Los profesionales sanitarios son unánimes al reivindicar la disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en centros públicos con una gran afluencia de público, como estadios de fútbol, parques infantiles, centros comerciales, etc. Además, aparte de los sanitarios, consideran que otros profesionales deberían estar autorizados para…
Los profesionales sanitarios son unánimes al reivindicar la disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en centros públicos con una gran afluencia de público, como estadios de fútbol, parques infantiles, centros comerciales, etc. Además, aparte de los sanitarios, consideran que otros profesionales deberían estar autorizados para utilizarlos en caso de emergencia, como los policías o los bomberos.
Inocencio Hernández Batuecas, especialista en Medicina Interna del Hospital San Pedro de Cáceres, explica que 'la gran mayoría de los paros cardiacos se deben a arritmias (taquicardia ventricular sin pulso y fibrilación ventricular) y su tratamiento específico es la desfibrilación, por lo que todos los centros públicos deberían estar dotados de un desfibrilador externo automático'. Estos ritmos pasan rápidamente a asistolia y es la precocidad de su tratamiento el determinante fundamental de la supervivencia, por lo que la desfibrilación ha pasado a formar parte del soporte vital básico.
Además, el Dr. Hernández Batuecas insiste en que el personal que puede atender un paro cardiaco como primer interviniente (bomberos, policía, personal de seguridad, personal de transporte aéreo, terrestre o marítimo) deberían estar entrenados en la aplicación del DEA y en soporte vital básico. 'Sería suficiente una sencilla formación para detectar la parada cardiaca y respiratoria, así como para conocer el funcionamiento del DEA'.
Por su parte, María Yolanda Fernández Martín también califica como 'una buena decisión' que haya un DEA en todos los centros públicos, si bien considera 'imprescindible que estén a cargo de unas determinadas personas que hayan recibido una mínima formación'.
En este sentido, Gil Bonet Pineda dice que se debería dar a los ciudadanos formación de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica con DEA de forma obligatoria. 'Podría implementarse, por ejemplo, como requisito previo a solicitar un permiso de conducir, con lo que un número muy grande de personas estarían capacitadas para su uso', sugiere. Este profesional sanitario también destaca el 'uso sencillo' del desfibrilador externo automático, por lo que 'debería estar disponible en los centros públicos y en lugares de alto volumen de población'.
En la misma línea, Yolanda Durán Morales piensa que debería haber desfibriladores en centros públicos con gran afluencia. 'En caso de emergencia debería utilizarlo la persona que se considere más capacitada en ese momento. Con unas instrucciones bien claras con dibujos es suficientemente fácil hacer una buena utilización del mismo, por lo que no hace falta formación específica para el público en general'.
También María Aranzazu Oliver Ramírez asegura que 'el uso de los DEA es extremadamente sencillo y seguro, por lo que las asociaciones profesionales recomiendan su difusión e implantación en áreas públicas'. 'En algunos casos, el coste de la excesiva formación requerida, no en consonancia con la sencillez de su funcionamiento, puede suponer una barrera para su implantación en lugares públicos', añade.
En definitiva, la implantación del DEA puede influir de forma positiva sobre la salud de los ciudadanos por su facilidad de uso y su escaso riesgo, y posibilita salvar la vida de personas abocadas a la muerte. 'Me declaro a favor de su implantación en lugares públicos', afirma la Dra. Oliver Ramírez.