Muchas veces hablamos de la ansiedad y la depresión como un todo, cuando es necesario entender los puntos en común y las diferencias entre ambas para su correcto abordaje. También para entender su influencia en la conducta suicida. Sobre esta cuestión trata la nueva entrevista realizada por EL MÉDICO a la Dra. Ana María de Granda Beltrán, psiquiatra en el Hospital Fundación Jiménez Diaz de Madrid, y todo dentro del proyecto que ORGANON está liderando, muy concienciados con la necesidad de disminuir las tasas de suicidio que existen actualmente.
Uniones y diferencias entre depresión y suicidio
Para empezar, la experta insiste en que la ansiedad y la depresión son dos patologías distintas que pueden coexistir, pero que, aunque tienen puntos en común, también tienen rasgos diferenciales. Hablamos de depresión cuando el paciente tiene un
bajo estado de ánimo acompañado de una pérdida del interés y de la capacidad de disfrute, unido a otros síntomas como problemas de sueño, de apetito y cognitivos, entre otros, unido, como no, a la posibilidad de ideas de muerte. Por otra parte, la ansiedad es un miedo excesivo que modifica la conducta de la persona, que puede ser patológico cuando la recurrencia de los síntomas es mayor.
“Ambas comparten síntomas, como puede ser el bajo estado de ánimo y una puede llevar a la otra. Podemos empezar presentando síntomas de ansiedad y acabar desarrollando depresión y que se presenten conjuntamente”.
Poniendo cifras, la psiquiatra puntualiza que según datos de la OMS,
la depresión afecta en torno a 280 millones de personas, lo que supone que 1 de cada 5 personas padecerá esta patología. En España, según el INE, hablamos de una prevalencia del 12,7 por ciento, incluyendo todos los casos, desde la depresión leve a la depresión mayor. Cabe tener en cuenta que el trastorno depresivo mayor es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, por encima de las enfermedades cardiovasculares o el cáncer, según la experta.
En comparativa, la ansiedad tiene aun mayor incidencia, con cerca de 300 millones de afectados, lo que supone que el 25 por ciento de la población presentará síntomas de ansiedad en algún momento de su vida. Así, según datos del Ministerio de Sanidad, la ansiedad es la patología más frecuentemente registrada. “En ambas
el riesgo es mayor en la mujer, hasta el doble que en el hombre”, destaca como dato Ana María de Granda Beltrán.
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Depresión, ansiedad y riesgo de suicidio
Aunque sin duda el dato más destacado es que se trata de cifras muy elevadas. “El trastorno depresivo mayor es uno de los principales factores de riesgo que influyen en la conducta suicida, siendo el riesgo tres veces mayor respecto a la población general”, le seguirían el trastorno por adicción a sustancias y la esquizofrenia.
En la ansiedad no está totalmente esclarecido, se habla de que un 20 por ciento de los casos podrían estar relacionados con la ansiedad, aunque lo que se sabe con seguridad es que también funciona como un factor de riesgo. “El dato más preocupante es que cuando depresión y ansiedad aparecen juntos, el riesgo de suicidio es mayor que por separado”.
La importancia de preguntar
La clave para saber si ese paciente con depresión o ansiedad puede estar en riesgo de suicidio, según la psiquiatra de la Fundación Jiménez Díaz, es directamente preguntárselo. “Para saber si existe un riesgo de conducta suicida o no, hay que preguntarlo,
no tenemos que tener miedo a preguntar, porque quizás es la única oportunidad que tenga esa persona de encontrar ayuda”, aconseja a todos los profesionales sanitarios, sean de la especialidad que sean.
Por otra parte, respecto a evidencias a analizar, la experta destaca que otra evidencia pueden ser las autolesiones. Sin embargo, las autolesiones sin finalidad suicida son habituales y pueden tener una finalidad evasora, pero es cierto que el hecho de que existan estas autolesiones aumenta el riesgo de la aparición de una conducta suicida.
Peculiaridades de la población infantojuvenil
“En el caso de la población infantojuvenil lo que sí se está viendo es precisamente un aumento de la autolesión, en ocasiones sin finalidad suicida”, apunta
Ana María de Granda Beltrán.
En estos pacientes, y en la población general, detectar el riesgo en casos de depresión y ansiedad precisa de que “exista un vínculo importante con el profesional, que la persona sienta que es un lugar seguro, un acompañamiento seguro”. Asimismo, este acompañamiento “requeriría
consultas más frecuentes e intentar elaborar un plan de seguridad para que en el momento de riesgo puedan recurrir a él, además de contar con tratamiento farmacológico si se requiere”.
Retos y oportunidades
A modo de conclusión, la psiquiatra señala algunos retos pendientes. “En general sabemos que las agendas están saturadas y eso implica mucho tiempo entre citas. Sin embargo, se están implementando programas específicos para el seguimiento de la conducta suicida, porque tienen mucho más riesgo, con el objetivo de que haya consultas más frecuentes”.
No obstante, la experta señala que lo que siguen faltando son profesionales. En este sentido,
las nuevas tecnologías abren nuevas posibilidades (podemos enlazar con este reportaje nuestro de salud mental digital:
https://www1.elmedicointeractivo.com/salud-digital-y-pacientes-retos-y-ventajas/) ya que representan una oportunidad para hacer un seguimiento y un acompañamiento al paciente en tiempo real, habiendo líneas de investigación abiertas en este sentido.