Un año de pandemia ha provocado una sobrecarga emocional y cognitiva que se suele describir con términos y síntomas como estrés, ansiedad, agotamiento, insomnio
2 de junio 2021. 11:25 am
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha realizado un análisis de las consecuencias de la COVID sobre los profesionales de la salud. Así, matizan que estas consecuencias de la COVID se dividen en varios tipos. Unas, biológicas, debidas al contagio de…
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha realizado un
análisis de las consecuencias de la COVID sobre los profesionales de la salud. Así, matizan que estas consecuencias de la COVID se dividen en varios tipos.
Unas, biológicas, debidas al contagio de la enfermedad. Otras, psicológicas, en especial por las repercusiones que a nivel emocional ha causado la sobrecarga laboral, la exposición al riesgo continuo. Todo ello sumado a la incertidumbre, las vivencias traumáticas con los pacientes y sus allegados, los cambios en la forma de vida, etc.
Además, la ausencia de medidas de apoyo y contención sistematizadas ha puesto de manifiesto graves
deficiencias en la gestión sanitaria de la crisis. Todo ello ha aflorado problemas sistémicos secundarios a una financiación insuficiente que ya había precarizado todo el sistema sanitario. Especialmente c
on mayor intensidad la Atención Primaria y las redes de Salud Mental.
Medidas ante las consecuencias de la COVID
Ante las consecuencias de la COVID las sociedades científicas ven necesario implementar medidas de forma urgente. Así, semFYC, junto a la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC) y la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) piden la reflexión de las Administraciones.
La primera cuestión a atender es que Atención Primaria y de Salud Pública disponga de un número de profesionales adecuado y con la formación necesaria para llevar a cabo esas tareas. De esta forma, recuerdan que “
las muertes no se evitan solo con más camas de UCI o con más camas de hospital; se evitan con detección temprana”. Es decir, con el seguimiento de los contagios y con estrategias ágiles que permitan a los equipos de Atención Primaria atender a las personas contagiadas. Todo ello,
sin descuidar de forma radical al resto de personas con patologías graves, como a menudo ha tenido que suceder en la pandemia actual.
Así, entre una serie de medidas, concluyen que aunque las soluciones más en profundidad han de implicar cambios estructurales, la primera prioridad (y urgente) es una financiación adecuada de la Atención Primaria.