El Servicio de Farmacia del
Hospital Universitario Vall d’Hebron pondrá en marcha en las próximas semanas un
ensayo clínico para probar la eficacia, la tolerabilidad y el nivel de aceptación en pacientes pediátricos crónicos de un medicamento creado mediante una impresora 3D. Esta nueva formulación ayudará a dosificar el fármaco de forma personalizada para cada niño o niña y espera mejorar la experiencia que estos menores tienen a la hora de tomar la medicación diaria, y también la de sus familias y cuidadores. Se trata del primer ensayo clínico con un fármaco imprimido en 3D en Europa en el ámbito pediátrico y es fruto de la colaboración entre el
Servicio de Farmacia de Vall d’Hebron, la
Universidad de Santiago de Compostela y la empresa
FabRx.
Comprimidos personalizables
La impresora 3D con la cual se llevará a cabo el estudio permite elaborar
medicamentos de formas semisólidas y masticables a partir del principio activo combinado con excipientes adecuados. A diferencia de los tratamientos con jarabes que se utilizan habitualmente, esta formulación magistral permite crear medicamentos con
dosis personalizadas a cada niño y niña. 'La dosis será individualizada para cada paciente, tendrá los miligramos de principio activo que necesita el niño según su peso y características clínicas, y podrá tener el color, olor y sabor que el pequeño prefiera', explica la
doctora Maria Josep Cabañas, jefa de la Sección de Farmacia del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer de Vall d'Hebron e investigadora del grupo de Farmacia Básica, Traslacional y Clínica del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR).
'Cada vez hay más niños crónicos pediátricos que tienen que tomar medicación durante toda su infancia o quizá también durante toda la vida', según la doctora. 'Para realizar el ensayo se han seleccionado 30 niños, niñas y adolescentes de entre seis y 18 años que tienen que tomar medicación durante mucho tiempo y que, hasta que no sean adultos, no van a encontrar comercializada la dosis que necesitan para tratar su enfermedad', concreta.
En el ensayo clínico,
el paciente recibirá la fórmula líquida estándar, que se prepara en las oficinas de farmacia y en las farmacias de hospital,
y después probará la fórmula preparada con la impresión 3D. 'Lo que queremos observar es si esta forma farmacéutica es, por un lado, igual de eficaz, y por otro, que sea más aceptable, mejorando la adherencia al tratamiento', puntualiza la doctora Cabañas.
Los investigadores esperan poder empezar a extraer los
primeros resultados dentro de un año. También que, en un futuro no muy lejano, esta tecnología pueda aplicarse no solo en el ámbito de la
farmacia hospitalaria, sino también en otros, como el de la farmacia
comunitaria.
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Dra. Maria Josep Cabañas, jefa de la Sección de Farmacia del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer de Vall d’Hebron[/caption]
Ofrecen mayor seguridad a las familias
La doctora Cabañas asegura que
uno de los principales beneficios de estos medicamentos impresos en 3D es que
aumentan la seguridad y confianza de las familias que administran el fármaco, ya que
no han de manipular las formas farmacéuticas. 'Hasta ahora son las familias quienes tienen que dosificar el fármaco, midiéndolo, pero este nuevo método es mucho más cómodo y evita posibles errores en la dosis que se administra', explica.
No necesitan nevera
Otra de las ventajas de las fórmulas de medicamentos impresos en 3D es que
son estables a temperatura ambiente, es decir, no necesitan conservarse en nevera y, por tanto,
facilitan el transporte, favoreciendo que los más pequeños puedan
tomar su medicación fuera de casa. 'Por lo general, las fórmulas que se utilizan habitualmente se conservan en nevera, son frascos, y si el niño está en la escuela o si se sale el fin de semana puede ser un inconveniente transportarlo y conservarlo adecuadamente', afirma la doctora.
Podrían usarse en personas mayores
La investigadora explica que, aunque el ensayo se centrará en la población infantil y adolescente,
el uso de medicamentos impresos en 3D podría ser útil también en adultos, especialmente en
casos en que sea necesario ajustar la dosis en función de cada paciente o en los casos que existan
problemas de deglución. 'Para la gente mayor con problemas de
disfagia es, en muchas ocasiones, un inconveniente tener que tragarse un comprimido o una cápsula entera. Los medicamentos que obtenemos con la tecnología 3D tienen una consistencia semisólida, como gominolas, blanditas, se pueden masticar y tragar o bien pueden tragarse enteras. Por este motivo, pensamos que
también puede tener aplicabilidad a la gente mayor', concreta.
Sería, además, un método
aplicable a la mayoría de formulaciones de medicamentos, siempre que no se vean afectados por la temperatura, puesto que la impresora 3D aplica calor para crear el fármaco.