En el año 2015 México contaba con una estimación de 62.700 personas que padecían cirrosis hepática ocasionada por la hepatitis C y en 2014 se habían registrado al menos 93 casos de cáncer producto de un virus.
La infección del Virus de Inmunodeficiencia Humana y el SIDA causaron alrededor de 1.3 millones de muertes, pues mientras que los fallecidos por algún tipo de hepatitis y además pues por más que las autoridades sanitarias intenten controlar el contagio de algunos de ellos, estos esfuerzos parecen vanos.
En México existen diferentes genotipos del virus de Hepatitis c, el 58% de los pacientes sufren del tipo I, el 30.5% del tipo II, 8.7 con el tipo III y finalmente sólo el 1.5 con el tipo VI, y según el Dr. Enrique Wolpert Barraza, Presidente del Comité Científico FUNDHEPA, hay un subdiagnostico por falta de detección.
El tratamiento de la Hepatitis ha avanzado de manera significativa con el paso de los años ya que los primeros tratamientos eran sumamente agresivos, medicamentos como el interferón y la Rivavirina no registraban tan alto índice de cura o Carga Viral Sostenida.
Al combinar estos medicamentos con ciertos tipos de azúcares se observó que la evolución del tratamiento tenía mejores resultados, además de reducir la constancia de la aplicación de las inyecciones de cada tres a cada cinco días y prácticamente se eliminaban los efectos secundarios.
Entre los tratamientos que se utilizan actualmente y de manera poderosa son los mismos fármacos de hace 10 años pero ahora sin efectos secundarios, estos medicamentos, que en realidad son antivirales, ayudan a mantener una carga sostenible después del uso por 12 semanas.
El 95% del total de pacientes logra el control de la carga viral que se cataloga como un virus curado, sin embargo es necesario estar conscientes de que las pruebas rápidas no son definitivas, según el doctor Javier Báez, pues el virus aparecerá aunque tenga una carga viral detectable.
El especialista mencionó que en el caso del 5% que no se puede curar, debe haber una investigación y documentación exhausta para determinar la causa del fallo en el tratamiento, pues la dieta poco balanceada, la falta de actividad física y el rigor de la puntualidad con el tratamiento farmacológico son factores que pueden influenciar esta enfermedad.