Cefalea significa simplementedolor de cabeza, yen este sentido la migraña,que equivale a jaqueca, es undolor de cabeza, pero paranada simple, ya que es unaenfermedad neurológica cuyaacción repercute en la familia yen el trabajo. Según la definicióndel doctor Rogelio Leira,del Hospital Xeral de Galicia,Complejo Hospitalario Universitariode…
Cefalea significa simplemente
dolor de cabeza, y
en este sentido la migraña,
que equivale a jaqueca, es un
dolor de cabeza, pero para
nada simple, ya que es una
enfermedad neurológica cuya
acción repercute en la familia y
en el trabajo. Según la definición
del doctor Rogelio Leira,
del Hospital Xeral de Galicia,
Complejo Hospitalario Universitario
de Compostela, 'la migraña
es un trastorno crónico
que viene determinado genéticamente
y que se caracteriza
clínicamente por episodios recurrentes
de cefalea. La frecuencia,
intensidad y duración
de estos episodios dolorosos es
muy variable, oscilando entre
pacientes que presentan una
crisis de migraña cada 6 meses,
hasta aquellos que sufren
6 o más crisis de migraña
mensuales. Evidentemente, la
repercusión que tiene para la
vida es muy diferente dependiendo
de la situación clínica
en la que se encuentre un determinado
paciente'.
En opinión de este especialista,
durante muchos años
se ha considerado que poco
se podía hacer para tratar o
prevenir la migraña. 'Al tratarse
de un proceso determinado
genéticamente, es muy
frecuente que los pacientes
con migraña nazcan y se desarrollen
en el contexto de
familias con migraña. Esta situación
hace que se transmita
la idea de que la migraña
no tiene curación y que por
tanto hay que sufrirla toda la
vida. Los pacientes se acostumbran
al manejo de una
serie de analgésicos que les
ayuden a mitigar el dolor y
rara vez solicitan ayuda médica.
Es frecuente que en diversas
etapas de la vida realicen
cambios de analgésicos a
medida que éstos van perdiendo
eficacia en el alivio
del dolor'.
Siempre según este experto,
'desde hace una década
se conocen con mayor precisión
cuáles son los mecanismos
que se producen en el
cerebro y en la circulación cerebral
que condicionan la
aparición y desarrollo de una
crisis de migraña. Se han descubierto
nuevos fármacos que
son específicos para tratar las
crisis de migraña. Estos avances
en el conocimiento de la
migraña han supuesto que actualmente
se la considere como
una 'enfermedad específica
que precisa un tratamiento
específico', olvidando la situación
previa de 'proceso doloroso
inespecífico que sólo precisaba
analgésicos'.
Uno de los mayores
problemas de salud
Se estima que en España sufren
migraña cuatro millones
de personas. Afecta a un porcentaje
de población que oscila
en torno al 16% de mujeres
y 7% de varones, con
edades comprendidas entre
los 14 y 55 años. 'Se trata,
sin lugar a dudas, de uno de
los mayores problemas de salud
que afectan a la población
adulta joven', apunta Leira.
La migraña es dos veces
más frecuente en la mujer que
en el hombre, aunque algunos
autores alargan esta proporción
situándola en una relación
de 3 a 1. Ataca principalmente
a personas jóvenes y de edad
media, en épocas de formación
y de mayor productividad profesional
y laboral. La intensidad
de las crisis, y especialmente su
frecuencia, determina la pérdida
de horas de trabajo, una
disminución del rendimiento
profesional, dificultades en la
escolarización y reducción de
la calidad de vida.
Inicialmente, el dolor migrañoso
se localiza en un solo
lado del cráneo, aunque casi
siempre termina por generalizarse.
Es frecuente que vaya
acompañado de náuseas, vómitos,
sensación de abatimiento
y malestar general. En un
tercio de los casos, el dolor es
precedido por fenómenos visuales
denominados auras, los
cuales pueden consistir en
manchas negras en el campo
visual, visión de puntos o líneas
quebradas luminosas o imágenes
que recuerdan zanjas de
fortificación, chispas o relámpagos
y sensaciones visuales de
centelleo luminoso en zig-zag.
El dolor aumenta con la
tos, estornudos y movimientos
bruscos de cabeza, incrementando
la tensión en el
interior de la misma, y puede
llegar a ser muy intenso e
incluso insoportable. Su duración
no excede de las 72
horas.
