Ante el debate que ha vuelto a resurgir estos últimos días en torno a la necesidad de buscar fórmulas que garanticen la sostenibilidad de SNS, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) recuerda que existen otras alternativas de financiación y racionalización del gasto. SemFYC es contraria a la aplicación de esta medida, ya que considera que puede tener efectos perjudiciales en la equidad y salud de la población, especialmente en la más desfavorecida.
El copago supone compartir los costes del servicio entre dos partes: el usuario y el Estado. El copago, además de perseguir recaudar fondos para sostener el sistema sanitario, se propone también como una herramienta disuasoria para eliminar el consumo abusivo e innecesario y reducir la demanda. En España, actualmente sólo se contempla esta medida con los medicamentos. Ir al médico o ingresar en un hospital público es completamente gratuito.
SemFYC propone otras alternativas de financiación y racionalización del gasto:
- Incentivar adecuadamente a los profesionales directamente por resultados en: la mejora de la gestión y de las agendas de trabajo, la utilización de fármacos, el uso racional de las pruebas complementarias y la coordinación con otros niveles asistenciales.
- Establecer impuestos indirectos que recaen sobre productos como el tabaco, que se relacionan directamente con la pérdida de salud.
- Modificar las políticas de cobertura de nuevos fármacos y modificar la cartera de medicamentos o los precios de los productos que ella se incluyen, en función de criterios objetivos de efectividad y eficiencia.
- Establecer un catálogo de prestaciones y cartera de servicios sanitarios públicos, que permita eliminar aquellos inefectivos o con un coste-efectividad inaceptable.
Reforzar el papel de la Atención Primaria
Para semFYC, no existen pruebas concluyentes de los beneficios asociados a la aplicación de esta medida, pero sí hay datos sobre sus posibles efectos perjudiciales en la equidad y la salud de la población, sobre todo la más vulnerable socialmente. Las experiencias llevadas a cabo en otros países de nuestro entorno y la literatura científica permiten asegurar que reforzar el papel del médico de familia, así como el control presupuestario de AP y de la consulta externa de especialidades hospitalarias en manos de los médicos de familia, podrían mejorar la gestión de la atención sanitaria.