El abordaje terapéutico diferencial por sexo y género empieza a tenerse en cuenta. “Ahora somos conscientes de que estas diferencias pueden perjudicar en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades”, reconoce la doctora Blanca Hernández, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
“
Hemos de practicar una medicina con perspectiva de género, porque nos acercará a la medicina personalizada y nos hará ser mejores médicos”, ha señalado la especialista en la videoentrevista concedida a
EL MÉDICO INTERACTIVO.
La doctora Hernández indica, al igual que lo hizo en su ponencia en el IX Simposio de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (
ERAS) de la Sociedad Española de Reumatología
(SER) celebrado recientemente, las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la aparición de los síntomas de las ERAS.
Sesgos
“La investigación al respecto acaba de comenzar y, con frecuencia, se ve confundida por otros determinantes como la raza, la edad y el nivel sociocultural e, incluso, todavía por sesgos de género en la propia investigación”.
Las patologías reumáticas en general, y concretamente
las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas (ERAS), son más frecuentes entre las mujeres. Se estima que aproximadamente un 4 % (2,5 % hasta 8 %) de la población mundial tiene alguna ERA y, de este total, el 75 % son mujeres, lo que hace una proporción de 10 mujeres versus 1 hombre.
“La diferencia genética y las hormonas juegan un papel decisivo provocando que las mujeres padezcan estas enfermedades más que los varones”, añade Hernández. “Además, sumándose al género hay otros factores sociales como el código postal del paciente que están directamente relacionada con estas patologías”.
ERAS
Respecto a la detección de las ERAS, asegura que sigue habiendo un retraso en el diagnóstico en aquellas enfermedades que predominan en las mujeres y se presentan menos en los hombres y viceversa
. Por ejemplo, el diagnóstico de esclerodermia, lupus o vasculitis de Takayasu se retrasa en los hombres y el de espondiloartritis en mujeres. “Esto es porque los sanitarios tenemos ciertos patrones preestablecidos de la enfermedad”.
Reconoce la experta que el retraso en el diagnóstico tiene que ver también con el PIB del país, “cuando menor es, el reumatólogo tendrá más dificultades; en este apartado los peor parados serán los varones, porque en la mujer, por ejemplo, es más fácil pensar que tiene lupus; los reumatólogos tenemos que hacer un mayor esfuerzo”.
Género
“Afortunadamente,
la visión de perspectiva de sexo/género, tan interconectada en la biología de la enfermedad, empieza a investigarse y a tenerse en cuenta. Esto sin duda hará que nuestras herramientas clínicas mejoren al tomar en consideración las diferencias, lo que nos acercará al reto del siglo XXI: la medicina personalizada
”, recalca.
En esta línea, la SER puso en marcha el pasado año
el Observatorio de Igualdad. “Se trata de evitar los sesgos de género, no solo en el tratamiento clínico de la Reumatología española, sino también en la investigación de estas enfermedades. La perspectiva de género consiste en reconocer la igualdad entre los sexos, respetando las diferencias en todos los ámbitos; teniéndolas en cuenta seremos mejores médicos”, incide la reumatóloga.