SemFYC insiste en la importancia de que los residentes de MFyC terminen su formación

Los 1.761 residentes de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria deben terminar su formación y no resolver las necesidades de cobertura en verano en los 3055 centros de salud de Atención Primaria que hay en el país. Así se ha pronunciado la Sociedad Española de Medicina Familia y Comunitaria (semFYC) al respecto de las propuestas en torno a que los residentes de MFyC cubran las vacantes estivales en centros no docentes. De esta forma, la semFYC defiende la formación MIR en Medicina familiar y comunitaria, y apoya la formación de calidad de los Residentes de último año, en su entorno formativo, en el centro salud tal y como recoge el programa formativo vigente de la especialidad. Cabe recordar que durante las últimas semanas se han emitido noticias contradictorias sobre la posibilidad de que los residentes de MFyC , en concreto los R4,  pudieran dar cobertura al periodo vacacional en centros no docentes durante los meses de verano. El problema de fondo es que este año los MIR en lugar de terminar su formación en mayo lo harán en setiembre debido al retraso en el proceso de elección de plazas de residencia que provocó la pandemia. La semFYC quiere señalar que, la de este año, no se trata de una situación de excepcionalidad y de urgencia no prevista, ya que se lleva avisando de esta coyuntura desde hace tiempo.

La situación de los residentes de MFyC

Es por ello que semFYC defiende la importancia de que los residentes de MFyC completen su programa formativo en sus respectivos centros de salud, según lo estipulado en el programa vigente de la especialidad. Así, esgrimen varios argumentos como  que aunque los residentes de MFyCC cuarto año están altamente capacitados, necesitan y merecen finalizar su formación en los centros de salud docentes a los que han estado asignados durante todo su periodo de especialización. Además, desde el punto de vista legal, la duración de la residencia está fijada en el programa formativo de la especialidad, y el contrato del residente es incompatible con cualquier otro contrato o con actividad asistencial fuera de los entornos docentes. Por último, recuerdan que los 1.761 residentes de cuarto año (2020-2024) que actualmente están adscritos a las unidades docentes de Medicina Familiar y Comunitaria representan un minúsculo porcentaje del conjunto de profesionales Atención Primaria, por lo que la articulación de propuestas de RR.HH, no puede quedar supeditada a la incorporación de este pequeño colectivo. Finalmente, insisten en que en este momento crucial de su formación, los R4 no deben enfrentarse a la presión innecesaria de aceptar un contrato o situaciones laborales de dudosa legalidad.