Factores como la luz, los
olores o el ruido contribuyen
a aumentar el dolor, de ahí
que el enfermo busque el aislamiento,
la tranquilidad, el silencio
y la oscuridad. Si logra
conciliar el sueño, pasadas 1
ó 2 horas se despertará reestablecido,
pero con sensación
de abatimiento.
Ya en la adolescencia
Si hablamos de la evolución
de la migraña hay que tener
en cuenta que suele aparecer
ya en la adolescencia, repitiéndose
con una frecuencia
muy variable. Algunos migrañosos
presentan crisis semanales
y otros cada tres meses
o al año.
Con el paso del tiempo,
las crisis suelen perder sus
rasgos característicos. Entonces
es frecuente la desaparición
de los fenómenos acompañantes
y la pérdida del
carácter pulsátil del dolor, esto
es, al ritmo de los latidos
del corazón.
Hacia los 50 años las crisis
tienden a desaparecer. en
la mujer, la menopausia puede
acentuar transitoriamente
estas crisis, que posteriormente
se hacen virulentas y desaparecen.
Cuando las crisis son muy
frecuentes, el abuso de medicamentos
puede crear lo que
se conoce como cefalea crónica
diaria, la cual obedece a la
presentación de una crisis de
migraña más un dolor continuo,
provocado por los mismos
analgésicos. Al desaparecer
el efecto beneficioso
transitorio del medicamento,
se presenta nuevamente el
dolor como un síndrome de
'abstinencia', generándose un
abuso de analgésicos y planteándose
una situación clínica
de muy difícil solución.
Preguntas sin respuestas
Para el doctor Julio Pascual,
del Servicio de Neurología del
Hospital Universitario Marqués
de Valdecilla (UC) de Santander,
comprender y aclarar por
qué se produce la migraña,
dónde se inicia la primera señal
que desencadenará un
episodio y cómo funciona el
cerebro durante un ataque de
migraña son las preguntas
que aún hoy en día no pueden
responderse en su totalidad.
El estudio de la migraña
se complica porque sus síntomas
aparecen de forma episódica,
el paciente está sin dolor
la mayor parte de su vida, y
los cambios que tienen lugar
en el cerebro durante un episodio
de migraña son, en su
mayoría microscópicos, poco
accesibles a las técnicas de
observación de las que se dispone
actualmente.
Indica este experto que
cuando un paciente sufre una
crisis de migraña por lo general
presenta tres fases distinguibles:
pródromos (estado
previo a la aparición del dolor.
al menos un tercio de los pacientes
experimentan síntomas
premonitorios el día o las horas
previos al dolor), aura (sintomatología
neurológica focal
transitoria) y cefalea (dolor de
cabeza. es el síntoma principal
de la inmensa mayoría de las
crisis de migraña). 'Es obvio
que no todos los pacientes tienen
en todas las crisis las tres
fases, por ejemplo sólo un
15% de los pacientes tienen
aura. No es raro, sin embargo,
que un mismo paciente migrañoso
combine episodios en
los que tiene las tres fases perfectamente
reconocibles, otros
en los que sólo tiene la fase
de cefalea o, incluso, episodios
en los que la única sintomatología
se reduce a un aura migrañosa'.
Más vale prevenir...
La doctora Margarita Sánchez
del Río, del Hospital Ruber Internacional
de Madrid, afirma
que no existe una regla fija
en cuanto al número de ataques
al mes o a la semana
que son necesarios para iniciar
un tratamiento preventivo,
aunque en la práctica se
plantea dicho tratamiento en
los casos en los que las migrañas
se presentan al menos
tres veces al mes. Además, se
deberán tener en cuenta circunstancias
como:
' La forma en que interfieren
los ataques en el quehacer
habitual del paciente, a
pesar del seguimiento de un
tratamiento analgésico adecuado
e independientemente
del número de ataques.
' Los casos en los que
existan problemas con el tratamiento
analgésico.
' Los casos en los que
exista un abuso de analgésicos.
'Aquí es importante recordar
que el tratamiento
analgésico está diseñado para
tomarlo sólo cuando hay
dolor, de forma puntual, con
el fin de eliminar el dolor,
pero no va a evitar que aparezca
un nuevo ataque de
migraña'. El uso indiscriminado
de analgésicos nos llevará
a tener dolor a diario y
por tanto a cronificar el problema,
pero también a dificultar
que los fármacos actúen
con eficacia.
