Los profesionales sanitarios reconocen que existen ciertas diferencias en la atención a los pacientes con enfermedades cardiológicas en el ámbito rural con respecto al urbano, si bien estas dificultades pueden superarse gracias a la telemedicina. Las principales desigualdades se deben a la distancia con respecto…
Los profesionales sanitarios reconocen que existen ciertas diferencias en la atención a los pacientes con enfermedades cardiológicas en el ámbito rural con respecto al urbano, si bien estas dificultades pueden superarse gracias a la telemedicina. Las principales desigualdades se deben a la distancia con respecto a los hospitales, así como al acceso a las pruebas diagnósticas y a los tratamientos.
Según Javier Limerres Freire, 'gracias a la telemedicina cada vez hay menos diferencias entre la atención en las grandes ciudades y los pueblos'. 'Las nuevas tecnologías se emplean para optimizar los diagnósticos y cuidados de los pacientes con enfermedad cardiovascular. Para ello, monitorizamos parámetros biológicos, como el peso, la presión, la diuresis o la frecuencia cardiaca, lo que nos ayuda a salvar las barreras de tiempo y espacio que dificultan un seguimiento a los enfermos en zonas más alejadas. De esta forma, la telemedicina permite que todos los pacientes tengan acceso a los mismos tratamientos y seguimientos'.
Por su parte, Roberto Pascua García, de Ourense, comenta que las circunstancias dependen 'en gran manera de la distancia que existe desde esos pueblos hasta la ciudad más cercana o, en su defecto, hasta el hospital de referencia'. Además, 'la gente de los pueblos no tiene el mismo acceso a determinadas pruebas diagnósticas, como electrofisiología, imagen, etc., y, por tanto, esto redunda en un diagnóstico y tratamiento ad hoc para todo tipo de enfermedad cardiológica, por otro lado, muy frecuente en el ámbito rural', añade.
En la misma línea, José Ángel Julián Brea Herrando asegura que 'aunque desde un punto de vista teórico todos los españoles deberían tener acceso a los mismos recursos sanitarios, no cabe duda de que la territorialidad condiciona la accesibilidad'. Así, 'en las grandes ciudades la oferta tanto pública como privada de especialistas en Cardiología es mayor. Por contra, el acceso en el medio rural queda condicionado a una menor posibilidad de ser atendidos en consultas especializadas en patología cardiaca'.
No obstante, las diferencias entre ambas poblaciones se va estrechando gracias a la distribución de los recursos, por las políticas sanitarias. Es posible que en el futuro, con los recursos tecnológicos y el acceso a la telemedicina, se facilite mucho más el manejo de estos pacientes'.
En opinión de Dulce Gutiérrez Valverde, la vida de los pueblos 'suele ser más sana, tranquila y, por supuesto, menos contaminada, pero los pacientes están más alejados de los grandes hospitales y se demora mucho la atención médica de urgencia'. 'Algunos factores ambientales del campo parecen jugar a favor de sus habitantes, que sufren menos casos de cáncer, padecen menos hipertensión arterial y desarrollan menos trastornos psicológicos, como ansiedad y depresión. Por el contrario, vivir en el campo hace a sus habitantes más vulnerables a las enfermedades infecciosas y a los eventos cardiovasculares agudos, sobre todo por lo que tardan los servicios de emergencia en atenderles', añade.
En consecuencia, el papel del médico de familia de Atención Primaria, según indica Dulce Gutiérrez, 'es muy importante, tanto en una gran ciudad como en un pueblo de tan solo 500 habitantes, a la hora de la prevención, la detección precoz y el control de los factores de riesgo cardiovascular. Una vez se diagnostican estos factores y se trata el daño orgánico, se debe implicar al paciente'.
También María Angustias Gilberte García considera que 'existen diferencias en cuanto al acceso a pruebas hospitalarias y al tratamiento médico, como consecuencia de la distancia y los problemas para acceder al servicio público'. Respecto a la atención a los factores de riesgo cardiovascular, este profesional asegura que 'en los pueblos la presión asistencial es menor y el trato es más personalizado, lo que permite incidir más directamente sobre factores como la cumplimentación y la concienciación de hábitos saludables'. Asimismo, comenta que 'los médicos rurales suelen estar formados en las últimas recomendaciones de las sociedades médicas'.