Cada vez hay más estudios que ponen de manifiesto que en la
fibromialgia existe un
proceso de neuroinflamación que produce las alteraciones de los trasmisores cerebrales responsables de las múltiples manifestaciones clínicas que presentan estos pacientes, según ha puesto de manifiesto el Dr. Javier Rivera, reumatólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, en el marco del ‘Día Mundial de la Fibromialgia’, que se celebra el 12 de mayo.
A su juicio, “en la actualidad, con técnicas especiales de resonancia magnética cerebral se puede ver cómo la actividad de determinadas zonas del cerebro y las conexiones que existen entre ellas son diferentes a las que tienen otras personas sin la enfermedad. Estas técnicas muestran datos objetivos sobre lo que está ocurriendo en estos pacientes y, aunque todavía no están al alcance de su empleo en la clínica diaria, se podrán utilizar en un futuro próximo para establecer con certeza el diagnóstico de la fibromialgia”.
La COVID-19 en fibromialgia
Asimismo, durante el
XLVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (
SER),que se está celebrando del 10 al 13 de mayo en Granada, también se ha abordado la
influencia de la COVID-19 en los pacientes con fibromialgia. En este sentido, la
Dra. Tamara Rodríguez, reumatóloga del Hospital Clínic de Barcelona, ha señalado que en la cohorte de pacientes con fibromialgia de su hospital “hasta
el 90% de quienes han sufrido una infección aguda por COVID (independientemente de la gravedad) refieren haber notado un empeoramiento de la fibromialgia que, además, se mantiene en el tiempo”.
Por otra parte, la Dra. Rodríguez destaca que hay estudios que se han aventurado a decir que
la enfermedad por COVID-19 puede dar lugar a fibromialgia. No obstante, no hay un aumento demostrado de la incidencia de fibromialgia en la población a día de hoy a pesar de que el porcentaje de infección aguda por SARS-COV2 es muy elevado.
La experta también revela que “la COVID persistente y la fibromialgia son entidades muy parecidas, pero aún no se puede asegurar que se trate de la misma enfermedad, por ello se debe apostar por promover la investigación y buscar biomarcadores que se puedan usar en un futuro próximo como herramienta diagnóstica y diferenciadora de la enfermedad”.
Ejercicio físico, el pilar más importante
En opinión de ambos especialistas, “la medicación, la realización de ejercicio físico y el tratamiento psicológico constituyen los tres pilares básicos del tratamiento de los pacientes con fibromialgia”. Si se analiza el tamaño del efecto de estas tres medidas terapéuticas, el ejercicio físico es el que alcanza los valores más altos en los diferentes estudios realizados. “Por tanto, el papel que juega el ejercicio físico en el tratamiento de estos pacientes es muy relevante”, resalta el Dr. Rivera, que destaca también los beneficios de la campaña de la Sociedad Española de Reumatología,
#Reumafit, a favor de la promoción de la práctica de ejercicio físico en los pacientes con enfermedades reumáticas.
Respecto al tipo de ejercicio adecuado para estos pacientes,
se recomienda que sea aeróbico, mejor que los de elasticidad. Además, debe realizarse diariamente e incorporarlo a los hábitos saludables que el paciente realiza a diario. “Cualquier ejercicio aeróbico es válido, por lo que lo más aconsejable es que sea el propio paciente quien elija el tipo de ejercicio físico que le gusta realizar”, sostiene el Dr. Rivera.