Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York (Estados Unidos), han descubierto que la vitamina C destruye las bacterias de la tuberculosis resistente a los medicamentos (TB) en cultivos de laboratorio.
La TB es causada por la infección con la bacteria 'M. Tuberculosis' y en 2011, enfermó a alrededor de 8,7 millones de personas y se llevó alrededor de 1,4 millones de vidas, según la Organización Mundial de la Salud. Las infecciones que no responden a los medicamentos antituberculosos son un problema creciente: cerca de 650.000 personas en todo el mundo tienen ahora tuberculosis multi-resistente a los medicamentos (MDR-TB), el 9 por ciento de los cuales padecen una tuberculosis extremadamente resistente (XDR-TB).
La tuberculosis es aguda en los países de ingresos bajos y medios, que representan más del 95 por ciento de las muertes relacionadas con esta enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud. El nuevo descubrimiento, publicado en Nature Communications, surgió durante la investigación de cómo las bacterias se vuelven resistentes a la tuberculosis con isoniazida, fármaco de primera línea contra la TB.
El equipo, liderado por William Jacobs, profesor de Microbiología e Inmunología y de la Genética en Einstein, detectó que las bacterias de la tuberculosis resistentes a la isoniazida eran deficientes en una molécula llamada mycothiol. 'Lanzamos la hipótesis de que la bacteria de TB que no puede hacer mycothiol contiene más cisteína, dijo Jacobs. Así, predijimos que si añadimos isoniazida y cisteína a la 'M. tuberculosis' resistente a isoniazida en cultivo, las bacterias desarrollarían resistencia. En su lugar, terminamos destruyendo el cultivo, algo totalmente inesperado'.
El equipo de Einstein sospecha que la cisteína ayudó a acabar con las bacterias de la tuberculosis, actuando como un 'agente reductor' que desencadena la producción de especies reactivas de oxígeno (radicales libres), que pueden dañar el ADN. 'Para probar esta hipótesis, se repitió el experimento con isoniazida y un agente reductor diferente, la vitamina C. La combinación de isoniazida y la vitamina C esterilizó el cultivo de 'M. tuberculosis'. Sorprendió a los autores descubrir que la vitamina C por sí misma no sólo esteriliza la TB sensible a los medicamentos, sino también ceptas de MDR-TB y XDR-TB'.
Para justificar las pruebas de vitamina C en un ensayo clínico, el doctor Jacobs tenía que encontrar el mecanismo molecular por el cual la vitamina C ejerce su efecto letal. Más investigación produjo la respuesta: la vitamina C induce lo que se conoce como reacción de Fenton, es la que se produce al catalizar el peróxido de hidrógeno con metales de transición, generalmente hierro, dando como resultado la generación de radicales altamente reactivos de oxígeno.
'No sabemos si la vitamina C funciona en los seres humanos, pero ahora tenemos una base racional para hacer un ensayo clínico. También ayuda porque sabemos que la vitamina C es barata, ampliamente disponible y muy segura de usar. Por lo menos, este trabajo nos muestra un nuevo mecanismo que podemos explotar para atacar la tuberculosis', resume el principal investigador.