Tamizaje y tratamiento en cáncer de mama a la vanguardia en México

Uno de los especialistas mexicanos más representativos en la Cirugía oncológica y además fundador de la Asociación Mexicana de Mastología, el doctor Ernesto Sánchez Forgach, opina y comparte que el cáncer de mama debe encontrarse en la imagenología antes de que puedan ser palpable, ya que tocarlo indica un riesgo alto de expansión a órganos vitales. Actualmente, en México el diagnóstico oportuno ha avanzado lentamente gracias a la concientización que el mes de octubre trae por ser de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, sin embargo, la mayoría aún son detectados en etapas avanzadas, es decir, tienen un tamaño considerable, tienen un daño expandido hacia los ganglios y en algunos otros con metástasis en órganos vitales como pulmones, hígado, huesos o sistema nervioso central. En la última década se han registrado más casos en etapas tempranas gracias a la aplicación de la NOM, misma que dicta que cada dos años toda mujer mayor a los 40 (desde los 35 si tiene algún antecedente familiar) años debe realizarse una mastografía, aunque la recomendación internacional dicte que debe realizarse una vez cada año junto con estudios complementarios como el ultrasonido o el que el médico señale. De manera regular la media de edad del diagnóstico se encuentra en los 47 años por lo que los médicos se esfuerzan en que la detección se haga tres años antes de la aparición de cualquier “bolita” palpable ya que esto reduce la necesidad de mutilación, aminora los costos de tratamiento y reduce la posibilidad de utilizar tratamientos complementarios. El panorama para el años 2018 estima que se presentarán alrededor de 20.000 nuevos casos con mortalidad de 6.500 mujeres, es decir, que cada hora y media fallece una mujer por esta enfermedad que en la actualidad se coloca como la primera causa de incidencia en mujeres y primera causa de mortalidad en un grupo de mujeres menores de 35 años. En tema de los avances tecnológicos en tamizaje ya disponibles en México podemos encontrar la tomosíntesis, que es esencialmente lo mismo que una mastografía, pero se hace en 3D, es decir, se reconstruye la anatomía de la glándula mamaria y se pueden ver varias fases de la misma y determinar si la tumoración es líquida, sólida o combinada. La biología tumoral ha quedado al descubierto gracias al desarrollo científico de la genómica, misma que permite adecuar el tratamiento, es decir, se ha dejado la creencia en la que el médico, basado en el peso y talla de la paciente, podía determinar la cantidad de quimioterapia que recibía, que además podría durar semanas, mismas que hoy pueden durar un día, dependiendo del tipo y etapa del cáncer. Por su parte, en materia quirúrgica las mutilaciones completas casi han desaparecido, ahora, por regla, el médico debe hacer estudios previos que le permitan ver los ganglios mamarios y seleccionar los que requieren extracción. Otra gran revelación fueron los ganglios centinelas que permiten tener un mejor panorama del tejido axilar, que en las extracciones totales dejan secuelas como adormecimiento o inmovilidad en la zona extirpada, además de reducir las radiaciones posteriores de 6 semanas a un solo día. Uno de los más efectivos tratamientos, ganador del premio Nobel de Química y Ciencia, es la inmunoterapia misma que utiliza el propio sistema inmune para combatir las células cancerosas  a través del inhibidor de citoquina,  sin embargo el costo es muy elevado y no se tienen las posibilidades económicas en México para someterle a un paciente en etapa avanzada, sin embargo se hace un esfuerzo porque en el Seguro Popular sea cubierto para casos jóvenes o en tratamientos complementarios. Para concluir, el especialista Sánchez Forgach mencionó el tema de la farmacoeconomía como un recurso imposible de costear, ya que un inhibidor de citoquinas puede costar de 80 a 100.000 pesos, sin embargo, para una paciente de bajos recursos éste tratamiento sería invaluable. En nuestro país aún hacen falta radiólogos especializados en mama y mayor infraestructura para realizar mastografías una vez al año.