La esquizofrenia es un trastorno mental complejo con una expresión fenotípica variable y una etiología multifactorial aún no suficientemente esclarecida, que incluye factores genéticos y medioambientales. Clínicamente la esquizofrenia se presenta con una amplia variedad de síntomas y signos que se agrupan en torno a…
La esquizofrenia es un trastorno mental complejo con una expresión fenotípica variable y una etiología multifactorial aún no suficientemente esclarecida, que incluye factores genéticos y medioambientales. Clínicamente la esquizofrenia se presenta con una amplia variedad de síntomas y signos que se agrupan en torno a cinco dominios: síntomas positivos, desorganización del pensamiento, síntomas negativos, síntomas afectivos y síntomas cognitivos1,2.
Los síntomas negativos constituyen una dimensión importante en la esquizofrenia, y están presentes en la mayoría de los pacientes en mayor o menor proporción. Son discapacitantes, en la medida que limitan el funcionamiento relacional y social del paciente, y contribuyen a su aislamiento, así como a la disminución de la motivación y el espectro de intereses de la persona, mermando la calidad de vida.
El abordaje terapéutico de la esquizofrenia requiere una estrategia global en la que debe incluirse el tratamiento farmacológico y el psicosocial, considerando todas las dimensiones sintomáticas de la enfermedad y la situación funcional del paciente. El objetivo terapéutico debería ir más allá de la remisión sintomática y situarse en la recuperación funcional. Los datos existentes sobre los resultados de los tratamientos actualmente disponibles indican que la remisión sintomática es un objetivo realista en una parte de los pacientes, con una relativa estabilidad temporal, aunque la recuperación completa se consigue en una proporción menor de casos3,4.
Existen numerosas guías de práctica clínica para el tratamiento de la esquizofrenia5-7, pero se dispone de pocos estudios sobre la adecuación de la práctica clínica a las mismas en un territorio dado8. También son escasos los estudios de carácter observacional que permitan conocer con precisión cómo es la práctica clínica habitual para el abordaje integral de la enfermedad9-11.
Proyecto EGA
Con el fin de describir cómo se realiza el abordaje terapéutico de la esquizofrenia en España según la experiencia de los profesionales, se puso en marcha una encuesta transversal en todo el territorio nacional en la que participaron 496 psiquiatras distribuidos en las diferentes comunidades autónomas. La Dra. Blanca Reneses, Jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, fue la coordinadora científica del proyecto, estableciendo las variables que se incluyeron en el cuestionario, revisando los resultados y las conclusiones. Los resultados obtenidos permiten tener una aproximación de la opinión de los psiquiatras españoles sobre el abordaje terapéutico de la esquizofrenia en la práctica habitual y, especialmente, del abordaje terapéutico de los síntomas negativos y su influencia en la recuperación. El 94 por ciento de los participantes desarrollaba su actividad en el ámbito público, principalmente a nivel ambulatorio, y la mitad de ellos atendía de promedio entre 25 y 75 pacientes al día. Más del 50 por ciento de los psiquiatras encuestados manifestó que en su actividad asistencial atendía una proporción superior al 25 por ciento de pacientes con esquizofrenia (figura 1). El 88 por ciento por ciento de los participantes respondió que utilizaba las guías de práctica clínica rutinariamente para el abordaje de la esquizofrenia, siendo mayoritario el uso de la Guía NICE. En cuanto a los criterios para el diagnóstico, el 53 por ciento utilizaba habitualmente la clasificación CIE-10 y el 46 por ciento la DSM-5. En relación al tratamiento de la esquizofrenia, los problemas que más preocupaban a los encuestados eran la falta de adherencia al tratamiento, la persistencia de los síntomas positivos y negativos, y la remisión sintomática sin recuperación funcional, tal como se muestra en la figura 2. A la hora de tratar inicialmente a un paciente con esquizofrenia que no responde correctamente a los dos primeros intentos de tratamiento farmacológico a pesar de tener buena adherencia, los factores que, según los psiquiatras encuestados, se asociaban a un peor pronóstico eran la comorbilidad con tóxicos, la presencia de síntomas negativos desde el primer episodio de la enfermedad, el mal ajuste premórbido y la mayor duración del periodo de psicosis no tratada (figura 3). En cuanto al impacto de los síntomas negativos de la esquizofrenia, el 62 por ciento de los participantes manifestó que más del 75 por ciento de sus pacientes que presentaba síntomas negativos mantenidos en el tiempo experimentaba alteraciones en la esfera social y/o problemas relacionales (figura 4). Así mismo, según el 73 por ciento de los encuestados, más del 75 por ciento de los pacientes con esquizofrenia y síntomas negativos tenían afectada su vida laboral (figura 5). El 96,2 por ciento de los encuestados respondió que la recuperación completa era el objetivo terapéutico ante todos o casi todos sus pacientes con esquizofrenia, aunque un 58,1 por ciento consideró que, en una parte de los pacientes, puede anticiparse desde el inicio que no podrá conseguirse debido a algunas de sus características (figura 6). Los factores que más participantes (88 por ciento) seleccionaron como más importantes, entre aquellos que los pacientes suelen mencionar como determinantes de su recuperación completa, fueron: volver al funcionamiento normal en el trabajo, en la familia o en el ámbito académico (figura 7). Los factores que más influyen en la ausencia de recuperación completa, según los encuestados son: la falta de adherencia al tratamiento farmacológico, el consumo de tóxicos y la presencia de comorbilidad psiquiátrica (figura 8). Las barreras para la recuperación completa más señaladas por los encuestados son la falta de colaboración del paciente, el mal cumplimiento terapéutico, el abandono del tratamiento por efectos adversos y el diagnóstico e inicio tardío del tratamiento (figura 9).Conclusiones
- Los participantes en el estudio manifestaron que con los tratamientos actuales muchos pacientes con esquizofrenia no alcanzan la recuperación completa.
- En opinión de los encuestados los factores que más influyen negativamente en la recuperación completa son la falta de adherencia terapéutica, el consumo de tóxicos y la comorbilidad psiquiátrica.
- Según los encuestados, cuando hay una pobre respuesta al tratamiento farmacológico inicial, los factores asociados a un peor pronóstico son el abuso de tóxicos, la presencia de síntomas negativos desde el primer episodio de enfermedad y un peor ajuste premórbido.
- Según los encuestados, el síntoma negativo más frecuente entre sus pacientes es el empobrecimiento afectivo, seguido de la apatía y la pobreza en las relaciones sociales.
- En opinión de los participantes, los síntomas negativos persistentes, a pesar del tratamiento farmacológico, influyen sobre todo en la vida laboral y social de los pacientes.
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