El enfermo crónico y pluripatológico es sin duda uno de los principales retos de la Sanidad del S. XXI, y por ello el XXXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebra del 26 al 28 de octubre en Gran Canaria, ha querido dar un papel especial a este tema. Y es que el internista puede, no sólo mejorar la atención integral de este paciente, sino de forma paralela ayudar a la sostenibilidad del sistema. 'Damos el valor de la evaluación y del tratamiento integral, y minimizamos el número de actos sanitarios', aportaba Javier García Alegría, presidente de SEMI. Este foro de expertos que será el Congreso, en el que también colaboran otras sociedades científicas de diversas especialidades como la cardiología o la nefrología, pretende dejar claro que 'uno de los problemas del sistema actual es la fragmentación- matizaba García Alegría- no es un sistema bien organizado para ver pacientes crónicos'. Un ejemplo claro de ello es que 'no se puede prescribir medicación aislada sin conocer el resto de fármacos que toma el paciente, porque esto no es eficaz ni eficiente'. A esta idea, Javier García Alegría añadía además que 'si no ofrecemos un valor añadido al paciente, donde mejor está es con su médico de Atención Primaria'.
La solución pasa por un nuevo plan de acción, que se resume en un abordaje diferente para cada tipo de paciente. Lo explicaba Pilar Román, vicepresidenta de la SEMI y presidenta del comité científico del XXXII Congreso. Por una parte estaría ese 6 por ciento de población, que está actualmente originando el 30 por ciento del gasto sanitarios, es decir, crónicos pluripatológicos. Para su tratamiento 'deberían sentarse juntos internistas, médicos de Atención Primaria, enfermeras y farmacéuticos para hacer un plan de cuidados a ese paciente específico, y no esperar a que se descompense, sino que el propio paciente, con educación sobre su enfermedad, nos ayude a adelantarnos a la descompensación, y así evitemos que agudice y haya que pasar al ingreso'. Luego estaría el resto de enfermos crónicos que no suelen agudizar, para los que habría que hacer otro plan de su enfermedad con un seguimiento no tan exhaustivo, y posteriormente la población general, con la que habría que trabajar el autocuidado y la prevención.
Precisamente la formación es otro de los intereses principales de este congreso. En primer lugar involucrar al médico en la formación del paciente de los qué y para qué de su tratamiento y en el conocimiento de su enfermedad para un mejor autocuidado, y luego por su puesto en la mejora de la formación del internista. Para ello se presenta también en este foro el nuevo 'Manual de procedimientos de Medicina Interna', tanto en formato papel como electrónico, que permitirá a estudiantes y residentes ver de forma mucho más visual los procedimientos antes de enfrentarse al paciente.
Atención al final de la vida
Los más de 2000 asistentes a este congreso repartirán su tiempo entre los 12 talleres, las 1.311 comunicaciones científicas, los seis encuentros con el experto, las cuatro sesiones de controversias, y unas 35 mesas redondas, entre otras actividades. Los temas serán de primer interés y muy variados, pero con especial hincapié en la patología cardiovascular; las infecciones, con una importante mención al VIH, a la tubercolosis, y al cólera, tras los nuevos brotes ocurridos en África; las enfermedades autoinmunes; y los retos neumológicos tales como la EPOC, de la que se estudiará el tratamiento de cada uno de sus fenotipos y el buen uso de la espirometría.
Otro de los temas troncales del XXXII Congreso Nacional de la SEMI es la atención al final de la vida, en la que los internistas están especialmente involucrados, y por lo que la SEMI ha elaborado un informe para las autoridades ministeriales con motivo del Proyecto de Ley para la asistencia al final de la vida. Así, Pilar Román destacaba que con este tipo de paciente 'debemos dejar de hacer ensañamiento terapéutico y pasar a cuidarle con un tratamiento paliativo', haciendo especial referencia al tratamiento del dolor.