La depresión se asocia con mayor intensidad de dolor y constituye un factor de riesgo de discapacidad
22 de noviembre 2019. 2:00 pm
Más de la mitad de los pacientes con dolor crónico presentan niveles de depresión moderados o severos. Así se ha dado a conocer en la III Jornada del Grupo de Trabajo Psicología y Dolor de la Sociedad Española del Dolor (SED). En concreto, Antoni Castel,…
Más de la mitad de los pacientes con dolor crónico presentan niveles de depresión moderados o severos. Así se ha dado a conocer en la
III Jornada del Grupo de Trabajo Psicología y Dolor de la Sociedad Española del Dolor (SED). En concreto, Antoni Castel, coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Dolor de la Sociedad Española del Dolor, ha expuesto que “dolor y estrés son dos factores que están estrechamente unidos y que, además, se retroalimentan el uno al otro”.
Pese a ello, la realidad es que solo una de cada tres Unidades de Dolor cuenta con psicólogos o psiquiatras en su equipo. A este respecto, Juan Antonio Micó, presidente de la SED y portavoz de la junta directiva en el Grupo de Trabajo Psicología y Dolor, ha destacado que “es necesario contar con un mayor número de Unidades del Dolor Multidisciplinares que cuenten con psicólogos o psiquiatras en su equipo. Actualmente, solo una de cada tres
Unidades del Dolor cuenta con estos profesionales, a pesar de que el 94 por ciento de las unidades consultadas considera que es absolutamente necesario”.
Una relación estrecha
La depresión se asocia con mayor intensidad de dolor y constituye un factor de riesgo de discapacidad. En concreto, el estrés laboral es una de las situaciones que de forma más habitual afecta a los pacientes con dolor, que ven afectadas sus competencias funcionales y su autoestima.
“Este es un problema real. El paciente con dolor crónico va a tener limitaciones en su trabajo y va a tener repercusiones en su ejecución, al mismo tiempo que va a percibir que tiene más dificultades, lo que tiene consecuencias en su autoestima”, ha añadido Castel.
De esta forma el experto abogaba por entregar al paciente técnicas para gestionar su dolor de la mejor manera posible, de forma que le permita mantener su estilo de vida más o menos normal, ya que como recordaba “el estado de ánimo es fundamental en cualquier paciente, pero especialmente en la persona que sufre dolor crónico”.