La Junta Directiva de SEDISA, sus Agrupaciones, su Consejo Asesor y el Patronato de la Fundación SEDISA han realizado el
Decálogo SEDISA en Defensa de la Profesionalización de los Directivos de la Salud y la Gestión Sanitaria. En palabras de José Soto Bonel, presidente de SEDISA, este decálogo es de suma importancia. “Es fundamental que se apueste por el avance y por la profesionalización de los directivos de la salud y, en consecuencia, de la gestión sanitaria. Debemos tener
una gestión basada en la transparencia y en los criterios de competencia, convirtiéndose el directivo en un profesional de la gestión, con un nombramiento y un cese regulado de forma objetiva, por objetivos evaluables”.
Por su parte, Joaquín Estévez Lucas, presidente de la Fundación SEDISA agrega que “la
profesionalización debe lograrse a través del cumplimiento del marco estatuario actual que establece que las convocatorias deberán
responder a los principios de igualdad, mérito y capacidad y cumplimiento los principios de publicidad y concurrencia. Por ello, se debe desarrollar un sistema de profesionalización real, pensando siempre desde la transparencia en los criterios para los nombramientos. Debe ser un cargo de profesional de la gestión sometido a una evaluación basada en resultados asistenciales, económicos que permitan un nombramiento justo, así como unos ceses que regulados de forma objetiva”.
Papel de los directivos de la salud
Dado que los directivos de la salud son uno de los motores de la evolución que el modelo sanitario requiere hacia la calidad, eficiencia y la solvencia económica, la profesionalización resulta de suma importancia para hacer frente a los retos a los que se enfrenta el Sistema Sanitario.
Así, la única manera de que el Sistema Sanitario evolucione hacia la
introducción de la innovación, la implantación de la evaluación y de los resultados en salud es mediante una formación que permita que los directivos de la salud adquieran las competencias técnicas y trasversales necesarias para el desarrollo de su profesión. En la actualidad, las organizaciones sanitarias deben estar enfocadas a la cultura del no hacer, por ello, se deben realizar cambios organizativos que aporten valor y que se adapten a la nueva situación.