El pleno del
Consejo Universitario de la UNAM aprobó, por unanimidad, la modificación del Plan Único de Especializaciones Médicas.
Con ello, la Universidad podrá cambiar el nombre de la Especialización en
Cirugía Plástica y Reconstructiva, por el de Especialización en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.
Esto implica, entre otras modificaciones, adicionar la palabra “Estética” a la denominación de dicho plan de estudios y al grado que se otorga al concluirlo.
Asimismo de modificar los requisitos de ingreso, contenidos del plan, créditos, profesores o profesoras de las actividades académicas y las sedes del curso se mantienen.
Falsos especialistas en cirugía estética
Las modificaciones permitirán que la Cédula Profesional, emitida por la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública, adicionen la palabra “estética”, dándole un carácter profesional a la práctica de la medicina estética.
“El objetivo es satisfacer la necesidad académica y operativa de definir las actividades propias del campo clínico y prevenir la invasión profesional de falsos especialistas en ‘cirugía estética’”, destacó la máxima casa de estudios del país.
De igual forma, establece que se busca homologar la denominación de la especialización con la de las agrupaciones que certifican a estos médicos y médicas especialistas.
Estos organismos son: el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva; y la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.
Centros estéticos fraudulentos
El proyecto de modificación explica además que la no inclusión de la palabra “Estética”, ha dado la falsa impresión de que en este plan de estudios no se incluye el entrenamiento específico en cirugía estética.
La UNAM afirma que han surgido diversos cursos de “medicina estética”, que supuestamente “subsanan” la aparente falta de personal médico especializado en el área.
Así como la proliferación de “centros de medicina estética” a menudo fraudulentos que proporcionan tratamientos diversos (rayo láser, mesoterapia, ácido hialurónico e inyecciones con toxina botulínica).
Los cuales son administrados por personal médico que no está capacitado ni certificado para realizar estos procedimientos.
Es por ello que el proyecto de modificación añade que los “centros estéticos” carecen del respaldo de un especialista certificado en el área, por lo que su funcionamiento no tiene la garantía médica ni la certeza jurídica que ampare la calidad de los tratamientos.
En este sentido, señaló que dichos centros estéticos también comercializan procedimientos no aprobados científicamente, recurren a prácticas publicitarias engañosas y son dirigidos, habitualmente, por médicos generales que ostentan títulos apócrifos de medicina estética.
Agrega que se han documentado diversos daños importantes a las y los pacientes que van desde la venta de productos fraudulentos y alteraciones permanentes en su fisonomía, hasta la muerte causada por el mal uso de la cirugía estética.
El informe de la UNAM refiere algunos datos sobre Estética Global obtenidos a través de una encuesta realizada a cirujanos del mundo en 2008.
Menciona que la
Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos encontró los 10 países donde se efectúan más intervenciones estéticas (quirúrgicas y no quirúrgicas).
México ocupó el tercer sitio con un millón 43 mil 247 operaciones estéticas, la mitad de ellas eran tratamientos no quirúrgicos.