Finalmente, a la hora de
establecer un tratamiento
preventivo, es importante tener
en cuenta las situaciones
especiales, como:
» Migraña hemipléjica. Son ataques de migraña que
cursan con parálisis de una
parte del cuerpo. Dada la
severidad de los episodios
no es posible ni práctico
emplear analgésicos. Es fundamental
en estos casos la
utilización de fármacos que
eviten que aparezca un nuevo
ataque.
» Migraña basilar. Ataques
de migraña que pueden
cursar con visión doble, mareo
importante o vértigo, incoordinación,
dificultad para
hablar o desmayos. Nuevamente
dichos ataques van a
interferir de forma importante
con el funcionamiento de
la persona que lo padece y
para un tratamiento adecuado
es fundamental iniciar el
tratamiento preventivo.
» Ataques de migraña
con aura donde los síntomas
del aura duren más de
una hora. En estos casos especiales
no es recomendable
la utilización de cualquier tipo
de analgésico.
Por su parte el doctor José
Miguel Láinez Andrés, del
Servicio de Neurología del
Hospital Clínico Universitario
de Valencia, abunda en que,
como paciente, uno puede
empezar a realizar tratamiento
preventivo de sus crisis conociendo
bien su migraña y
los factores que desencadenan
estas crisis. de hecho, si
es capaz de eliminar todos los
factores que se las provocan
(alteraciones del sueño, estrés,
alimentos...) puede reducir
significativamente el número
de las mismas. 'Desafortunadamente,
algunos factores
desencadenantes (por ejemplo,
la menstruación) no se
pueden eliminar y también
hay muchas ocasiones en que
las crisis se producen sin que
existan factores desencadenantes
que podamos identificar,
por lo que no nos queda
otra alternativa que tratarlas
y/o a prevenirlas'.
De acuerdo con este especialista,
existen algunas terapias
no farmacológicas que
nos pueden ayudar a prevenir
las crisis. 'es muy importante
saber que sólo aquellas técnicas
en las que el paciente se
implica y participa son útiles a
medio-largo plazo. En esta línea
son útiles tratamientos como
la relajación o el biofeedback,
mientras que otras
tienen un efecto pasajero como
la acupuntura o la hipnosis.
El tratamiento farmacológico
es la base del tratamiento
preventivo, existiendo diversas
alternativas que se han ido introduciendo
sucesivamente en
la prevención de la migraña.
Cuando tenemos que elegir
un fármaco profiláctico lo hacemos
en función del paciente
(tipo de migraña, asociación
con otras enfermedades...) y
de la tolerabilidad (posibles
efectos adversos) del medicamento
a emplear'.
El medicamento preventivo
se toma todos los días en
una dosis única o en varias
dependiendo del fármaco
que se utilice. Es importante
saber que estos tratamientos
no son como los que se utilizan
en el manejo de la crisis,
cuyo efecto es inmediato.
Habitualmente requieren un
cierto tiempo hasta que empiezan
a mostrar su eficacia.
el tiempo mínimo para decidir
si un tratamiento preventivo
funciona o no en un determinado
paciente es un
mes. El período mínimo en
que se suele mantener el tratamiento
preventivo es de
tres meses, aunque esto varía
mucho con cada paciente.
en general se suele indicar
por un período de 6 meses.
Recomendaciones no farmacológicas
Entre las recomendaciones no
farmacológicas para evitar los
ataques de migraña, el doctor
Jesús Hernández Gallego,
del Hospital General 'Dr. Negrín',
de Las Palmas de Gran
Canaria, destaca algunos consejos
higiénico-dietéticos, así
como una filosofía de vida
para atajar el dolor.
Dentro del tratamiento no
farmacológico, aduce este especialista,
existen también
medidas preventivas (evitar los
factores desencadenantes) y
sintomáticas (aislarse, relajarse,
evitar el ejercicio físico, la luz y
los ruidos). esto lo necesitan
hacer todos los pacientes:
cuando sufren una migraña,
se van a la cama, se ponen
frío en la cabeza, se aíslan de
la luz y de los ruidos y no comen.
