con la terapia combinada. Otras terapias de más potencia, como el uso de ezetimiba o de inhibidores de PCSK9, u otras combinaciones más cercanas como
el ácido bempedoico, están demostrando que podemos superar el 60% en la reducción del colesterol y acercarnos más a los objetivos que perseguimos”.
También sobre el ácido bempedoico en la práctica clínica, se refirió precisamente en su ponencia el cardiólogo Roland Klingenberg, consultor en Cardiología en en Kerckhoff Heart and Thorax Center, Bad Nauheim, Alemania.
Masana destacó la necesidad de una planificación terapéutica previa y el uso de terapia combinada con estatinas como posibles soluciones para el infratratamiento de los pacientes.
“Tenemos un amplio abanico de posibilidades y no nos tenemos que quedar solo con las estatinas”, recalcó.
[caption id='attachment_249115' align='alignright' width='432']
El especialista Luis Masana abogó por terapias personalizadas[/caption]
El objetivo final debe ser lograr el éxito del tratamiento que no es otro que conseguir mejorar la calidad de vida de las personas con dislipidemia. “
Hay que ir hacia el tratamiento personalizado; no podemos tratar a todo el mundo con estatinas en dosis altas, hay que buscar las combinaciones mejores para cada paciente”.
“La conclusión es clara,
hay que optimizar los tratamientos para reducir el colesterol, un dato actualmente minusvalorado por los profesionales clínicos y por la gente, que no entiende por qué hay que gastarse tanto dinero en controlarlo. Pero hemos de recordar que no hablamos de una enfermedad minoritaria, sino una de la que mueren casi la mitad de los españoles”, sentenció.