La relación entre la epilepsia y el ictus ha sido uno de los temas protagonistas durante el IV Congreso de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP). Solo en España, la epilepsia afecta a más de 600.000 personas según los datos del estudio EPIBERIA, y según las cifras de este congreso, que también ha puesto su atención en el próximo Día Mundial del Ictus el próximo 29 de octubre, “padecer un ictus eleva hasta 17 veces el riesgo de desarrollar epilepsia”. Así lo ha manifestado el doctor Pedro J. Serrano Castro, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Regional Universitario de Málaga, durante la sesión ‘Epilepsia y envejecimiento cerebral’ organizada, en colaboración con la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El experto explicaba que si bien la epidemiología demuestra que la mayoría de casos de epilepsia aparecen en la infancia, con epilepsias connatales o de base genética, hay otro grupo que tiene su pico de incidencia en la edad avanzada. “En este último caso, se trata de epilepsias que aparecen como consecuencia de enfermedades neurodegenerativas o cerebrovasculares como el ictus”.
En esta misma línea, José Mª Serratosa, presidente de la SEEP y jefe del Servicio de Neurología de la Fundación Jiménez Díaz, agregaba que siempre que se esté ante un caso de epilepsia en pacientes de entre 60 y 65 años “resulta fundamental realizar una ecografía de carótidas y un Doppler Transcraneal, para saber si existen alteraciones en las arterias que indican la necesidad de aplicar un tratamiento preventivo con antiagregantes, control de la presión arterial y estudios del control del colesterol, la glucosa y el peso”.
La relación inversa
Si la incidencia de epilepsia en casos de ictus queda demostrada, parece que esta relación también existe a la inversa. Tal y como afirmaba el presidente de SEEP en este foro “sufrir epilepsia puede duplicar y, hasta cuadriplicar, el riesgo de tener un ictus”.
En cuanto a los motivos que explican esta relación, aunque son diversos, una de las principales causas es el efecto de algunos fármacos clásicos antiepilépticos sobre el metabolismo lipídico y la aterogénesis. Es decir, aquellas alteraciones que permiten la aparición en la pared de las arterias de un depósito de lípidos, que provocan la pérdida de elasticidad arterial y otros trastornos vasculares.
Sobre esta cuestión en concreto, Pedro J. Serrano Castro argumentaba que si esto antes era más habitual, actualmente gracias a “algunos fármacos antiepilépticos recientemente comercializados ya se ha evitado, en buena parte, este problema”.
A modo de conclusión los expertos exponían que para un mejor manejo de ambas patologías, la clave está en contar con estrategias que evitan o disminuyan las causas de la epilepsia, a la vez que se hace un mejor control y selección de los fármacos para la misma.
Sufrir epilepsia duplica o incluso cuadriplica el riesgo de sufrir un ictus según los casos
Con motivo del Día Mundial del Ictus, el IV Congreso de la Sociedad Española de Epilepsia se centra en la relación entre ambas patologías
El Médico Interactivo
27 de octubre 2017. 2:00 pm