No hay que olvidar el
sueño como supresor de la
migraña, pero también existe
el sueño como activador de la
misma: la migraña se puede
desencadenar tras dormir más
o menos horas de lo normal,
cosa que sucede en ocasiones
en los fines de semana.
En relación con la dieta, el
migrañoso suele intentar identificar
qué alimentos favorecen
el dolor de cabeza. Una vez
que analice sus hábitos dietéticos,
probablemente deba
prescindir de algún alimento,
pero en todo caso debe privarse
de ingerir alcohol y tabaco.
'La dieta, considerada
como un factor precipitante
en las migrañas, ha generado
listas interminables e irracionales
de alimentos, la mayoría
de ellas sin una base científica.
Hay muy pocos trabajos científicos
epidemiológicos rigurosos
que determinen qué producto
de la dieta es un factor
inductor de las migrañas'.
En general, prosigue el
doctor Hernández, el migrañoso
aún siendo psicológicamente
normal, tiene un cierto
grado de neuroticismo o depresión
(el temor a que sobrevenga
otro dolor terrible por
muy transitorio que sea no deja
de ser una 'constante preocupación')
y en esta obsesión
por no sufrir, el migrañoso genera
una parafernalia de acciones
físicas, alimentarias y psicológicas
que coartan su vida
cotidiana a veces más de lo
que el propio dolor se merece.
En opinión de Hernández Gallego,
conviene descubrir qué
hábitos diarios pueden disminuir
la intensidad, la duración
y la frecuencia de los ataques.
Como recomendaciones generales,
el migrañoso debe ser
rutinario: tratar de dormir todos
los días las mismas horas
(incluso los fines de semana) y
ajustar las actividades diarias a
un horario fijo y no excesivo.
Mantener una dieta variada,
realizar ejercicio físico con
regularidad, no fumar y, si se
puede, practicar algún tipo
de relajación física y mental.
Plantearse durante un rato
distraerse o saber perder el
tiempo, ser menos productivo,
también ayuda a controlar la
recurrencia de las migrañas, a
reflexionar sobre los acelerones.
Saber perder el tiempo a veces
es ganarlo, al menos en salud.
Estudiar a cada paciente
Según informa la Red Española de Cefaleas,
antes de establecer el tratamiento
de la migraña es imprescindible estudiar
en cada paciente la existencia de mecanismos
desencadenantes. La identificación
y la supresión de los mismos es,
pues, el primer paso en la terapia de este
proceso. El cambio del 'estilo de vida'
e incluso un tratamiento con ansiolíticos
(tranquilizantes) debe imponerse
en casos de estrés.
A) Tratamiento de la crisis
Los analgésicos deben administrarse lo
antes posible. De éstos, los más eficaces
son los de acción antiinflamatoria (ibuprofeno,
naproxeno, indometacina).
Existen otros medicamentos, de acción
más específica, denominados genéricamente
ergóticos y triptanes, que actúan
disminuyendo la dilatación de los vasos
sanguíneos cerebrales.
Es importante considerar que:
' En caso de migraña leve se aconseja
tomar analgésicos antiinflamatorios,
así como el reposo en un ambiente silencioso
y poco iluminado. Muchas veces
si el paciente puede conciliar el sueño,
las crisis desaparecen en unas horas.
' Cuando se trata de un dolor moderado
a severo debe administrarse medicamentos
más específicos que posean
tanto acción analgésica como neutralizante
del mecanismo de la migraña.
B) Tratamiento preventivo
Cuando aparecen más de tres crisis
mensuales, duran demasiado tiempo o
no responden a la medicación, se debe
recurrir al tratamiento preventivo. Los
medicamentos que se utilizan en este
caso son antihipertensivos, antidepresivos,
antiepilépticos, magnesio o vitamina
B12 a dosis altas o hasta incluso inyecciones
de toxina botulínica.
Es importante considerar que:
' Los medicamentos preventivos no
tienen acción analgésica, por ello su administración
durante las crisis es totalmente
ineficaz.
' La medicación preventiva de la
migraña requiere un tiempo para iniciar
su acción beneficiosa, que habitualmente
oscila entre 3 y 4 semanas. Esta particularidad
debe ser conocida por el paciente
para que no abandone la
medicación que podría considerar ineficaz.
Este tratamiento preventivo debe
mantenerse un mínimo de 3 meses, y
en algunos casos durante 1 año o más.
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